Opiniones

No Votaré

No Votaré



Por: Narciso Isa Conde

Con un título parecido escribió Orlando Martínez un artículo en la víspera de las elecciones presidenciales de 1974, antes de que el PRD se retirara de las elecciones a raíz de la participación de las FFAA en las calles respaldando su reelección.

Balaguer estaba en su frenesí reeleccionista, desplegando todas sus mañas y falta de escrúpulos. Endiosándose y dejándose endiosar. Comprando conciencia. Destilando lodo y sangre de la cabeza a los pies.

Como Leonel ahora, salvo en lo de la sangre, posiblemente porque no ha tenido “necesidad” y porque este tema se torna ahora mucho más dedicado y difícil que antes.

La cúpula del PRD ya había girado a la derecha, postulaba un terrateniente y se asociaba a la oligarquía anti-balaguerista (Acuerdo de Santiago).

No existía, por estar ilegalizada, opción propiamente de izquierda y las otras fuerzas concurrentes eran tambien de derecha y, además, insignificantes.

Treinta y cuatro años después el cuadro aquel se reproduce ahora como tragicomedia.

A alguien, con una personalidad perforada y maltrecha, se la ha ocurrido “reencarnar” al tristemente célebre Doctor y remozar el despotismo ilustrado, procurando imponerse –vía re-postulación- empleando todas las mañas y perversidades de aquellos tiempos, ahora con formato informático- digital y primera dama.

Las balas en las cartucheras.

A las calles la ejecución del plan de la “seguridad democrática” copiado de “Varito” Uribe, el presidente colombiano que aspira a la tercera postulación rodeado de paramilitares, carteles de la droga, agentes de la CIA y contingente militares estadounidenses.

Los “cuartos” (el dinero) lanzados a borbotones, como nunca en la historia, para alimentar clientela, comprar conciencia y adulterar resultados. En mucho mayor volumen, con mucho menos tacañería, que el Doctor.

El neoliberalismo globalizado, aparece como trasfondo inconmovible de su gestión pasada, presente y futura, ¡Como camisa de fuerza gustosamente aceptada y saboreada por el pretendido balaguercito del siglo XXI!

El “buey blanco”(PRD) tomado por los cuernos por el poder de las grandes fortunas y del oro corruptor.



Secuestrado por quien más capacidad de soborno interno pudo desplegar.

La cúpula perredeista corrompida y domesticada por la misma receta neoliberal. Desacreditada por sus recientes fechorías gubernamentales.

El escenario electoral absolutamente polarizado entre lo pésimo y lo peor, o viceversa.

Las otras derechas empequeñecidas y el PRSC, por fin, en vía de disolución, chupado por el sumidero de la reelección sobornadora. Víctima (¡y que bueno!) del mismo veneno que promovió.

Las izquierdas partidistas, dispersas, divididas, empequeñecidas y confundidas.

Una parte de ella jugando al suicidio electoral o a repetir la marginalidad por resistirse a cambiar, a renovarse, desde una mayor radicalidad; como demanda una situación que no admite las medias-tintas, esto es, el hacerse potable al sistema y limitarse a reformas inofensivas frente a una institucionalidad decadente y un neoliberalismo bestial.

La gran izquierda sin partido, los(as) revolucionarios(as) no organizados en la izquierda tradicional, la izquierda política social y cultural del país no agrupada, todavía sin cauce a través de cual expresarse y luchar políticamente con vocación de poder.

Mucho reivindicativismo, protestas y huelgas importantes y significativas, y de nuevo sin referente político, sin demandas politizadoras y sin bases organizativas. Atajando, enfrentando al gobierno, para que otro enlace o para que él se quede.

La izquierda en su conjunto y las fuerzas potencialmente alternativas, en fin, sin liderazgo aglutinante, sin la unidad necesaria y la propuesta atractiva imprescindible.

Y en verdad no es posible crear candidatura impactante sin liderazgo impactante y unificador, creado al calor de las grandes luchas sociales, políticas y patrióticas concretas. Por eso no hay nada que buscar en estas votaciones.

No hay que dejarse medir en ellas en tales condiciones, cuando previamente es claro que no se ha conquistado el espacio, ni construido la fuerza capaz de impactar las votaciones y provocar el salto en calidad y cantidad. Las izquierdas realmente existentes representan mucho más que los famélicos resultados electorales que una fórmula tan inconsistente, poco representativa, mal estructurada y poco combativa puede lograr.

Votar por cualquiera de los polos corrompidos y neoliberales que ofrece el sistema, además de las complicidades funestas que encierra, es realmente inmoral para quienes tienen conciencia de lo que son esas candidaturas y de lo que ellas representan.

Votar a favor de expresión electoral anticipadamente empequeñecida y sin consistencia política transformadora, es una violación de las exigencias para una participación digna, una especie de “jarakiri” y un desprecio a las malas experiencias pasadas.

El 16 de mayo del 2008, nadie habrá de toparse conmigo en las urnas. NO voy a votar.

Creo que hay que trascender esa coyuntura adversa y dedicarnos a construir lo nuevo, arreciando la lucha extra-institucional: un gran movimiento caamañista transformador, dispuesto a conmover este sistema, a abrir, por múltiples vías y medios, las compuertas hacia una nueva democracia y una nueva institucionalidad.  Porque después de mayo todo se pondrá peor, es preciso saltar la trampa y prepararse para lo que viene.

2008-04-20 22:03:31