Colombia
Y ahora ¿quién podrá reelegirlo?
Gabriel Bustamante Peña
Con la decisión de la Corte Suprema de Justicia de vincular al proceso por la para-política al Presidente del partido de la U, Carlos García, ya son 61 los congresistas involucrados en este escándalo judicial (hasta el momento de escribir esta columna).
Como notoriamente la gran mayoría de estos son miembros de la coalición del gobierno, ya el presidente envío un amenazante mensaje a la Corte, el Ministro del Interior inscribió un proyecto para envolatar los juicios de los congresistas, y las mayorías uribistas del Congreso, que son los mismos involucrados en la hecatombe narco-paramilitar, le hacen el quite a una reforma política de fondo que podría superar la crisis que amenaza con acabar nuestras instituciones.
Este Congreso, de mayorías uribistas, no le va a jalar a una reforma que implicaría las perdidas de curules y las personerías jurídicas de los políticos y partidos involucrados. Sus mayorías gobiernistas, construidas con alto porcentaje delictivo, desde los crímenes atroces hasta el clientelismo puro, conformaron una poderosa aplanadora legislativa cuyo único freno ha sido la investigación de la Corte Suprema de Justicia y el control que ha hecho la Corte Constitucional a proyectos como la ley de justicia y paz o la ley forestal.
Y la preocupación por el desmantelamiento judicial del uribismo debe ser enorme ya que, los votos de los parapolíticos o de sus reemplazos son fundamentales para aprobar desde la reelección presidencial indefinida hasta el delito político para los paramilitares. Sin contar que de sus votos depende la elección de los nuevos magistrados de las Cortes, la Junta Directiva del Banco de la República, el Contralor General de la Nación, el Procurador, el Defensor del Pueblo y el Fiscal. Una reforma política de sanciones inmediatas no sólo acabaría la parapolítica sino que salvaría a Colombia de avanzar más hacia una peligrosa dictadura institucional, que se sumaría al poder que sobre los medios de comunicación, el empresariado y la opinión pública ejerce el no gratis popular presidente Álvaro Uribe Vélez.
Pero con la vinculación de Carlos García al proceso de la para-política, el Presidente Álvaro Uribe no sólo tiene en peligro al más importante miembro del partido que lleva la sigla de su apellido, sino que puede perder al más encarnizado partidario de su reelección inmediata. El Senador García se ha enfrentado a todo y a todos para llevar adelante el proceso de reelección presidencial, a recorrido el país ha dialogar públicamente con concejales y diputados, y secretamente con alcaldes y gobernadores y posiblemente otros personajes de estirpes menos santas de la vida nacional. Y todo, con el fin de lograr la aprobación de un referendo que permita de nuevo el cambio de un articulito de la Constitución Nacional.
Por esto la preocupación y desesperación del Presidente que ve como sus bancadas han entrado a engrosar las estadísticas criminales del INPEC y se hacinan en la Picota. Preocupación a la que se suman los cuestionamientos del Congreso norteamericano, los medios y la opinión pública gringa, mientras el sólo atina a decir que Colombia va por buen camino y le recomienda al senador García que, antes de irse para la cárcel le recoja más firmitas pa’ la reelección.
– Gabriel Bustamante Peña, Equipo Jurídico Político de Viva la Ciudadanía
Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas
Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org
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2008-04-22 05:11:45