Opiniones

EL TIRO RÁPIDO

EL TIRO RÁPIDO



de



Mario Rivadulla

Meses atràs, el director general de Aduanas, Miguel Cocco, produjo unas declaraciones muy crìticas y condenatorias de la corrupciòn, atribuyendo a la misma gran parte de la responsabilidad en la pobreza que abate a por lo menos una tercera parte del pueblo dominicano.  Sus declaraciones produjeron un gran impacto en ese momento, sobre todo por venir de un funcionario del gobierno quien ha dado muestras en todo momento de un desempeño caracterizado por el màs elevado nivel ètico.

Existe una percepciòn generalizada que asocia la corrupciòn casi exclusivamente al ejercicio de los cargos pùblicos.  Al funcionario que distrae en su provecho fondos provenientes de las arcas gubernamentales..  Al que valido de su posiciòn, arropa y se convierte en còmplice de otros para cometer acciones dolosas en perjuicio del Estado.  Al que, en fin, a la sombra protectora del poder se enriquece a base de tramposerìas y negocios turbios.

Pero la realidad es que la corrupciòn tiene muchas caras.   El importador que subvalùa su mercaderìa o trata de introducirla de contrabando.  El fabricante que por ganar màs,  sacrifica la calidad en perjuicio del consumidor.  El comerciante que llevado por enfermiza codicia, especula con los precios.  El traficante de drogas.  El lavador de recursos provenientes de esa misma o de otras actividades delictivas. El juez que vende sus sentencias y el legislador que pone tarifa a su voto.  Todos ellos son tambièn responsables de dolo.

Lo son igualmente el sìndico y los regidores que otorgan indebidamente licencias y permisos a cambio de soborno.  El contratista del Estado que abulta sus presupuestos o utiliza materiales de inferior calidad en las obras pùblicas, tanto como la autoridad que lo protege y participa de sus màrgenes de ganancia ilìcita.  El periodista de a tanto la pulgada, presto ya a exaltar o difamar si hay prebendas por medio,  y que al hacerlo enloda su ejercicio profesional.  El abogado que engaña y esquilma o traiciona a sus clientes.  El mèdico que cobra sin prestar servicios o alarga indebidamente el tratamiento al paciente para saquearle el bolsillo.  La lista puede ser interminable.

Son todas variables de corrupciòn que no sòlo provocan o agravan la miseria de muchos y afectan la calidad de vida del resto,  sino que erosionan los principios de decencia y los fundamentos èticos en que debe asentarse la sana coexistencia en una sociedad que aspire al progreso y al bienestar.

Sin embargo, la gran mayorìa ciudadana parece no percibirlo asì, al menos en su real dimensiòn.  Si uno revisa las encuestas de las firmas màs acreditadas que junto a las siempre cuestionadas preferencias de voto sondean los principales motivos de insatisfaccion de la gente y sus màs apremiantes prioridades, se verà que resultan coincidentes.

La falta de empleo, el costo de la vida, la energìa elèctrica, la seguridad ciudadana siempre ocupan los lugares de cabecera.  No son muchos en cambio, los que perciben que la corrupciòn està estrechamente vinculada,  y en muchos casos es la principal responsable de los problemas que padecemos y que les golpea tan de cerca y de continuo.

De ahì la importancia del ejercicio que està llevando a cabo la Fundaciòn Institucionalidad y Justicia (FINJUS) al someter los candidatos presidenciales a un foro integrado por representantes de la llamada Sociedad Civil,  focalizado en demandar de los mismos que presenten las medidas concretas que adoptarìan para prevenir, combatir y sancionar la corrupciòn, tanto pùblica como privada, en caso de resultar electos.

A esa corrupciòn en sus expresiones tradicionales,  se suma ahora el agregado de una variante no menos importante y preocupante, retomada y traìda a debate precisamente por el propio señor Cocco,  al declarar que en el paìs existen numerosos negocios a los que califica de clàsicos en el lavado de activos. Una operaciòn ilegal en la que se mueven cientos, quizàs miles dirìamos nosotros, de millones de dòlares provenientes de todo gènero de operaciones delictivas.

El tema da para mucho.  Volveremos sobre èl por la importancia que tiene y por los graves perjuicios que deriva para el paìs, para usted que me ve y escucha, para mì que le hablo sin verlo y para todos los que vivimos de este lado de la frontera y en este pedazo de isla que ocupamos, digna al igual que su pueblo, de mucha mejor suerte.

2008-04-24 18:17:00