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La Imagen de los Líderes Políticos

La Imagen de los Líderes Políticos

El  líder que desea sobresalir, entre sus conciudadanos, debe crear una buena imagen, aparentando, ante las personas, aquellas cualidades que son más sobresalientes del ser humano. Entre las cualidades que debe  proyectar el líder  podemos citar la autoridad, voluntad para la acción,  flexibilidad, buenas relaciones humanas, ánimo y resolución personal, apertura hacia las personas, tener una actitud positiva, no importa lo adversas que puedan ser las circunstancias éste siempre deberá manejarse con optimismo ante sus seguidores. 

La imagen de un liderazgo tiene muchas vertientes, a través de las cuales éste se puede proyectar favorablemente o de forma negativa. Por ejemplo todos vimos,  que en Estados Unidos, en el ejercicio de poder del presidente Clinton, la imagen de éste se vio muy afectada cuando se divulgo ante la opinión pública  que  había tenido una relación extra marital. En los países, de mayor desarrollo económico y por tanto de mayor desarrollo cultural, donde la solemnidad de la ley y el protocolo de la figura presidencial es respetada  un comportamiento semejante puede costarle la posición a cualquier gobernante o líder, sin embargo en otros países donde la castidad del hombre no es tomada tan en serio, una actitud similar no hubiese tenido la importancia que revistió ese episodio en Estados Unidos. Cuando a una persona la población la ve más como seductor que como jefe de Estado su imagen se ve muy disminuida ante la opinión pública, ya que su reputación es muy cuestionada.

Desde la Antigüedad la imagen de los líderes políticos ha sido de mucha importancia para ellos y encontramos que en ese periodo de la historia muchos líderes recurrían al recurso de la  religión para influir en la gente. En Roma, por ejemplo, diferentes líderes simulaban tener familiaridad con una ninfa que les aconsejaba sobre lo que ellos debían hacer frente a sus pueblos. En el periodo de la Antigüedad en Roma los líderes recurrían a ese tipo de simulación cuando querían crear instituciones  nuevas en algunas ciudades y temían que su autoridad por si sola no fuese suficiente, por eso recurrían al culto divino para legitimar sus actuaciones políticas y de Estado.

La mayoría de los grandes líderes que ha tenido el mundo consciente del papel que juega la religión en la vida de los pueblos  no se apartan de ésta porque saben que el mayor indicio de la ruina de una nación se inicia cuando esta desprecia el culto divino y la creencia en Dios. La creencia en Dios contribuye a una correcta proyección de la imagen de los lideres políticos que están dirigiendo el Estado, toda vez que la religión juega un papel muy importante  en el seno de la población, ya que la religión inclusive preserva a los gobiernos de la corrupción, en la medida que es portadora  de un gran peso moral y ético, que cuando es puesto de manifiesto para evidenciar actitudes desviadas de los gobernantes y funcionarios , sirve como freno a esas actitudes dañinas contra la sociedad, puesta en marcha desde el Estado.

Otro aspecto que el líder deberá tener en cuenta para proyectar una buena imagen será el aspecto ético del desarrollo de su carrera como político, ya que en la actualidad la mayor crisis que se percibe en la imagen de muchos lideres se debe  al manejo deshonesto en que muchos incurren cuando tienen a cargo dirigir el gobierno, a través del Estado. Las practicas permisivas de los recursos públicos, con anuencia del líder que preside el gobierno, puede hacer de su liderazgo algo pasajero, ya que todo líder debe diferenciarse de aquellos que ejercen una función pública con un objetivo propio y particular.



Los grandes líderes que ha tenido la humanidad son siempre los mismos, estos grandes hombres cuando la suerte le cambia, sea para elevarlos o para disminuirlos continúan en una posición firme en cuanto al logro de sus objetivos .El líder debe llevar a la imagen de su pueblo que ni el fracaso ni el éxito afectan su modo de vida y nada  tienen que ver con su firmeza de carácter.

El líder debe cuidarse de no injuriar ni amenazar a sus seguidores ni a sus opositores, ya que cuando se injuria o se amenaza con palabras, en ambos casos el líder esta sumando enemigos a su causa política.



Una actuación respetuosa de los opositores y seguidores  le forja una imagen positiva ante los ojos de la gente. Ni la amenaza  ni la injuria resta fuerza a un enemigo, sino que lo hacen mas cauto ante el líder que ha proferido las mismas. Estas lo que le ganan al líder  es odio y de esa manera el amenazado pone más énfasis en causar  daño a quien lo ha injuriado, por eso todo líder debe evitar vilipendiar a los opositores o a los seguidores porque un tipo de actitud semejante  causa mas daños que beneficios y es evidente que cuando eso ocurre la imagen  de ese líder va en descenso.

Al enfocar la buena imagen que debe  crear y proyectar todo líder político debemos establecer que los componentes de una buena imagen política se fundamentan en la apariencia de todos los rasgos que son apreciados como buenos. En este aspecto debemos decir que  no es necesario que esas cualidades del líder  tengan existencia real, lo que conviene es que éste a través de una buena imagen aparente dichas cualidades. En el caso de los líderes y de una buena creación de imagen lo más conveniente es que dicha imagen se ajuste a las necesidades  que este imponiendo la vida política en esa coyuntura o periodo histórico. Lo apropiado, en el líder, es que proyecte la imagen de que está haciendo lo que la necesidad del momento político aconseja.

Cuando un líder ha proyectado una imagen que lo distingue y caracteriza por un largo periodo de su liderazgo debe ser cauteloso para  cambiar su imagen anterior ya que si este cambiara su imagen de un día para otro, sin agotar las etapas necesarias para dicho cambio su autoridad puede verse disminuida.



Conviene a la buena imagen de un líder no tener un carácter cambiante y es muy cuestionable el líder que pasa de la humildad a la soberbia y de la actitud comprensiva y reflexiva a la actitud violenta. Esas son actitudes imprudentes que no benefician, en nada la buena imagen que debe proyectar todo liderazgo comprometido con una buena gestión a favor de la gente.

A veces los líderes cuando no pueden proyectar la imagen deseada recurren a la simulación, que en muchos líderes políticos tiene gran importancia por los beneficios que se derivan de ésta en sus actuaciones públicas. La simulación puede convertir al líder de malo en bueno y de popular en impopular ante los ojos de la gente, todo va a depender de lo  creíble que sea la actuación simulada del líder que la pone en práctica. Sin embargo en cuanto a la simulación de sus actuaciones el líder debe actuar con cautela y saber en cuáles circunstancias y frente a qué personas  la asume, ya que ésta utilizada de forma impropia resta y disminuye su liderazgo y cuando es utilizada de forma adecuada suma al liderazgo que la hace suya.

Evelio Arroyo es Sociólogo, Abogado y Escritor. Estos temas son publicados del libro “Lideres y Liderazgos” de su autoría

2008-05-26 03:12:14