Un llamado de atención
Por Víctor Suárez
La República Dominicana ha tenido siempre un buen caudal acuífero debido a su privilegiada posición geográfica y su relieve extraordinario. Sus grandes cadenas de montañas han sido excelente reservorios de agua que le han proporcionado a las grandes ciudades el caudal necesario para la subsistencia, pero, todo esto a sido la mano misericordiosa de la naturaleza que lo ha proporcionado, los seres que nos hemos beneficiado de esta riqueza maravillosa, al entorno, en la mayoría de los casos, no le hemos aportado nada, si hemos depredado casi al máximo las entrañas mismas de los ríos y los hondonales.
Hago este llamado de cuidado, por que, por primera vez en España se esta importando agua desde Francia a Barcelona en grandes buques cisterna para poder abastecer la demanda de la ciudad, por una sequía imparable que se ha suscitado allí.
Si comparamos a España con nuestra isla en cuanto a lo climatológico la distancia es del cielo a la tierra, y solo pondré el ejemplo de que aquel país tiene la mitad del año o más tal vez, en un invierno dentro del cual las aguas se mantienen en un nivel alto. Sin embargo aun no ha salido la primavera y el problema con el agua se ha convertido en un asunto de calamidad nacional y de conflicto entre ciudades, porque se le quita a una para darle a otra.
El país está a tiempo aún, de parar el desbarajuste que nosotros mismos le hemos causado a nuestro medio ambiente, debemos cuidar nuestro ríos, nuestras montañas, sembrando árboles que sean característicos de las riveras de los arroyos que aun viven y en aquellas montañas donde se sabe que han desaparecido recientemente riachuelos. Hay que darle una mano a la naturaleza, por el bienestar de todos, una ayuda permanente, cual si fuera nuestra propia madre, a la naturaleza hay que mimarla y quererla, amarla como se ama a uno de nuestros más queridos seres, pues de ello dependerá que nuestro futuro sea hermoso y de nosotros depende hoy, que el futuro de las siguientes generaciones sea funesto, depende de nosotros, que aquellos que vendrán a poblar esta tierra de Dios, puedan disfrutar de un brillante día de sol a orillas de un hermoso rió que corra ligero por un verde campo.
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2008-05-27 23:51:52