Los cinco grandes retos de Leonel Fernández
Julio Ortega Tous
Las elecciones pasaron. El Presidente obtuvo una clara revalidación de su mandato. Ahora hay que mirar al futuro y los retos. Sin embargo, muchas voces agoreras nos anuncian catástrofes, desastres y explosiones.
Cierto que muchos desafíos tiene ante sí el presidente Fernández, en particular para enfrentar los desequilibrios externos que afectan a la República Dominicana desde el exterior. Sin embargo el desfavorable contexto externo desaceleración de la economía norteamericana; incremento de los precios del petróleo y sus derivados; aumento de las principales materias primas, particularmente de los alimentos, y una devaluación del dólar como moneda ante las otras divisas- se verifica en un contexto de una economía dominicana en crecimiento, estable y con unas finanzas públicas equilibradas, aunque tenemos desafíos por delante para mantener su sanidad.
Por ello es importante pensar en positivo. ¿Cómo el nuevo gobierno del presidente Fernández va a mantener los logros alcanzados? ¿Qué es necesario hacer para amortiguar los impactos externos que no son controlados por el gobierno dominicano?
¿Es cierto que se generó un déficit fiscal debido a la política de subsidios y gastos previos a las elecciones y que esto conllevará una nueva reforma fiscal? ¿Qué debe hacer el gobierno para proteger a los más pobres y débiles ante esta desfavorable situación internacional? ¿Cómo aprovechar positivamente para el país la apertura comercial de los tratados de libre comercio? En primer lugar, el Presidente aseguró en la campaña electoral, y ahí debe concentrar todos sus esfuerzos, que preservar la estabilidad macroeconómica era la prioridad. Enfrentamos una inflación importada.
El presupuesto del Estado para el 2008 fue calculado con un petróleo a 92 dólares el barril. Al cierre del jueves 22 de mayo, el crudo había alcanzado los US$131, con un tope de 135 el día anterior. La proyección de especialistas es de 170 dólares en un año. En ese escenario, el más pesimista, hay que considerar que, con un promedio de US$100 el barril, la factura petrolera, de mantenerse los 50 millones de barriles que importamos en 2007, se elevará a unos US$5,000 millones. Hay que bajar la cantidad que importamos.
El impacto económico y fiscal será importante. Por tanto, el principal reto es mantener la estabilidad macroeconómica. Para ello hay que mantener una política fiscal, tanto de gasto como de ingreso, ajustada. Esto no significa, como dicen las voces agoreras, que se requiere una nueva reforma fiscal. Si el objetivo del gobierno para 2008 era un superávit fiscal de 1% del PIB, y las condiciones externas cambian tan radicalmente, hay que modificar esa previsión y manejarse con equilibrio fiscal. Esa es la meta fundamental. Para ello habrá que ajustar ciertas partidas, privilegiando las redes de protección de los pobres e introduciendo una ajustada austeridad de gasto.
En segundo lugar hay que actuar con sentido de urgencia para enfrentar el problema energético. A pesar de los avances que se han hecho, el país produce electricidad basado en más de 50% en plantas alimentadas con petróleo. Eso hay que cambiarlo a la brevedad posible. Planes existen. Que se haga con inversión privada. Pero sí no es posible conseguirlo rápidamente, que se haga con inversión del Estado.
El gobierno no puede titubear. En este aspecto hay que potenciar el uso del Gas Natural Liquido (GNL).
Conjuntamente a esto, se tiene que mejorar el Índice de Cobros de las EDES y llegar a 75% u 80% en tres años, del 62% actual. Con estas medidas, se podrá bajar sustancialmente el déficit financiero y por tanto el subsidio del gobierno. A pesar que sus precios han aumentado, es más barato todavía que el GLP, incluso el subsidiado, sin que el gobierno tenga que poner subsidios. Sí se elimina el GLP del transporte, el gobierno se ahorra unos 5,000 millones.
En el sector energético el país debe ampliar el uso de PetroCaribe. Al inicio teníamos una cuota de 50 mil barriles diarios, que por no importarla la refinería fue reducida a 30 mil por Venezuela. Una vez terminada la negociación con Shell hay que subir esa cuota.
En tercer lugar hay que priorizar el gasto social, mantener los programas de protección de los pobres y la focalización de los subsidios. Para ello el principal instrumento existe.
El sector salud debe centrarse en que el Seguro Social tenga una cobertura total para los segmentos faltantes. Hay que incentivar la construcción de más viviendas, tanto por el gobierno como por el sector privado.
En cuarto lugar, hay que avanzar rápido en la puesta en práctica de una estrategia de incrementar la seguridad alimentaria. Hay que centrarse en la independencia alimentaria. Para ello hay que poner en acción un programa de transferencias y estímulos a la producción, abandonando las ideas preconcebidas que el Estado no debe intervenir. Se requiere mucho crédito y facilidades para la producción. Hay que fundar un banco de fomento, separado del BNV.
Un banco de comercio exterior, para financiar la exportación de nuestros productos. En quinto lugar, el país tiene el reto de aprovechar al máximo los tratados de libre comercio firmados. Por ello el país necesita con urgencia un aparato gubernamental coherente que centralice la política de comercio exterior y proteja nuestros productores de prácticas desleales de comercio.
Ya en el primer trimestre de este año, nuestro balance comercial con EUA fue negativo y en crecimiento.
Parte del problema es la falta de instrumentos gubernamentales para regular la aplicación y negociación de esos tratados. Eso hay que ponerlo en funcionamiento a la brevedad posible, para no ser perdedores en la apertura comercial.
2008-05-29 02:38:41