Opiniones

LAS ROSAS

Orlando dice…

Orlando Gil

LAS ROSAS



Resulta interesante ver como en el PRD se cambian los papeles con una facilidad impresionante, y un día se es Caín y al siguiente Abel, o como en el cine americano, en una escena se aparece el duro de Lee Marvin y en la que sigue lo sustituye el galante de Cary Grant. Durante la campaña Miguel Vargas fue forzado a tener un talante de peleador de la calle, que no le era propio, pues con Milagros Ortiz Bosch y los demás aspirantes aguantó todos los golpes y no devolvió más que rosas blancas, acogiéndose a la enseñanza poética de José Martí (“Öen junio como en eneroÖ”). El gobierno lo escogió por manso, pero se alegró cuando le presentó pelea, pues así podía aplicarse a fondo usando los recursos de la anticampaña o guerra sucia. El tal vez no lo admita, pero supo que mientras los ataques a la moral del presidente Leonel Fernández no llenaban su cometido, pues las malas actuaciones de sus funcionarios les resbalaban, las revelaciones de sus negocios afectaron su imagen y sus posibilidades.



El gobierno no utilizó en su contra más que lo que por mediciones se establecía le hacía daño. Hubo carabina que nunca dispararon, o municiones que se quedaron en almacén, porque se sabía por anticipado que no causarían  efecto. Con asociarlo a la gestión de gobierno de Hipólito Mejía o manipular los negocios que hizo como empresario, consideraron los estrategas oficiales, que era suficiente…



LAS LÍNEAS



Llamé la atención a tiempo sobre esa doble línea de combate, pues por un lado andaban el presidente y el secretario general del PRD desatando los infiernos y por el otro iba el equipo de campaña de Miguel Vargas a contramarcha, como buey arando a la mala. Al final se impuso el tren de pelea de Ramón Alburquerque y Orlando Jorge Mera, porque en el PRD la guapería de boca es una virtud. Lo interesante es que la procacidad de Alburquerque el PLD nunca la respondió, y en vez de atacar a Jorge Mera, incluyó a su padre, Salvador, en uno de esos spots con que se quiso mantener vivo en el recuerdo los pasos del PRD por el gobierno. Es decir, que la campaña de propuestas del candidato del partido blanco no pudo implementarse, porque sus responsables debieron ocuparse de colocar escudos para cubrir a Vargas de las descalificaciones de su adversario. El mejor ejemplo fue la actitud frente a Nicolás de Jesús Cardenal  López Rodríguez. Mientras Vargas quiso cultivar esas relaciones, para por lo menos neutralizarlo, y no provocar su ira como hizo  Hipólito Mejía, Alburquerque arremetió contra el purpurado con una violencia verbal que iba más allá de lo propio de una campaña electoral. No se si el Cardenal López Rodríguez tiene comunicación directa con Dios, pero aquí y entre los humanos, sus anatemas son una condena: los resultados están a la vista.



EL OLIVO

Estas apreciaciones vienen a cuento porque el fin de semana el presidente del PRD, guardó su hacha y levantó un ramo de olivo, y al hacer contravino la posición del ex candidato Miguel Vargas, quien le había dado con las puertas en las narices a la propuesta del presidente Leonel Fernández para un diálogo o concertación. La respuesta de Vargas fue apresurada, y poco institucional, pero Orlando Jorge Mera había arreglado la carga en el camino cuando la asumió como propia del partido. Esa situación era conocida por Alburquerque, pues ambas declaraciones se habían producido la semana pasada, por lo que hay que considerar que cuando aprovechó su programa de televisión para plantear la conveniencia de discutir un programa común de solución al problema energético, era consciente de que enmendaba la plana a Vargas y a Jorge Mera. Lo más interesante de todo es que ese espacio se transmite todas las semanas y ningún medio se ocupa de reseñar sus opiniones. ¿Por qué  sí en esta oportunidad? ¿Acaso se avisó con tiempo? El gobierno necesita un interlocutor en el PRD, y de quien menos se esperaba que desempeñara ese papel era Alburquerque. ¿Por qué los funcionarios del área energética les tomaron tan rápido la palabra? En un ambiente político en que las sospechas hacen camino al andar, entre las tantas preguntas, está la de si no habría un anticipo, pues ahora el león no era tan fiero como lo pintaban…

2008-05-29 02:43:49