EL TIRO RÁPIDO
de
Mario Rivadulla
Al filo del mediodìa de hoy, el Presidente Leonel Fernàndez y el Vicepresidente Rafael Albuquerque recibieron sus sendos certificados de elecciòn para un nuevo perìodo. La entrega corriò a cargo del Presidente de la Junta Central Electoral, doctor Julio Cèsar Castaños Guzmán, en el curso de una sencilla ceremonia efectuada en el auditorio de su sede, en presencia del pleno de ese tribunal y un escogido grupo de invitados.
La ceremonia, precedida por el himno nacional, diò comienzo de manera formal con el discurso introductoria del doctor Castaños Guzmán. El magistrado puso énfasis en el ejemplar sentido de orden conque el electorado concurriò a las urnas, al tiempo que la forma especialmente organizada en que se montaron y efectuaron los comicios. El orador recordò que tanto el uno como la otra fueron objeto de especiales reconocimientos por parte de las comisiones de observadores internacionales que recorrieron los colegios el dìa de las votaciones.
Pero no todo fueron elogios y parabienes. Ya al finalizar su intervención, Castaños Guzmán llamò la atención del Presidente reelecto sobre las graves responsabilidades que habrà de encarar en su nuevo periòdo de gobierno, y aùn antes de finalizar el presente. Sus advertencias fueron resumidas en una frase muy gràfica con la que concluyò sus palabras: “la carga que trae el cargo”.
El reelecto mandatario agotò a su vez el obligado turno de orden. Fue un discurso tambièn breve en que destacaron tres aspectos.
El primero fue el de sostener la legitimidad de su victoria, dando respuesta a argumentos de la oposición, principalmente esgrimidos por voces del PRD, especialmente su propio Presidente Ramòn Albuquerque.
Para ello, apelò a la lectura del mensaje recibido del Secretario General de la OEA felicitàndolo por la validez de su triunfo en primera vuelta, asì como el informe inicial de los observadores del organismo, donde tambièn hacen resaltar el orden, la normalidad y transparencia con que transcurrieron las elecciones.
En otro orden, el Presidente Fernàndez defendiò la tradicional y fuertemente satanizada reelección apelando a varios ejemplos històricos, afirmando que su escogencia sin traumas para un nuevo perìodo de gobierno es un ejemplo de madurez y fortalecimiento de la democracia dominicana.
Cubierto el expediente polìtico, lo màs importante a nuestro juicio fue la referencia final hecha por el Ejecutivo a las advertencias que tambièn, en la conclusión de sus palabras, le dirigiera el Presidente de la Junta sobre los problemas que tendrà que enfrentar en su nueva gestión.
El doctor Fernàndez dijo estar consciente de que el paìs tanto como la humanidad estàn viviendo una etapa muy difícil de crisis. Esta se manifiesta en distintos escenarios. Crisis del petróleo por la ruinosa escalada de precios para la economía de la mayorìa de los paìses. Crisis alimentaria que amenaza de hambruna a millones de personas, por carestía y encarecimiento de rubros esenciales como el arroz, el aceite, el maìz, el trigo, los productos làcteos y tantos otros que son componentes esenciales de la dieta.
Crisis financiera principalmente en Estados Unidos y Europa. Crisis climàtica por el fenómeno del llamado “calentamiento global”, potencial y grave amenaza a las condiciones que hacen posible la vida humana en la tierra. Pudièramos agregar por nuestra parte, una profunda crisis de valores.
No obstante todo lo anterior, el reelecto Presidente se mostrò confiado y optimista de que al igual que en difíciles ocasiones anteriores, està en capacidad de hacer frente a esos retos y en medio de ese mar de dificultades, mantener el ritmo de crecimiento del paìs y promover su progreso econòmico y bienestar social.
No hay pues excusa por vìa de ignorancia o sorpresa. El Presidente y su equipo admiten saber lo que les espera por delante. Es de suponer que cuando muestran tan firme confianza en que podràn sortear todos los escollos y hacer una gestión de gobierno que, al final, presente un balance de logros razonables es porque han evaluado sus opciones y previsto las medidas que tomaràn.
Solo resta pues, repetir la clàsica sentencia: Si es asì, que Dios se lo premie y el pueblo se lo reconozca; de lo contrario, que ambos se lo tomen en cuenta.
2008-05-30 03:01:51