Leonel Fernández: Cuatro años más en la administración de las Cosas Públicas
Por Víctor Cruz
A menos de veinticuatro horas para que el Presidente Leonel Fernández reciba nueva vez el “Jura al cargo” de Presidente de la República y yo, transitando por la 27 de Febrero camino a la oficina de un amigo común, el Doctor Luís Inchausti, hombre respetuoso y querido en las estructuras orgánicas del PLD y también de aquellos que no lo son.
Al llegar a la oficina de éste militante bochista, la sonrisa hermosea el rostro, disipa las sombras y lleva luz y esperanza donde antes había nubes y desaliento. Este señor tiene el poder de transformar una tarde oscura con el anuncio aquel, del fallecimiento del Doctor Norge Botello y el accidente ocurrido hoy en la Autopista Higuey – La Romana, dejando un saldo de más de treinta muertos y un frío día, transformado en una mañana iluminada por los sentimientos más puros de la solidaridad y el amor que refleja el señor Luís Inchausti para los otros.
- ¡Saludos!… ¿Cómo están ustedes?
- Hoy, no quiero a nadie aquí en esta oficina, hoy no hay ayuda para nadie, váyanse para su casa que aquí no hay na’.
Pero, ese discurso fue de la boca pa’ fuera.
- Que cosa, eta’ dijo Don Luís, a mi no me hacen caso éstos compañeros.
Y una joven, alta y flaca del Sector de Villa Duarte, aborda al personaje; ésta mujer con un golpe en la frente y los labios cenizos y pies polvorientos, cuando escucho el discurso del dirigente peledeísta se sintió apenada, pero, luego él volviéndose hacia atrás, le preguntó:
- ¿Usted quiere hablar conmigo?
Y ella respondió:
- Sí, señor
- Espéreme un momento.
Esta joven se sintió forastera, en un momento sin amigos, sin sonrisa, pero, el Doctor Inchausti, encendió en su corazón la llama de una esperanza. Esto me recuerda, cuando el bebé sonríe, la mamá cansada se olvida de toda la fatiga, viendo en la alegría del niño los encantos de la maternidad, la belleza de la vida.
Cuántos hogares se transformarían como por encanto si hubiera entre sus componentes la disposición a sonreír; si el esposo y los hijos, al regresar al hogar, esbozasen en los labios una alegría contagiosa y comunicativa; si la esposa, recibiéndolos, revelase el entusiasmo de la sonrisa. “Si ofrecemos sonrisas, las recibiremos de vuelta; si pronunciamos palabras agradables y alegres, nos serán dichas otra vez.
Este hombre, se ha convertido en un especialista de enfermedades sicosomáticas que muchos enfermos al pasar por su oficina se recuperan de sus males físicos.
¡Oye que magia! ¡Que luz da éste hombre a los que han perdido la esperanza! Siempre tiene la disposición alegre y optimista. Un conocido siquiatra de la democracia cristiana recomendaba a sus pacientes el siguiente tratamiento: pase primero por la oficina de Luís Inchausti y mantenga la sonrisa y verá que nunca dejará de sonreír”.
Por lo tanto le recomiendo a ustedes hacer lo que hace Don Luís que dice: “la magia de ésta oficina es saber sonreír”. “¡Sonreír de tres en tres minutos y también en los intervalos! Repetir la dosis antes y después de las comidas, al acostarse y a levantarse. ¡No se preocupe, que siempre va a tener motivos para sonreír! ¡Afligiéndose menos con los problemas, el nuevo periodo del presidente Leonel Fernández le será más alegre y feliz!
El 16 de Agosto, sonríe, a la vida, es como un gran espejo, sonría y ella le sonreirá”. Reciba después del discurso del presidente en el Senado de la República un cántico de alabanza en el corazón, ésta receta tiene el apoyo de Salomón, mucho antes de que apareciera la medicina psicosomática.
Si a usted lo tomaron en cuenta para los nombramientos, sonría y si no lo tomaron en cuenta también sonría, porque la sonrisa es el vehículo del hombre frente al Padre. ¡Que alegre se siente uno cuando uno sonríe frente al Padre que nos dió la vida!
¡Felicidades Luís Inchausti! Porque independientemente de lo que pueda pasar el 16 de Agosto su oficina será el gran símbolo de la sonrisa que muchos de nosotros buscamos.
15 de Agosto de 2008
2008-08-15 21:56:23