Opiniones

EL TIRO RÁPIDO

EL TIRO RÁPIDO



De



Mario Rivadulla



Lunes 18/08/2008.

Por espacio de casi 2 horas, el Presidente Leonel Fernández se dirigió a la nación el pasado sábado en el acto de juramentación para su segundo período consecutivo de gobierno. Como siempre, el mandatario hizo gala de un estilo oratorio académico y fluido, del que solo se apartó en muy contadas ocasiones para tomarse la licencia de repetir algunas de sus tradicionales consignas políticas.

La pieza del mandatario se puede dividir en 3 partes.

La primera fue un resumido recordatorio de las condiciones, especialmente difíciles, en que encontró el país al inicio de su gestión en el 2004 y de las medidas que debió adoptar para superar la crisis. Puso especial énfasis en la política económica aplicada que permitió lograr la estabilidad macroeconómica, controlar la inflación en un dígito, mantener la tasa del dólar dentro de un rango aceptable y sin variaciones significativas, impulsar el crecimiento económico, aumentar las reservas de divisas del Banco Central y recuperar la confianza en el país de los organismos internacionales, las agencias de riesgo y los inversionistas extranjeros.

Después de este apresurado repaso de inculpaciones a la anterior administración, que los legisladores perredeistas presentes soportaron con gran estoicismo, el discurso presidencial se orientó hacia el escenario internacional para enfatizar una vez más, la alta cuota de responsabilidad que corresponde al exagerado precio del petróleo, agravada por las maniobras especulativas, en la crítica situación económica mundial, que afecta sobre todo a los países dependientes del petróleo y de economías débiles, como es el caso nuestro. Así mismo, a las alzas registradas en los principales alimentos, granos, aceites y lácteos, al igual que las materias primas e insumos, como ocurre con los fertilizantes, el acero y otros renglones estratégicos.

Un punto interesante del enfoque presidencial fue la reivindicación del derecho de los países latinoamericanos, africanos y asiáticos a compartir el liderazgo en los organismos internacionales, como el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio, ente otros, hasta ahora reservado con exclusividad a norteamericanos y europeos. Y de igual modo, las críticas acerbas que dirigió a países que han basado sus niveles de competitividad en el uso de mano de obra esclava o pobremente retribuida.

Al caer en el escenario nacional, el Presidente Fernández hizo una serie de señalamientos y compromisos que asumirá durante su próxima gestión en áreas esenciales. Tales el mejoramiento de los niveles de salud, mediante la aplicación de políticas preventivas,  y de la educación a través de un vasto programas de construcciones escolares y educativas, becas de post-grado,  la elevación de los salarios y preparación académica del profesorado, e igualmente la ampliación del número de raciones del programa de alimentación escolar, que alcanzará a 2 millones de estudiantes. Puso énfasis también, en el acortamiento de la brecha digital, que conlleva  la promesa de seguir apoyando el excelente trabajo llevado a cabo en este sentido a través de INDOTEL.

En el campo de la Seguridad Social, reiteró anuncios hechos con anterioridad sobre el aumento significativo de la cobertura de la Tarjeta Solidaridad para beneficiar a 800 mil familias pobres, del Bonogás y del subsidio focalizado de la electricidad, en cuyo campo anunció nuevas inversiones en energía eólica y las plantas a carbón y agradeció al presidente colombiano Álvaro Uribe, presente en la ceremonia, la oferta de suplir energía hidraúlica a precio económico mediante un cable submarino que llegará hasta Puerto Rico.

Pero sin dudas, los dos anuncios de mayor impacto que hizo en su discurso el Presidente Fernández fueron las distintas medidas de carácter legal y de apoyo financiero al sector agropecuario nacional con la finalidad de garantizar la seguridad alimentaria del país; y el ambicioso plan de obras públicas que detalló, donde destacan carreteras, acueductos, centros escolares y tecnológicos, mercados de acopio, plazas agropecuarias, la segunda línea del Metro, el túnel por debajo del Ozama y el ferrocarril Haina-Santiago, dentro de un cúmulo mucho más extenso. Para llevar a cabo ambos propósitos, el Jefe de Gobierno proclamó su intención de promover una firme y estrecha alianza entre el Sector Público y Privado dentro del marco legal de un proyecto de legislación que hará llegar al Congreso.

Como era de esperar el discurso del Presidente ha provocado diferentes reacciones. Lógica la de ácida crítica y rechazo del PRD, tomando en cuenta la línea opositora adoptada por esa agrupación. Moderada la del Reformista, cuyo Secretario General consideró la pieza positiva y la propuesta de concertación merecedora de estudio. El sector Agropecuario, en general, lo ha recibido con entusiasmo.. Los industriales aprovechan para reclamar también se les otorguen facilidades similares a las del agro, para mejorar su competitividad. Y no son pocos los que consideran que el plan de obras anunciado por el Presidente, sobrepasa con mucho el término de su gestión y las posibilidades financieras de su gobierno.



Este, en fin,  quedará sometido a la prueba inexorable del tiempo, que dirá hasta donde sus promesas se convertirán en hechos tangibles. Y para ello, tendrá que poner de inmediato, manos a la tarea.

2008-08-19 17:04:47