Leonel Fernández un Sermón sin terminar
Por: Víctor Cruz
Cierta vez un hombre subía apresuradamente las escaleras del Palacio Presidencial y se encontró con una señora que serenamente cruzaba la puerta principal de la cópula de poder más importante de la nación dominicana, saliendo del santuario presidencial él le pregunto:
- ¿Ya terminó el sermón? – Le preguntó agitado.
- Bueno – respondió la señora –, el presidente terminó de predicar ahora vamos a orar y cantar.
- ¡Entonces, el sermón ya terminó!
- ¡Oh, no! El presidente hizo su parte, pero ahora debo completar su sermón en mi vida.
El país desea ver si su política es práctica, si su política tiene una fe viva, eficaz, operante, traducida en frutos. En otras palabras, el pueblo necesita ver sermones completados en la vida de cada seguidor del presidente Leonel Fernández Reyna, en el cumplimiento de su misión política, esto me hace recordar la misión profética de Eliseo quien pasaba frecuentemente por Sunem, donde vivía una mujer rica. Ésta, observándolo constantemente y viendo los frutos admirables de su ministerio, dijo con palabras de admiración: “Éste siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios”. En otras palabras, Eliseo vivía en su vida diaria aquello que predicaba.
¿Qué dicen acerca de nosotros nuestros amigos, nuestros vecinos, nuestros clientes, nuestros proveedores, nuestros aliados partidarios?
Muchos de nuestros incrédulos hoy se encuentran estremecidos por el temor y la angustia, necesitan oír el mensaje terminado del Presidente de la República. Pero, además oír a los hombres que quieren ver el poder transformador de éste mensaje en la vida de los seguidores de aquellos que creemos en una nueva civilización.
El testimonio que debemos dar hoy está basado en la sonrisa, pero ante todo consiste en predicar la verdad, no olvidemos el argumento más poderoso del cree, que es la misma creencia, es una vida semejante a la obra de Cristo.
El doctor Leonel Fernández Reyna, en su discurso de “Juro” habló de las perspectivas de su gobierno hacia los próximos cuatro años y eso me hace recordar la vieja Escuela Marxista que decía: “que un cambio de patrón no es liberación”.
Pero, yo sigo con mi slogan: “que sólo el pueblo salva al pueblo”. Y que no creo en otra cosa al tratarse de política que no sea la doctrina de Jesucristo. ¡Que rían aquellos juramentados por el Presidente, que rían aquellos que no fueron juramentados por el presidente! Que a pesar de los pesares él es un hombre bendecido por Dios.
¡La lucha es diaria, éxitos caminante!
19 de Agosto de 2008
2008-08-19 17:57:51