EL TIRO RAPIDO
De
Mario Rivadulla
La Fiscalía del Distrito Nacional y la Junta Central Electoral anuncian que coordinarán acciones encaminadas a someter a la Justicia unos 151 expedientes incoados por suplantaciones de identidad. Estos casos serán remitidos de manera individual al Ministerio Público dado que cada uno presenta características particulares.
Desde que los magistrados del organismo electoral, a poco de tomar posesión de sus cargos, anunciaron la disposición de paralelamente a la organización del proceso comicial como principal encomienda, se abocarían a reorganizar todo el sistema de Oficialías Civiles saludamos y apoyamos la medida como necesaria y positiva. De esa forma, la Junta al dar vigencia a la Ley y Reglamento sobre la materia, podría depurar y reorganizar las Oficialías, que hasta entonces eran repartidas graciosamente como proventos privados. Estos, convertidos en fuente de todo género de corruptelas y maquinaciones ilícitas, trocaron en millonarios a más de un beneficiario. Esa situación varió o al menos se redujo sustancialmente la posibilidad de seguirlas utilizando para esas prácticas dolosas a partir del momento en que pasaron a ser controladas por el organismo y el personal que labora en las mismas a formar parte de su empleomanía.
Desde el principio del trabajo de verificación de los registros de las Oficialías se detectaron numerosas irregularidades. En muchas de esas dependencias se había montado un lucrativo negocio de expedición de actas falsas, sobre todo de nacimiento. No pocas de esas inscripciones arropaban la verdadera identidad de elementos buscados por la Justicia, tanto nativos como extranjeros.
Esta ha sido una práctica muy frecuente en nuestro medio y ha permitido que elementos de largo expediente criminal en sus respectivos países de origen, reclamados por la Justicia de los mismos y buscados por la INTERPOL, encontraran aquí un refugio propicio gracias a la obtención de documentación falsa pagada con largueza, que les ha permitido disfrutar de una estancia cómoda.
Inclusive en esa oportunidad, se reveló que en los propios archivos de la DNI aparecían suplantadas las identidades de algunos de estos indeseables.
Ingenuo pensar que de la noche a la mañana esta situación se podrá corregir. El submundo de la delincuencia se vale de todo género de artimañas para tratar de burlar a la Justicia. Y es de imaginar que en este caso, también apelarán a recursos alternativos para proveerse de documentación falsa. Pero no cabe duda que al pasar las Oficialías al control de la Junta y ser sometidas a rigurosas auditorías periódicas, las facilidades de que gozaban antes para adquirir una nueva personalidad por esa vía se habrán de reducir de manera significativa. Es necesario, sin embargo, complementar dicha acción sometiendo a la Justicia a todos aquellos que sean descubiertos en tales intentos, tanto los interesados como los funcionarios y empleados que se avengan a servirles de cómplices, por lo general en base a generosos sobornos.
De ahí, la importancia de esta labor coordinada de la Fiscalía con la Junta Central Electoral, que debe ser extendida a todos aquellos lugares en que se detecten irregularidades de esta naturaleza, para las cuales debe categorizarse jurídicamente la clasificación de criminales y ser sancionadas con las más fuertes penalidades dependiendo en cada caso de la gravedad y consecuencias de cada una por separado. Porque en este sentido, aunque ambas sean acciones ilegales, no reviste la misma importancia otorgar un acta falsa a un haitiano ilegal sin expediente delictivo que tan solo busca evitar que lo deporten a su país, que a un capo de la droga o a un malhechor internacional de largo prontuario criminal. Y de éstos, en el país, al parecer, no son pocos los que han encontrado acomodo seguro.
De esperar que la Junta mantenga un control riguroso y periódico sobre el accionar de las Oficialías y una permanente depuración de los registros de actas para evitar falsificaciones y adulteraciones, al tiempo que se muestre particularmente enérgica en traducir a la justicia a cuantos sean sorprendidos en tales trampeos. Porque con la salud, al igual que con la nacionalidad, no se puede jugar.
2008-10-20 18:34:32