Opiniones

EL TIRO RAPIDO

EL TIRO RAPIDO



De



Mario Rivadulla

Jaime David Fernàndez Mirabal cumpliò su palabra.  El funcionario recordò a las granceras que llegaba a su tèrmino del plazo concedido para que pudieran extraer materiales de construcciòn de las cuencas de los rìos. Y advirtió que en el caso de aquellas que no respetasen el plazo, la Secretarìa procederìa a suspender sus operaciones.  Dicen que guerra avisada, no mata soldado. En este caso, sin embargo, hubo granceras que hicieron oìdos sordos al aviso, seguramente validas de su gran poder, demostrado a lo largo del tiempo, que les ha permitido pisotear una y otra vez las normas ambientales con total impunidad.

No ha ocurrido asì en esta ocasión.  Vencido el plazo, la Secretarìa a la que ha insuflado nuevos aires de autoridad y responsabilidad la presencia del ex Vicepresidente, procediò a militarizar las que violaron el plazo y que operan en las cercanìas del rìo Nizao, desde hace muchos años sometido a una explotaciòn continua y desmedida que en muchos tramos lo han dejado convertido en apenas un hilo casi imperceptible de agua.  Se informa que otras varias granceras operan en el àrea, pero dentro de las disposiciones establecidas.

No hay que decir que Fernàndez Mirabal se està conquistando un amplio espacio de reconocimiento pùblico. Adicionalmente, està contribuyendo con su enèrgica gestión a fomentar en la ciudadanìa una cada vez màs amplia conciencia del valor que representa mantener la calidad del medio ambiente y la preservación de los recursos naturales.  Ya no es una preocupación limitada a grupos ambientalistas y ecològicos, sino una toma de posición que va ganando cada vez màs cuerpo en el seno de la sociedad.

Como cabe esperar, las granceras afectadas por la acciòn de la Secretarìa no se van a quedar cruzadas de brazos. Moveràn cielo y tierra en su favor.  Haràn uso de su gran poder econòmico e influencias para tratar de mantener los privilegios de que han hecho gala durante todo este tiempo.  Y apelaràn, como es tambièn lògico, a argumentar que la industria de la construcciòn se verà afectada y que se encareceràn los costos de la misma y por consiguiente, el valor de los nuevos inmuebles.

Ignoramos hasta què punto esto pueda ser cierto y en què medida. Si mantener la extracción dentro de los lìmites legales, o mejor aùn, de trasladar sus operaciones a las minas de agregados que existen en el paìs y que el entonces titular de la cartera, Max Puig, afirmò que se acercaban al millar. Pero no creemos que sea determinante en el marco de los diferentes componentes que concurren a establecer el valor de construcciòn de un inmueble.   Pero en todo caso, nada resulta comparable a mantener un ambiente sano y apto para la vida humana, las especies animales y vegetales,  el desarrollo de la producción agrícola, el turismo y muchas otras formas de generar riqueza y empleo.  Tener techo es importante, pero sin agua ni comida resulta imposible la continuidad de la vida.  Pero las advertencias de los cientìficos dedicados al tema y las señales crecientes que nos està enviando la Naturaleza y de las que tenemos cada vez màs contundentes pruebas tangibles,  son bien precisas. No admiten ni vacilaciones ni demoras en aplicar las medidas màs enèrgicas para evitar en el tiempo un desastre ecològico que estamos en capacidad y obligación de prevenir.

No se trata de obstaculizar la marcha del progreso como afirman quienes pretenden escudarse en ese argumento un tanto populista para defender posiciones que resultan irresponsables y de resultados definitivamente catastròficos. Nada de abogar absurdamente por sustituir el automóvil por la bicicleta, prescindir de los aviones, alumbrarnos con velas en vez de electricidad, desmantelar las fàbricas, eliminar los aires acondicionados y los televisores y cubrir el cuerpo con taparrabos como nuestros antepasados indios.    Lo que se busca, lo que resulta inaplazable es lograr la màs absoluta armonìa entre la inaplazable conservación del habitat y nuestros modernos hàbitos de vida asì como los requerimientos de las actividades productivas que demandan el uso de los recursos naturales.  En muchos paìses, èstos son explotados de manera racional y renovable.  Aquì, no ocurre asì.  ¿Cuàntos rìos han desaparecido como consecuencia de la extracción abusiva de agregados?  ¿Acaso de mil 600 cuencas acuìferas no revelò el propio Jaime David que 400 carecen de agua?  ¿Es que se inventò la cifra?  ¿O viene a ser que se han secado por capricho de la propia Naturaleza? Que se sepa, èsta no obra en su propia contra.  Por el contrario, en su comportamiento ha demostrado ser mucho màs racional que quienes la agraden de continuo, provocando se rebele con màs justificada frecuencia y furia.

No creemos que conciliar Naturaleza y progreso resulte tan difícil.  Muchas otras naciones lo han conseguido o lo estàn logrando. No podemos permitirnos el lujo de hacer menos.  Todo radica en que marchen de la mano una firme voluntad polìtica y una clara conciencia social.  Podemos conseguirlo.  Y Fernàndez Mirabal parece bien encaminado en esa direcciòn. Esta es una primera pero muy importante batalla donde enfrentarà fuertes intereses y grandes influencias, cuando no verdaderas complicidades.  De su resultado, dependerà plantar cara a otras muchas jornadas que involucra su gestión.  En el camino emprendido merece todo el respaldo del gobierno y el apoyo de la ciudadanìa.  

2008-10-22 17:14:54