Opiniones

EN SOLIDARIDAD CON NARCISO ISA CONDE

EN SOLIDARIDAD CON NARCISO ISA CONDE 



Jesús Santrich



Integrante del Estado Mayor Central de las FARC 



En este octubre de resistencia indígena, en este octubre de inmortales recuerdos bolcheviques, en este octubre del guerrillero heroico, en este octubre de lluvias que reverdecen esta ingente montaña que tiene imperecedera la presencia de ese ángel de la guarda de los guerrilleros del pueblo al que hemos dado el merecido título de Héroe Insurgente de la Colombia de Bolívar, el inolvidable Manuel Marulanda Vélez…; en fin, en este octubre, en este octubre de resistencia, quiero de manera especial, con mi saludo a todos los compañeros de lucha que puedan leer esta nota, convocar la solidaridad irrestricta en favor del Camarada Narciso Isa Conde. Desde este espacio deseo hacer también la reiteración de mis más profundos sentimientos de amistad y solidaridad sobre su persona, su familia y sus compatriotas, frente a tanto vilipendio  que en contra suya mana de aquellos que por su causa de justicia le amenazan y le hostigan. 



He mirado con intermitencia pero con atención las denuncias sobre la inquina de sus perseguidores y las mentiras de la canalla que por su actividad revolucionaria lo fustiga, y quiero, entonces, expresar humildemente en valoración de su digna condición de revolucionario inclaudicable mi testimonio sobre lo que como fariano considero significa la figura y el ejemplo de Narciso.  



En la estrada de la lucha por los pobres he conocido a muchas personas extraordinarias, capaces de entregarlo todo por los demás. En esta oportunidad expreso públicamente que una de ellas es el compañero dominicano, revolucionario de siempre, camarada incondicional, Narciso Isa Conde. 



Aunque se trata de una persona que por su propia conducta manifiesta, evidente, denota su intachable carácter altruista y decoroso, mi testimonio es que se trata de un hombre de absoluta entereza moral, camarada cuya vida es un sagrado templo de principios, donde el cirio de la profunda sensibilidad social destella verbo inagotable clamando justicia y libertad para los oprimidos del mundo. 



Creo que si acaso de él salen bombas, ráfagas, combates, son de certeras palabra, de ideas contra las ignominiosas murallas de los imperios, contra las pagodas de los adoratrices del dólar, contra los íconos del capital financiero, para demoler el cerco de ignominias que pretenden acorralar la voz de los oprimidos. 



De terrorista lo han tratado las alimañas de la explotación. ¿Pero…, qué clase de “terrorista” es Narciso? Pues de aquellos que renueva con sus ansias de libertad para los pobres de la tierra la esperanza en la posibilidad real de la verdadera convivencia humana. 



“Terrorismo” le llaman los de arriba a su palabra que les hiere…, “terrorismo” a su militancia apostólica erguida cual arma justiciera frente a los agravios de los poderosos. 



Definir a Narciso como “terrorista”  es poner en evidencia  aún en la argumentación de los tiranos, una acepción que entraña la antítesis de la opresión y el saqueo contra los pueblos. Si el silencio es la cobardía de los intelectuales, la palabra de Narciso es la valentía que  tanto necesita el debate ideológico contra los explotadores; es grito justiciero contra la impunidad de los crímenes cotidianos del imperialismo. Ese es su “terrorismo”. 



La palabra de Narciso nace cada día y renace desde la necesidad y sufrimiento de las pobrerías con la triple audacia de la vindicta, como daga contra el verdugo, por el sufrir y el dolor ajenos. 



Debo decir que efectivamente, como él lo ha señalado en algunos documentos, a Narciso le he entrevistado varias veces. He tenido ese honor que reconozco con satisfacción, gratitud y orgullo; y digo que ha sido una experiencia enriquecedora en la que Narciso siempre ha entregado en sus respuestas, de manera didáctica y ejemplar, enseñanza de amor y patriotismo en favor de los desposeídos. 



Por todo ello reitero que siendo Narciso un hombre que piensa y actúa como revolucionario verdadero, él es combativo credo bolivariano enalteciendo día a día a las pobrerías, sus anhelos, sus esperanzas, sus posibilidades…, sus utopías. Es Narciso un combatiente que expresa y potencia la fe en la victoria de la emancipación latinocaribeña. 



Militante, compatriota, camarada y amigo, Narciso es un hijo del pueblo, digno hijo que tiene el mérito de expresar sin temores, de manera diáfana, desde el sentimiento y la razón, desde la pasión de su limpia conciencia comprometida con los oprimidos, su discurso de patria grande y socialismo. 



Un ser de estas calidades enaltece la lucha revolucionaria, sin duda. Por ello al verlo en su quehacer denodado de comunista entregado a la causa de su pueblo, de su dominicana isla y del continente en cada escenario del mundo donde lo requieran; al verlo, por ejemplo, al pie del busto del legendario guerrillero Manuel Marulanda Vélez, con su verbo aguerrido anunciando el mañana sin tiranos, reivindicando el derecho de los pueblos a la resistencia, a la rebelión, aún cuando penden sobre él tantas amenazas malevas; al verlo encabezando ese hermoso proyecto de unidad, de internacionalismo y solidaridad que es la Coordinadora Continental Bolivariana en tránsito a Movimiento Continental …, no podemos menos que rendirle admiración  y respaldo.  



Los revolucionarios y demócratas del continente debemos ser la coraza en la que Narciso pueda abrigarse de las acechanzas de sus enemigos. De hecho, sabemos que él es huracán rebelde que no cesa; pero ahora en que más que nunca necesita de la solidaridad, brindársela es ineludible e inaplazable deber de reconocimiento a su abnegación. 



Vaya la salva de los fusiles desde las montañas de Colombia de parte de quienes luchamos su mismo sueño, y particularmente la salva de los corazones de quienes en estas trincheras comuneras le apreciamos como hermano. 



Con mucho fervor y convencimiento, debo decir  que Narciso Isa Conde efectivamente es un peligro para las oligarquías del continente, no porque cargue un fusil al hombro. A lo que le temen es a sus ideas de justicia y emancipación. Y es que ese camarada de plástica en su palabra de poeta y luchador, tiene la constancia de darnos júbilo con su verbo ungido por la aureola de la verdad severa de sus sentimientos venidos del arrabal, del hábitat de los parias, del universo de los desterrados y desarraigados; es decir, de su condición de clase. 



Se equivocan quienes ultrajándolo, amenazándolo o emboscándolo creen que lo van a silenciar. No es hombre, Narciso, que arredre sus banderas porque sienta cerca el azufre del terrorismo de aquellos que ostentan el título de victimarios de los pueblos. En cualquier circunstancia, con absoluta seguridad, su voz, sus escritos, sus actos y hasta su reposo seguirán siendo vida apostólica en favor de las pobrerías. Desde la cima del altruismo, agitando al viento la esperanza en el mañana, él seguirá siendo azote contra los idólatras de la explotación. Por eso, sencillamente por eso es que le temen los explotadores y le queremos sus camaradas. 



Fibra él  de la acción bolivariana, como titán eleva el puño por una causa que muchos creían sepultada. Inapacible su arenga se llueve para fertilizar los surcos de la resistencia. 



Narciso Isa Conde es recio látigo de virtudes contra las infamias de las abyectas polichinelas del imperio que pululan en los gobiernos burgueses del continente. Por eso le temen, por eso lo odian, por eso quisieran verlo muerto. 



Les espanta la tempestad de su elocuencia, su legión de argumentos arremetiendo contra el neoliberalismo hambreador que nos impone el capital financiero; les aterra su palabra profetizando la hora victoriosa de los pueblos que rearman la utopía. 



De Narciso temen sus propuestas concretas sobre socialismo y democracia; le temen a su persistencia en la búsqueda práctica de la emancipación continental; le temen a la franqueza de su alma y de sus razones; a esa su probidad que convierte la pluma de sus artículos en la lanza de Hatuey en Maisí, en la rebeldía de Enriquillo en Barohuco, en la bizarría de Anacaona y Guarocuya en Xaragua, avanzando contra los fieros chacales del despotismo. 



Sí, definitivamente las palabras de Isa Conde no son inofensiva…; son ellas de amor al pueblo, pero poetizando la sentencia a muerte contra la opresión imperial. Su palabra es la guillotina  contra los turiferarios de las tiranías que infestan a Nuestra América. Un tributo Mirabal para los desposeídos, antorcha caamañista contra las grotescas felonías de los burgueses, tempestad caribe contra los lacayos que inclinan la cerviz frente a la Green Card con la que les pagan la obediencia traicionera sus amos. Narciso es vivo ejemplo del coronel  Domínguez Fernández…, la fuerza presente del abril rebelde de Quisqueya explotando contra los acantilados de la resistencia antiimperialista para al instante elevarse cual fumarola de utopías que anonadan la perfidia  de los serviles. 



Que clase de rebelde con causa es nuestro compañero, el bolivariano camarada Narciso Isa Conde, el bravo y valiente Nalso, como cariñosamente le conocemos y le queremos mientras lo vemos andando los caminos de Nuestra América con el sentimiento de la libertad en las cananas de su luminoso sueño socialista. 



En la cloaca de un mortecino odio morboso se ahogarán los peleles capitalistas criollos que se amamantan con la bazofia del imperio, atormentados con la presencia de Narciso que terco anuncia la sagrada estancia del comunismo. 



Si esa pléyade  de rumiantes de la plusvalía, con su tiranía endemoniada, condena a Narciso, es porque en sus mentes no hay lugar para la generosidad. Pero…, por encima de los gobernantes, burócratas y lameculos del imperialismo y sus burguesías decadentes, más allá de ese miasma que mana de la podredumbre del lacayismo miserable que desprecia la dignidad y el valor, arrojo y convicciones, una legión de revolucionarios aclama, quiere y respalda al compañero Nalso. 



De verdad que siento que lo que se pueda y se deba decidir en defensa del valioso camarada es tanto, que lo que se diga en estas palabras que nacen del corazón podría parecer poco. Por eso, ante todo, lo que deseo es agradecer a Narciso por su grandeza humana. Ya se que es una acción de deber y convencimiento que el no quisiera seguramente que le agradezcamos. Ya sé…, pero qué tempestad trae su alborada, qué fuerza nos entrega el camarada cuando de su arenga surgimos como flecha, de su puño como lanza. Narciso, hay que decirlo, ha ido enseñándonos de diversas maneras el valor al telúrico combate de los pueblos que se levantan como fuego de la Pacha Mama, haciéndonos reverdecer la identidad, el recuerdo de Uceda, de Cerpa Cartolini, de Fabricio Ojeda, de Roque Dalton, de Velasco Alvarado, de Eloy Alfaro…, de lo que ha sido, en fin, la gesta de la América toda, que él reivindica  con su ejemplo reviviendo cada vez que puede en sus conversaciones el sol de Ayacucho y de Pichincha , el sortilegio de las doce lunas  misioneras… Él es, definitivamente, un hombre de Nuestra América; la metáfora del Incarri, el Amaru juntándose como muchedumbre insurgente en la bolivaríada creciente del “macrocosmos de la raza humana” emancipada por la que bulle su conciencia. 



No es perdonable silenciarse en esta hora; hay que decirle al mundo a quién es que pretenden aniquilar estas bestias cobardes, hirsutas ratas del albañal del capitalismo. 



Narciso representa ese grito colectivo de la América Nuestra que se lanza al viento desde la edad del maíz y la mandioca, desde el tiempo de la bantú tambora de los Orichas, hermanada con las polifonías ancestrales de lo que fuimos y debemos seguir siendo como originario y mestizo pueblo de pueblos, desde más allá del Arauco hasta el Bravo Río  que arrullara el grito de guerra de Oceola y el extenso sueño sin cadenas  de Zapata y Flores Magón.  



Narciso es expresión de la rebeldía del Caribe y la América Latina, antillana voz, andina y orinoca voz, llanera, selvática y amazónica voz…, nuestramericana voz de pueblo en lucha por la definitiva independencia, con el signo de la Patria Grande y el socialismo en su estandarte infinito de revolucionario de patria o muerte. 



Tanto, tanto hay que decir para reivindicar a Narciso Isa Conde como genuino luchador, que me excuso por no ser suficiente, y en compensa agrego para conocimiento las palabras que sobre importantes aspectos de la obra de nuestro camarada dominicano, hiciera el Comandante Iván Márquez para prologar el libro ¿En el siglo XXI cuál democracia, cual socialismo? 



Seguros estamos, Narciso,  que nada nos hará retroceder; seguros estamos camarada timonel de tempestades. 

 

Prólogo 

Iván Márquez

Integrante del Secretariado de las FARC-EP 



Desde la isla ubicada en el trayecto del sol y de los huracanes, desde Dominicana, nos llega Narciso Isa Conde con su obra En el siglo XXI cuál democracia, cuál socialismo para dinamizar el debate de hoy en Nuestra América.



En el Foro Social Mundial de 2005 en el Brasil, el Presidente Chávez había dicho: “es posible trascender el capitalismo por la vía del socialismo y más allá, en democracia; pero no esa democracia que Superman quiere imponernos desde Washington”. Y más tarde precisó en Caracas: “Hay que inventar el socialismo del siglo XXI”. Es a partir de estas manifestaciones del líder bolivariano que Isa Conde desata sus arraigadas convicciones de siempre sobre el socialismo y pone sobre la mesa todo un arsenal de propuestas para proseguir en esta nueva etapa la construcción de ese gran sueño de la humanidad. 



No es una idea surgida en el aire o una invención. Es un viejo anhelo que está vivo, ad portas de emprender con Bolívar y nuestros próceres la marcha hacia su destino ineluctable, el nuevo orden del futuro. Viene siendo desde la Comuna de París; en la doctrina de Marx encontró sus bases teóricas y filosóficas, y en la Revolución de Octubre conducida por Lenin encendió la esperanza de los pueblos con su primer asalto al cielo. 



Desde esta perspectiva las reflexiones de Narciso Isa Conde, surgidas al calor de la lucha, son una incitación al debate y a la adopción de una posición política frente al socialismo en el siglo XXI. Algunas de ellas suscitarán controversia, como es natural, pero en su conjunto sugieren o trazan derroteros que convocan a la acción, a la lucha. Los cantos de sirena que pregonaban la derrota del socialismo y el fin de la historia se están silenciando para dar paso a los Quijotes de este siglo en su resuelta arremetida contra la infame explotación del hombre por el hombre. Están apareciendo nuevos pertrechos y municiones para el rearme de la utopía.  



La alborada de los pueblos está despuntando. El capitalismo no pudo resolver los graves problemas de la humanidad: 40 millones de personas mueren de hambre al año, 3 mil millones viven en la pobreza y casi mil millones no tienen empleo. Es la hora de la acumulación de fuerzas y de la unidad hacia la construcción de la alternativa anticapitalista. 



Para Isa Conde, en el norte de Suramérica se está levantando la cuarta ola revolucionaria representada en la Revolución Bolivariana de Venezuela y en la exitosa resistencia de las FARC a la estrategia del imperio y las oligarquías. Considera el dirigente dominicano que la primera ola fue la revolución cubana, el estallido de guerrillas en los años sesenta y la revolución de abril en Quisquella que uniera en un solo puño al ejército de Caamaño y al pueblo. La segunda, la surgida del triunfo electoral de Salvador Allende en Chile y el accionar revolucionario de montoneros y tupamaros en Argentina y Uruguay. Y la tercera ola, la que se levantó en el istmo centroamericano con la Revolución Sandinista y las insurgencias guatemalteca y salvadoreña. 



Coincide esta lectura de la realidad con lo que el sociólogo estadounidense James Petras ha dado en llamar el triángulo radical, que no es otra cosa que la COLOMBIA de Bolívar (Venezuela, Colombia y Ecuador), convertida junto a otras luchas en el continente en preocupación geopolítica de Washington por el serio cuestionamiento que plantean a su predominio hegemónico. No es gratuito que Santa Fe IV encienda las alarmas Washingtonianas ante el regreso de Bolívar, de su pensamiento y de su acero. 



Esta ola surgida en el norte de Suramérica contiene en sí la potencia de Bolívar. Desde 1819 a 1830 conformó un todo orgánico, COLOMBIA, que incluyó también a Panamá, y fue referente de libertad en todo el mundo. Y ahora, sus componentes fundamentales son fuerzas que se identifican en su aspiración al socialismo. 



Unir proyecto de Bolívar y socialismo, es crear la potencia extraordinaria que clama el anhelo de los pueblos para que la independencia, la libertad y la justicia arropen con su ola toda la extensión de Nuestra América. 

Decía el gran historiador Juvenal Herrera Torres, uno de integrantes de la presidencia colectiva de la Coordinadora Continental Bolivariana, a la que también pertenece Narciso Isa Conde, que “Bolívar y Marx no se oponen sino que marchan juntos. Ambos fueron demoledores y fulminantes luchadores contra la opresión”. 



La cuarta ola revolucionaria sólo necesita la cohesión de sus componentes en torno a una estrategia para que empiece a galopar de nuevo la esperanza. Cuenta con el respaldo de los pueblos de América Latina y el Caribe y la solidaridad del mundo. 



En reciente ocasión nos atrevimos a plantear que el socialismo del siglo XXI es el mismo proyecto del Libertador en la antesala de su concreción. Hoy podemos afirmar con toda certeza que la estrategia política y el pensamiento de Bolívar -discípulo del socialista Simón Rodríguez-, contiene los insumos fundamentales para la construcción del nuevo socialismo. Allí está el programa de la revolución con sus objetivos de Nuevo Poder, independencia, libertad, democracia, justicia social, igualdad, soberanía.  



Con la destrucción de la máquina burocrático-militar del poder opresor de los españoles Bolívar señaliza un camino para hoy. Sin la construcción del Nuevo Poder, con el pesado lastre de la vieja máquina, es imposible levantar el vuelo hacia la libertad y el socialismo. Es también condición sine qua non atacar con todas las fuerzas a ese enemigo de las aspiraciones de los pueblos que se llama división. “La opresión está reunida en masa bajo un solo estandarte, y si la libertad se dispersa no puede haber combate”. “Unidos seremos fuertes y mereceremos respeto, divididos y aislados pereceremos”. Las convicciones del Libertador resuenan actuales. 



Debemos definir quién es el enemigo principal, quiénes los aliados, a quiénes hay que neutralizar. “Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia a plagar de miserias la América en nombre de la Libertad”. “Jamás política ha sido más infame que la de los norteamericanos hacia nosotros”. Bolívar dejó sentadas las bases del pensamiento antiimperialista latinoamericano como aporte real a la causa de la libertad, nos dice Juvenal Herrera. 



Desde hace 180 años el Libertador Simón Bolívar nos está proponiendo los elementos materiales y espirituales para la construcción del nuevo socialismo: “Yo antepongo siempre la comunidad a los individuos”/ “El sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”/ “Un gobierno en que la ley sea obedecida, el magistrado respetado, y el pueblo libre: un gobierno que impida la trasgresión de la voluntad general y los mandamientos del pueblo”/ “La soberanía del pueblo es la única autoridad legítima de las naciones”/ “El destino del ejército es guarnecer la frontera. ¡Dios nos preserve de que vuelva sus armas contra los ciudadanos! Basta la milicia nacional para conservar el orden interno”/ “las minas de cualquier clase, corresponden a la República”/ “Todas las haciendas y propiedades de cualquier especie pertenecientes a los padres capuchinos y demás misioneros que han hecho votos de pobreza, quedan confiscados a favor del Estado”. “Quedan igualmente confiscadas todas las propiedades del gobierno español, y de sus vasallos, sea cual fuere el país de su residencia”/ “Reintegrar a los indios en el goce de todos los resguardos que les corresponden, cualquiera que sea el poseedor que los tenga… para que tengan todo el terreno que puedan cultivar y puedan así salir del estado miserable a que están reducidos”/ Plantea Bolívar la socialización de la propiedad basada en la “necesidad pública o la utilidad general, probada legalmente; en estos casos la condición de una justa indemnización, cuando las circunstancias lo permitan, debe presuponerse”/ “Seremos para siempre libres, iguales e independientes”/ “La igualdad es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la justicia y la libertad, que son las columnas de este edificio”/ “He conservado intacta la ley de leyes: la igualdad. Sin ella perecen todas las garantías, todos los derechos. A ella debemos hacer todos los sacrificios”/ “¿Nuestras armas no han roto las cadenas de los esclavos? ¿La odiosa diferencia de clases y colores no ha sido abolida para siempre?”/ “La hacienda nacional no es de quien os gobierna. Todos los depositarios de vuestros intereses deben demostraros el uso que han hecho de ellos”/ “Todo funcionario público, a quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado o tomado para sí de los fondos públicos de diez pesos arriba, queda sujeto a la pena capital”/ “La educación popular debe ser el cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades”/ “ El primer deber del gobierno es dar educación al pueblo”/ “La leyes deben ser propias, justas, legítimas y útiles”/  “Nuestra patria es la América”/ “Yo soy del sentir que mientras no centralicemos nuestros gobiernos americanos, los enemigos obtendrán las más completas ventajas”/ “Unidad, unidad, unidad, debe ser nuestra divisa”/ “Nuestras repúblicas se unirán de tal modo, que no aparezcan en calidad de naciones, sino de hermanas”/ “No creo que los americanos (del norte) deban entrar en el congreso del istmo”/ Y como previendo el futuro de los tratados comerciales con la potencia del norte. Bolívar había advertido que “formado una vez el pacto con el fuerte ya es eterna la obligación del débil”/ “Si los indígenas del Ecuador pueden vestir a América para qué vamos a importar confecciones”/ “La libertad es el único objetivo digno del sacrificio de la vida de los hombres”.   



Ahí está el germen para la mundialización del nuevo socialismo. “Reconocer un año antes de que naciera Carlos Marx –dice Pividal-, que existían diferencias de clases y clasificarlas de odiosas es una concepción tan avanzada que todavía hoy nos sorprende”. 



Y en cuanto a cuál democracia, dejemos que El Libertador nos haga algunas sugerencias:  “Nada es tan conforme con las doctrinas populares como consultar a la nación en masa sobre los puntos capitales en que se fundan los estados, las leyes fundamentales y el magistrado supremo…”/ “La verdadera soberanía es la mayoría nacional”/ “Yo no conozco más partido de salud, que el de devolver al pueblo la soberanía primitiva para que rehaga su pacto social… Esto es más que justo y eminentemente popular, y por lo mismo, muy propio de una república eminentemente democrática”/ “No puede haber república donde el pueblo no está seguro del ejercicio de sus propias facultades”/ “Siempre he preferido las opiniones del pueblo a la de los sabios”/ “No tengo otra ley, que cumplir la voluntad pública; no la obligaré ciertamente ni aun para su propio bien, siendo mi insignia: obediencia al pueblo”/ “Tengo mil veces más fe en el pueblo que en sus diputados”/ “Sólo la democracia es susceptible de una absoluta libertad”/ “El pensamiento es el “primero y más inestimable don de la naturaleza. Ni aún la ley misma podrá jamás prohibirlo”.  



Para el socialismo en el siglo XXI es indispensable la planificación y el control, trazar los grandes derroteros teniendo en cuenta la opinión del pueblo y levantar diques morales para atajar la corrupción. Dejarla hacer y dejarla pasar es criminal. Promueve el descrédito público. Hay que detenerla a tiempo para que no mate la esperanza de los pueblos. 



La democracia que requerimos es la democracia popular, así, con ese pleonasmo necesario, para diferenciarla de la que nos han impuesto las oligarquías y el imperio. No queremos más la democracia de los invasores, de los expoliadores, de los cipayos, de los carceleros de Abu Ghraib y de Guantánamo, de los que aplastan o disuaden pueblos con portaviones y misiles, de los que pisotean la soberanía y la dignidad de las naciones. La democracia debe ser popular, y el socialismo debe ser popular. 



Es necesario liberar las mentes de las cadenas de la ideología neoliberal, que mientras enajena con elucubraciones filosóficas mata de hambre, bombardea pueblos, impone tratados comerciales tramposos, avanza en la recolonización del mundo, interviene militarmente en Colombia y prepara la agresión contra la Venezuela bolivariana. ¿Proscribir a los clásicos y asumir el fin de la lucha de clases porque así lo decreta el post modernismo? ¿No conmovernos ante el heroísmo y el sacrificio soviético en la derrota del fascismo durante la segunda guerra mundial? Deshacernos de esos grilletes mentales para volver a las raíces del socialismo, sin ese subjetivismo de que nada sirvió, para tomar de esa experiencia lo acertado, ligándolo a lo nuestro, a los aportes de nuestro pensamiento autóctono, Mariátegui, nuestros amautas, lo raizal, el hombre nuevo del Che, a lo comunitario que siempre ha identificado a nuestros pueblos indígenas. 



Cuando en el 91 las FARC adelantaban conversaciones de paz con el gobierno de Gaviria en Caracas, los altoparlantes del gobierno y de los gringos nos decían que la lucha armada había perdido vigencia, que aprovecháramos el cuarto de hora para lograr una incorporación decorosa al sistema político vigente, que ya había caído el muro de Berlín… Sin vacilaciones les respondimos que el hambre y la miseria, las desigualdades sociales, no habían desaparecido bajo los escombros del mencionado muro. Los gobiernos de Colombia han pretendido la desmovilización de los guerrilleros sin cambios en las injustas estructuras y sin tocar los privilegios oligárquicos. 30 millones de colombianos viven en la pobreza. Esto deben tenerlo en cuenta los que aún sostienen que la guerrilla tuvo su oportunidad hasta la década del 70, que la actual es una guerrilla endémica o que es narcoguerrilla, coincidiendo de alguna manera con la campaña mediática del imperio que busca deslegitimarla, despojarla de su aureola política y justificar su intervención militar en el conflicto interno de Colombia. Igualmente deben saber que el Plan estratégico de las FARC o Campaña Bolivariana por la Nueva Colombia seguirá su avance por la senda trazada. 



Hacemos un reconocimiento a Marx, a Lenin, a la Revolución de Octubre, a Mao Zedong, a Cuba, a Vietnam… que no fueron ni son infalibles para no equivocarse en un proceso de construcción y de búsqueda de caminos. Ellos pueden decir con los versos del romancero español: por ventura os vanagloriáis porque vuestras armas están bruñidas/ en cambio mirad la mías ¡qué amelladas están!/ porque hieren y han sido heridas. 



Todas las luchas deben ser convocadas. Es preciso dar la batalla con las ideas y también con la legitimidad de las insurgencias armadas. Al imperio que combina todas las formas de lucha para garantizar la opresión, incluyendo las más violentas y terroristas, y que está armado hasta los dientes, no podemos darle la ventaja de enfrentarlo desarmados. Hay que enfrentarlo así como Bolívar enfrentó al imperio español. Es equivocado pretender que la lucha de los pueblos tenga que marchar como rebaño correctamente enfilado por el estrecho callejón de las luchas institucionales, electorales y dentro de la legalidad de las oligarquías. Al lado de las luchas populares, al lado de la necesarísima batalla de las ideas, de los triunfos electorales de los pueblos, también son buenos dos o tres Vietnam (de los del Tío Ho), como diría el Che. Razón tiene Isa Conde: un déficit injustificable es la falta de coordinación de las fuerzas más avanzadas. 



Es un imperativo la concatenación de las luchas de los pueblos y de los gobiernos revolucionarios. Durante muchos años Cuba luchó casi sola contra el imperio. Ahora que Venezuela está en esa arena política, la estrategia de dominación de los Estados Unidos encuentra mayor resistencia. ¡Que tal si ya fuéramos la potencia hemisférica soñada por el Libertador! 



El tema de la solidaridad planteado por Narciso Isa Conde obliga a la reflexión. Ella es un gesto hermoso, inherente a los revolucionarios y a las causas justas. Pero algunos al repasar las luchas del continente omiten o ignoran la del pueblo de Colombia contra la política fascista de seguridad democrática, la resistencia de las FARC al Plan Patriota del South Command estadounidense. Es como si en el mapa de América Latina el sitio que le corresponde a Colombia hubiese sido borrado, o como si en la resistencia antiimperialista de las FARC, no resistiesen también los pueblos de Nuestra América. 



¡Qué ejemplo el de Alexandre Petión! Desde Haití -esa que hoy permanece invadida por los Estados Unidos, bajo el disfraz de los cascos azules de la ONU-, le brindó sin reservas la solidaridad espiritual y material que requirió Simón Bolívar para emprender la campaña libertaria en el continente. Y tuvo que hacerlo en secreto, de manera clandestina, pero lo hizo. Tenía que cuidarse de las hostilidades de España y de los Estados Unidos a la vez. La primera buscaba pretextos para recuperar el control de toda la isla, mientras los gringos amenazaban con la ruptura de las relaciones con todo gobierno que reconociera la independencia de Haití. Sin embargo, esto no impidió a Petión ayudar a Bolívar con barcos, armas, soldados y municiones. Cuando le pidió compenetrarse de “mi ardiente deseo de que sean emancipados todos los que sufren bajo el yugo de la esclavitud”, le estaba entregando también la luminosa bandera social que necesitaba la revolución hispanoamericana para triunfar. 



Es una deuda histórica y sagrada, que las fuerzas motrices de la ola revolucionaria de estos tiempos debe saldar con su solidaridad bolivariana para que el pueblo de Petión rompa definitivamente las cadenas y supere esa situación cíclica de invasiones extranjeras y brutales dictaduras.  



Nos recuerda Isa Conde la lucha política de República Dominicana, la resistencia de un pueblo a las invasiones norteamericanas, los atropellos por más de 30 años de la dictadura trujillista incubada por los gringos, el paso fugaz del demócrata Juan Bosch por la presidencia y las nuevas intrigas de la Casa Blanca para restablecer el trujillismo, y esa admirable revolución encabezada por el Coronel de Abril, Francisco Alberto Caamaño, que en 1965 resistió, junto al pueblo, durante varios meses la invasión de 42.000 marines yanquis. Caamaño es ejemplo vivo para los militares, porque actuó con el acierto de armar al pueblo, confió en él para resistir con una fuerza cívico-militar a los yanquis invasores en una guerra patriótica que no debemos olvidar. 



Saludamos el surgimiento en República Dominicana del Movimiento Caamaño Vive que se propone continuar la lucha por la independencia, contra el imperio, y las políticas antipopulares del camaleón trujillista que detenta el poder, que es neoliberal o lo que sea, según el requerimiento de la Casa Blanca. 



La alternativa anticapitalista a la que se refiere Isa Conde, tiene como iniciador y detonante el regreso de Bolívar, de su pensamiento y de su espada, que hoy cabalga en la ola que se ha levantado desde el norte de Suramérica cuyo objetivo de independencia y libertad conduce al socialismo. Es vital para el futuro de justicia y dignidad de los pueblos del mundo, integrar las luchas y los liderazgos. Reunir la resistencia antineoliberal para cerrarle el paso a los voraces de Wall Street y sus halcones. En Bolívar nos encontramos todos. El es espacio estratégico de unidad y bandera de integración de pueblos y de luchas. 



La identidad estratégica es condición de la vanguardia colectiva. La lucha por SOCIALISMO Y PATRIA GRANDE, que abraza a Bolívar con el socialismo, reclama de esa vanguardia colectiva un Manifiesto que encauce y direccione el esfuerzo hacia la conquista de la plena independencia, con la certeza que “la libertad del nuevo mundo es la esperanza del universo”. “El impulso de esta revolución está dado, ya nadie lo puede contener”. 



Volando por entre las próximas edades, mi imaginación se fija en los siglos futuros, y observando desde allá, con admiración y pasmo, la prosperidad, el esplendor, la vida que ha recibido esta vasta región, me siento arrebatado y me parece que ya la veo en el corazón del universo, extendiéndose sobre sus dilatadas costas, entre esos océanos que la naturaleza había separado y nuestra patria reúne con prolongados y anchurosos canales. Ya la veo servir de lazo, de centro, de emporio a la familia humana: ya la veo enviando a todos los recintos de la tierra los tesoros que abrigan sus montañas de plata y oro; ya la veo distribuyendo por sus divinas plantas la salud y la vida a los hombres dolientes del antiguo universo; ya la veo comunicando sus preciosos secretos a los sabios que ignoran cuán superior es la suma de las luces a la suma de las riquezas, que le ha prodigado la naturaleza. Ya la veo sentada sobre el trono de la libertad, empuñando el cetro de la justicia, coronada por la gloria, mostrar al mundo antiguo la majestad del mundo moderno. Simón Bolívar.

Que continúe el debate sobre el nuevo socialismo. 

2008-10-29 00:26:33