Por Anneris Hernández Ortega
Es preocupante saber cómo los hogares dominicanos cada día decrecen en cuanto educación y pérdidas de valores humanos. Las altas tecnologías que cada día avanzan en nuestro país, no impide que este flagelo disminuya; al contrario la situación ha empeorado de manera catastrófica. Paradójico, verdad?
Quedé estupefacta, cuando leí en un periódico de circulación nacional sobre un estudio dado a conocer por el Consejo Nacional de Drogas, con la colaboración de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Instituto de Estudios, Población y Desarrollo de Profamilia que, estudiantes del país inician el consumo de drogas lícitas a partir de los 12 a 13 años y las ilícitas de los 13 años en adelante y, más preocupante aún, es que un grupo entre los 14 y 15 años admitieron haber consumido alucinógeno, quienes constituyen un 29.6% y artículo a base de anfetaminas un 42.5%, según el estudio.
Qué podemos hacer?
Esto requiere de una análisis profundo; ¡cuando el estudio señala que las drogas ilícitas de mayor consumo en los escolares, los representan el crack (54.3%) y cocaína (36.2%) y la de más fácil consumo la constituye la marihuana! Increíble.
Estoy segura, es más, doy por hecho que la causa radica, principalmente, en los padres o tutores de estos menores; y, por qué no también, mencionar a los directores y profesores de escuelas y colegios que tiene bajo sus hombros la responsabilidad de darle chequeo minucioso a estos estudiantes que, según la situación, parecen que trabajan como chivo sin ley, solamente por salir del paso.
Estos menores están en una edad que requiere de mucha atención, seguimiento. Qué hacen, con quienes se relacionan, qué lugares frecuentan. La influencia de amigos es una de las causas fundamentales para que estos jóvenes se introduzcan en este vicio a tan temprana edad y, otros muchos factores que influyen en este mal: Padres divorciados, madres solteras, problemas intrafamiliares y muchos mas que, sin nos ponemos a enumerarlos, no podemos hacerlo porque el espacio nos los impide.
Hoy en día los padres de familia no se preocupan en qué actividad andan sus hijos/hijas; solamente por el placer de complacerlos y salir de ellos de la manera que sea. Se encuentran ensimismados en sus asuntos más que en los de sus hijos.
Usted que es padre, madre, tutor o, quien tenga bajo la responsabilidad un menor de edad y está leyendo este escrito, déjame decirle que el futuro de esos jóvenes depende básicamente de usted mismo.
La enseñanza de un joven no empieza desde la adolescencia. Empieza desde el mismo momento que nace o, mejor aún, desde que usted sabe que va hacer padre y madre. Es ahí donde usted tiene que pensar qué tipo de educación le va a dar a sus hijos/hijas. No lanzarlo al mundo como si ellos supieran
el camino que van a elegir.
Los buenos modales y la educación empiezan en el hogar. No en la calle.
La comunicación entre padres e hijos debe ser la piedra angular para llevar a sus hijos a un futuro mejor. Personas de bien, para una sociedad que, cada día pide a gritos que se restaure hacia el bien común.
Atentamente,
Anneris Hernández Ortega
Periodista
2009-02-25 18:25:28