Doctor José A. Siliè Ramírez
Al escribir estas líneas, lo he hecho rotando en cada uno de los escritorios donde realizo mis cotidianas funciones profesionales; tanto en mi casa como en los centros laborales. Esto, para corresponder a la norma que me he dado de no dejar de trabajar en cada uno de los lugares donde estoy empleado. Dicha norma me hace sentir en paz frente a mis compromisos y decente frente a mi mismo.
Teniendo como aval, la experiencia de tres décadas de ejercicio profesional, tanto en la consulta privada, como en los hospitales públicos, me permito hacer ofrecer algunas reflexiones sobre aspectos que tienen que ver con la práctica médica y la responsabilidad, tanto de las autoridades como de los médicos, pues ambos son los garantes de los derechos del paciente.
Para aquellos que frecuentan los centros de asistenciales de salud, sean hospitales, subcentros, policlínicas, etc. Deben reconocer que el trato dispensado a quien acude a esos centros en busca de la ayuda que sólo allí se les puede ofrecer, no es del todo adecuado. Y eso al nivel que sea: consultas, servicios de laboratorio, referencias, etc.
Esto es algo que no estoy enfocando de manera individual, pues las personas en sí tienen sus limitaciones, pero nada justifica que el sistema de servicios no esté basado en un mejor trato y atención de calidad para los pacientes. O sea, que no ando buscando individualizar las culpas, pues todos somos parte del sistema, mi interés es que se aumente la supervisión y el entrenamiento para mejorar.
No puedo negar que me siento muy bien cuando los centros públicos de salud, son equipados con los mejores equipos que hay en el mercado, cuando vemos el confort de los mismos y nos creemos estar en un centro privado, de esos que hay ?por allá afuera? como dice nuestra gente o cuando después de mucho pedirlo nos instalan un aire acondicionado, todo eso es bueno.
También es muy bueno cuando nuestros médicos, incluyendo al suscrito, organizamos protestas en busca de mejor salario y mejores condiciones de trabajo, como una biblioteca moderna y al día, un confortable salón, equipado con computadoras actualizadas que nos permitan un mejor conocimiento de lo que esta pasando en el mundo médico especializado y de la salud ; o un mejor salario que nos permita vivir decentemente y porque no, en algunos casos, fuera del equipamiento tecnológico, mejores condiciones intra hospitalarias, tanto para el descanso y hasta la propia alimentación de quienes, en ocasiones, tienen que pasarse veinticuatro horas sin salir de los mismos.
Siendo consecuentes con los que ofrecen el servicio de salud es innegable que merecemos y necesitamos mejores condiciones y mejores salarios, pero también una mejor educación humanista para entender que «el enfermo no es un objeto técnicamente tratable y modificable a voluntad. No es jamás un instrumento para hacer algo y la única justificación para intervenir en él es la de ayudarlo a crecer y florecer hacia su propio fin?.
Todo esto influye de alguna manera en los estados de ánimo de nuestros colegas, lo sabemos por experiencia propia. Por eso es loable ver a las autoridades de salud y a los dirigentes del glorioso Colegio Médico, plantear que en todo el país se desarrollen actividades dirigidas a mejorar el aspecto humano en este campo.
El lector tendrá su propia respuesta. En lo que a mi respecta, propongo que se aúnen esfuerzos de todos los sectores, al igual como se hace con las campañas contra epidemias flagelantes, para que mancomunadamente, entre la Secretaría de Salud y el Colegio Médico se haga una campaña, dirigida a la humanización de la práctica médica.
2009-02-26 23:08:42