Opiniones

EL TIRO RAPIDO DE LA SEMANA

Mario Rivadulla

Viernes 13,03,09

En días recientes dejamos atrás la celebración del Dìa Internacional de la Mujer, que en nuestro caso abarcó una semana completa de diversas e interesantes actividades.

En los últimos 20 años la condición de la mujer en nuestro país ha sufrido cambios significativos en sentido positivo. La mujer dominicana de hoy en buena medida no es la misma de cuatro lustros atrás, cuando salvo excepciones contadas, permanecía en un estado de letárgico relegamiento.

De entonces a la fecha, el cambio ha sido visible y creciente. Hoy hay mujeres desempeñándose en prácticamente en todos los campos de la actividad económica, social y política, inclusive en aquellos que parecían estar reservados exclusivamente para el sexo opuesto. Tal, por mencionar el caso más llamativo, las delicadas funciones policiales y las árduas tareas militares, donde no solo se cuenta por cientos y miles la presencia de la mujer sino que son muchas las que han escalado las posiciones más relevantes con varias de ellas que ostentan orgullosa y merecidamente el rango de generalas.

La dominicana de hoy ya no está impuesta exclusivamente a ser secretaria, recepcionista, costurera, repostera de barrio o peluquera. Hoy tenemos mujeres empresarias, ejecutivas, cientìficas, médicas, abogadas, periodistas, profesoras, odontòlogas, laboratoristas, aviadoras, conductoras de taxis y camiones y hasta boxeadoras. Mujeres han ocupado la vicepresidencia, han sido y son congresistas, gobernadoras, síndicas y regidoras. Encabezan instituciones de toda naturaleza, incluyendo las más encumbradas representaciones del sector empresarial, gremios y grupos agraristas. Como una evidencia de su avidez por estudiar y superarse, el número de mujeres que profesa en las universidades es muy superior al de los hombres. Su marcha parece indetenible.

Esta es la cara positiva. La otra, lamentablemente, es que todavía resulta objeto de discrimen y prejuicio en gran medida. Mujeres que se desempeñan en las mismas posiciones que los hombres y con igual o mayor eficiencia, reciben sin embargo una retribución inferior como un rezago de ese sentido de inferioridad que todavía se le atribuye en muchos casos.

Peor aún son las vergonzosas expresiones de atropello físico, psicológico, social y sexual fruto de una todavía muy enraizada y torcida cultura de absurdo machismo que muchas veces termina del modo más trágico. Pruebas al canto: en apenas seis meses, tan solo la Fiscalìa del Distrito Nacional recibió 4 mil 141 denuncias de agresiones a mujeres y en lo que va de año, el número de feminicidios supera el registro durante el mismo perìodo del 2008.

La conclusión obligada es que si ciertamente es mucho lo que ha avanzado la mujer en el justo logro de que sean reconocidos sus derechos, establecidos en la ley pero violados en muchos casos en la realidad, todavía le queda un trecho por andar. Ese camino queremos y debemos realizarlo a su lado, quienes compartimos la razón de su causa hasta que desaparezca por y para siempre todo rezago de prejuicio en su contra.

TEMA

¿Comparte el derecho que le asiste a la mujer a ser tratada en igualdad de condiciones que el hombre?

2009-03-16 14:58:37