Mario Rivadulla
Martes 17,03,09
La ilustración de portada del matutino gratuito El Día, que dirige Rafael Molina Morillo, otorga gran fuerza gráfica a la versión que atribuye a elementos ligados al narcotráfico, el secuestro y asesinato del joven Ramón Argenis Guerra Florián, ocurrido en días recientes, cuyo cuerpo apareció baleado en unos matorrales en la zona de Boca Chica. En la misma aparecen varios de los paquetes de un valioso cargamento de setenta kilos de cocaina que trataron de ser pasados de contrabando en un furgón por el Puerto Multimodal Caucedo, donde el joven victimado se desempeñaba en el Departamento de Control de Cámaras de Control de Vigilancia del mismo.
Según reveló el Director General de Aduanas, Miguel Cocco, como reacción de primera mano al conocerse el trágico hecho, fue precisamente el joven Guerra Florián la persona que operaba las cámaras de control gracias a las cuales se pudo detectar la presencia de la droga e impedir que fuese introducida en un barco procedente de Perú con destino a Holanda. Esto ocurriò dos semanas antes de que recibiese en su modesta residencia la indeseada visita del grupo armado que alegadamente le dió muerte. De ahí que el licenciado Cocco haya planteado que la investigación del crimen comience en base a esos antecedentes, sobre todo porque no existe ninguna otra razòn aparente que motivase el mismo.
Tal como señalamos al dar cuenta y comentario de este hecho, hay informes de que son varios los empleados y funcionarios del Multimodal que han sido vìctimas de asesinatos y accidentes que se consideran altamente sospechosos y pudieran calificar también como tales. Todos estarìan vinculados a intentos de contrabando, sobre todo de narcóticos.
Hoy la propia prensa matutina recoge declaraciones del Almirante Guillermo Barrera Hurtado, Jefe de la Marina de Guerra de Colombia, de visita entre nosotros, revelando que de las costas de su país salen anualmente entre 120 y 190 toneladas de cocaína con destino a los Estados Unidos y Europa. La ruta que siguen hasta llegar a los Estados Unidos se divide: la una, vía Centroamérica y México; y la otra, por la más desguarnecida del Caribe, incluyendo como es natural la República Dominicana, por donde también se envía hacia el Viejo Continente. Se trata de un volumen impresionante, que deja reducida a mínima expresión las treinta toneladas que admitió Quirino Paulino Castillo haber traficado a Norteamérica entre 1996 y el 2004, año en que fue detenido.
Agreguemos la lógica conclusión divulgada por el recién estrenado Jefe de la Marina de Guerra Dominicana, Homero Luis Lajara Solá, de que cuando a un cabo de la institución se le ofrece un soborno, por cierto resistido y merecedor de un ascenso, de 300 mil pesos y una jipeta por dejar salir una yola en viaje clandestino, cabe inferir que no se trataba de transportar solo ilegales sino adicionarle un valioso cargamento de drogas.
Todo lo anterior se suma a las muchas otras evidencias que se han venido acumulando y saliendo a relucir, sobre todo después de la matanza de Paya, que demuestran que real y efectivamente, tal como reconoció el Presidente Leonel Fernández en semanas recientes, el narcotráfico constituye al presente el principal reto que enfrenta el pais por el peligro que entraña contra la Seguridad Ciudadana y la misma Gobernabilidad, por lo que procede ponerle cara no solo por parte de los organismos de inteligencia y las fuerzas del orden, incluídos los estamentos militares, sino mediante una firme y sostenida acción colectiva que involucre a toda la sociedad.
2009-03-18 14:54:35