Por: Marlene de los santos
Ya son varios los años en que el país no vemos la llegada de un verdadero talento criollo, tal parece que a los empresarios de la industria discográfica les resulta menos costoso y mas provechoso a su economía hacer figuras desechables, razón por la cual se ha desvirtuado el verdadero concepto de lo que es un artista.
Una de las mejores épocas vividas en al ambiente artístico dominicano fue sin lugar a dudas la de los años 80. Época en la que surgieron artistas que hasta el momento no han podido ser remplazados por ninguno de esta generación.
Esto puede atribuirse a que antes se buscaba voz, buena interpretación y simpatía, sin embargo hoy día estos factores son los que menos cuentan, basta con tener un buen respaldo económico y un ?buen? relacionista publico que sepa donde mover el peso para colocar a su ?artista? en la palestra.
Otro punto importante y no menos influyente en este asunto, es la forma en que algunos medios de comunicación se han hecho participe en este evidente retroceso, donde pasamos de la calidad a la vulgaridad.
Podría el merengue de calle sustituir al merengue tradicional?
Ciertamente el merengue de calle es un ritmo contagioso y jocoso capaz de animar cualquier momento de chercha y chabacanería pero incapaz de permanecer y al momento de partir lo hace sin dejar huellas, contrario al merengue tradicional que a medidas que el tiempo pasa es mas añorado por la gente.
De igual modo, en el ambiente artístico han surgido figuras que no poseen más que bonitas caras y abolengos apellidos, queriéndo imponerse apoyados en sus influencias y no en sus condiciones artísticas.
Si nos preguntamos si podrían estos lograr por si solos llenar teatros y estadios como lo hacían los cantantes que surgieron en aquellos tiempos, la respuesta resultaría predecible ya que desde aquel entonces esto no acontece en nuestro país.
Realmente nuestra gente muestra su necesidad de retorno a lo bueno, cuando se les cita a disfrutar de los artistas de aquella pasada generación de gloria y asisten masivamente al encuentro.
De manera que estamos en el deber de dar paso a nuevos talentos siempre que estos reúnan las condiciones de artistas expresadas en el buen dominio de su voz, capacidad interpretativa y su conexión con el público (Carisma), mientras esto acontece, sigamos disfrutando del ayer hasta que obtengamos un mejor presente.
2009-03-20 16:20:29