José Gómez Cerda
Juan Bosch, nació en La Vega, en el año 1909, murió en Santo Domingo, en el 2001. Político y escritor dominicano que alcanzó la presidencia de la República en 1963, fue derrocado por un Golpe de Estado, en septiembre de ese mismo año. Gran escritor, especialista en el género de cuentos.
Conversar con el político y escritor dominicano Juan Bosch era un placer, por la atención que prestaba a su interlocutor, la compenetración de su mirada sobre los ojos de quién lo escuchaba, las sabidurías de sus conceptos y explicaciones; actuaba siempre cómo un maestro.
Habíamos protestado contra el golpe militar que derrocó al gobierno Las palabras de Juan Bosch surgían del orden de su sensibilidad social, proponiéndose lograr un lenguaje adecuado, con sonoridad; logrando excelente manera para expresarse, creando formas distintas al lenguaje cotidiano.
Habíamos protestado contra el golpe militar que derrocó al gobierno presidido por Juan Bosch, en septiembre de 1963. Y nos incorporamos al proceso de lucha por su retorno constitucional a la presidencia de la República.

Desde el mismo 25 de abril de 1965, La Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), apoyó el movimiento constitucionalista, que demandaba el regreso a la presidencia del Profesor Juan Bosch, durante la intervención militar norteamericana.
La CASC formó en la zona constitucionalista el Comando Armado Sindical Cristiano-CASC, cuyo comandante era Henry Molina, y yo el subcomandante.
La primera delegación internacional que llegó al país, después de la ocupación norteamericana, era de la OEA, y estaba al frente de ese grupo el chileno Alejandro Magnet. Este se sorprendió cuando le preguntó a Caamaño cuales eran los sectores que lo respaldaban, y el presidente Caamaño le dio los nombres de los que lo apoyaban, incluyendo a la Confederación Autónoma de sindicatos Cristianos (CASC).
Alejandro Magnet le dijo, que debía enviar a alguien al exterior para
explicar eso, pues afuera del país, todos pensaban que eran sólo los
comunistas que estaban en el movimiento constitucionalista.
El presidente constitucionalista, el Coronel francisco Alberto Caamaño,
me nombró representante de su gobierno para Venezuela, Chile y
México
Por insinuación del representante de la Organización de Estados
Americanos (O.E.A) ante la crisis dominicana, el chileno Alejandro
Magnet, le informó al Presidente Caamaño que los tres países que se
habían comportado mejor ante la invasión de los norteamericanos a
Santo Domingo, habían sido Venezuela, Chile y México; países que
nunca apoyaron la invasión norteamericana y se negaron a integrar las
Fuerzas Interamericana, que ocuparon a Santo Domingo, Caamaño me
designó para representar el gobierno y los trabajadores dominicanos en
esos países.
En Venezuela me reuní con el presidente Raúl Leoni, quién apoyaba la
lucha del pueblo dominicano, y se comunicó con José Antonio Mayobre,
político venezolano, para darle seguimiento a la invasión de Estados
Unidos a la República Dominicana.
En Chile, conversé con el presidente Eduardo Frei, y presidí una
manifestación de alrededor de 2,000 personas en el Teatro Caopolicán,
en Santiago de Chile.
Tanto Venezuela cómo Chile, sus gobiernos y los pueblos estaban en
apoyo al movimiento constitucionalista dominicano, que demandaban el
retorno del presidente Juan Bosch, al poder político.
En México hice declaraciones a la prensa internacional, que fueron
reproducidas en diferentes países, en especial en Puerto Rico, pues me
refería a la situación del presidente Juan Bosch.
Después de haber estado en Venezuela, Chile y México, en misiones
políticas, y en Nueva York, Washington, me instalé provisionalmente en
Puerto Rico, en el local de la Juventud Obrera Católica de -JOC, en la
Parada 26, en Santurce.
El día 25 de junio de 1965, tuve el privilegio de conversar personalmente
con el Profesor Juan Bosch, en un almuerzo en su residencia en el exilio
en Puerto Rico, en “La Trinchera del Honor”, en la casa del Sr. Diego
Bordas.
El Profesor Bosch estaba acompañado de su esposa Doña Carmen
Quidiello, luego se incorporó el Lic. Jacobo Majluta, y mi amigo el
Ingeniero Caonabo Javier Castillo.
Le rendí un informe al Profesor Bosch, en su calidad de líder del
movimiento constitucionalista.
Además de informarle mis actividades, desde que salí de Santo Domingo,
en plena guerra civil, el 16 de mayo de 1965, sobre los encuentros, y
conversaciones que tuve con el Presidente de Venezuela Raúl Leoni; mi
participación en una reunión del Comité Ejecutivo de la Central
Latinoamericana de Sindicalistas Cristianos (CLASC), actividades en Chile
cómo una conversación con el Presidente Eduardo Frei Montalva, y una
concentración en el teatro “Caupolicán”, ante dos mil personas;
actividades en México y Estados Unidos, también le conté un episodio
ocurrido el Washington, en el Departamento de Estado.
Le expliqué que el Presidente de Chile, Eduardo Frei me había informado,
que, aunque ellos respaldaban el movimiento constitucionalista,
diplomáticamente no podían reconocerlo cómo gobierno, antes que lo
hiciera la Organización de Estados Americanos (OEA). Algo parecido me
dijo el presidente de Venezuela, Raúl Leoni.
Le informé también que estuve en Washington desarrollando un programa
con reuniones con diversas personalidades norteamericanas, y le conté
al Profesor Bosch el altercado que tuve con un señor apellido
Montenegro, en el Departamento de Estado cuando él me solicitó la
posición de los trabajadores dominicanos frente a la ocupación
norteamericana, y le mostré el manifiesto de la Confederación Autónoma
de Sindicatos Cristianos (CASC), en apoyo al movimiento
constitucionalista y repudio a la invasión norteamericana, lo cual le
incomodó mucho. Y me sacó de sus oficinas.
En esa conversación expliqué a Juan Bosch, que la Confederación
Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC) apoyaba el movimiento
constitucionalista, nos habíamos a presentado en “Radio Televisión
Dominicana”, en respaldo a ese movimiento, y constituimos el Comando
Armado Sindical Cristiano (CASC), encabezado por Henry Molina;
mientras que la Confederación Nacional de Trabajadores Libres
(CONATRAL), afiliada a la Organización Regional Interamericana de
Trabajadores (ORIT), y la American Federation of Labor (AFL-CIO),
apoyaron la invasión norteamericana a Santo Domingo.
También le entregué mil dólares en efectivo que le había enviado el Sr.
Milton Messina, dominicano, que era funcionario de un organismo
internacional en Washington, cómo un aporte personal al movimiento
constitucionalista.
Le expliqué al profesor Juan Bosch, que estando en México hice una
rueda de prensa, y el periodista Juan Pablo Rusell me preguntó; ¿Por qué
el Coronel Domínguez Fernández, que estaba de puesto en Chile al
iniciarse la revolución dominicana, logró entrar al país y murió en un
ataque al palacio nacional, y Juan Bosch que estaba más cerca, en
Puerto Rico, no logró entrar al país? Mi respuesta fue, que “Juan Bosch era
prácticamente un prisionero de Estados Unidos en Puerto Rico”.
Esa información fue publicada en primera página en el periódico
puertorriqueño “EL MUNDO”, el 11 de junio de 1965; y otro periódico “EL
IMPARCIAL”, publicó, el 14 de junio un Editorial titulado “Hable el Señor
Bosch”, que inicia diciendo: “En un despacho de Prensa Unida
Internacional (UPI), fechado en la Ciudad de México, el dirigente sindical
cristiano de la República Dominicana, José Gómez Cerda, ha hecho la
afirmación de que el ex presidente Juan Bosch, escritor residente en
nuestra Universidad es prácticamente un prisionero de los Estados Unidos
en Puerto Rico”.
En esa noticia, firmada por el periodista Alfredo Margenat, el 16 de junio
de 1965, al cuestionar al Profesor Juan Bosch sobre las declaraciones que
yo había hecho en México él respondió: “El llamado a ser más explícito
en sus declaraciones es el propio José Gómez Cerda”. Concluyó
diciendo; “Yo no he dicho nada sobre ese asunto”:
El profesor Bosch me comentó cómo él hizo que el Coronel Domínguez
Fernández entrara a la República Dominicana, con una delegación del
gobierno norteamericano, que le permitió ingresar discretamente al país.
Estando en medio de la conversación, que era muy amena, hubo una
llamada telefónica desde Estados Unidos, que respondió Doña Carmen
Quidiello; esta llamó al Profesor Bosch a su habitación, le explicó el
motivo de la llamada, y este retornó a la conversación, ¡Enfurecido!
Nos dijo; “En estos momentos está saliendo un avión de Nueva York a
Santo Domingo, y lleva cómo pasajero a Joaquín Balaguer, quién pidió
permiso para regresar del exilio, con la excusa de una enfermedad de su
madre.
Esto quiere decir, que los norteamericanos llevan a su candidato; Joaquín
Balaguer. Ayudarán a que se realicen elecciones, donde yo seré el
“revolucionario”, y Balaguer el “pacifista”: “Eso quiere decir, que yo
tendré el 60% entre los jóvenes y los más radicales, pero Balaguer tendrá
un 60% entre los campesinos, y un 80% entre los mayores de edad, que
lo conocen más que a mí”. Así Balaguer ganará las elecciones
presidenciales, cómo le conviene a los Estados Unidos.
Esta profecía política de Juan Bosch, durante esa conversación, resultó
casi exacta, con algunas contradicciones, cómo los casos que Joaquín
Balaguer ganó en la zona constitucionalista y Bosch en los alrededores
de San Isidro, base de los militares anti constitucionalistas, en las
elecciones de 1966.
Esta conversación estableció una buena relación personal e institucional;
antes el Profesor Bosch tenía un criterio diferente de la Confederación
Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), porque sus compañeros
perredeistas en el país no le habían informado de esa posición interna y
externa de los trabajadores cristianos organizados.
Luego tuve varias oportunidades de conversar con el Profesor Juan Bosch;
dos veces conversamos sobre un tema que a él le interesaba, una fue
sobre los métodos de formación de militantes de la Juventud Obrera
Cristiana (JOC).
Juan Bosch me pidió que le detallara un método de formación de jóvenes
que le había explicado el Padre Benjamín Núñez, su amigo y colaborador
costarricense, cuando Bosch vivía en Costa Rica, y juntos formaron un
instituto internacional de formación política. Él había olvidado sus
métodos.
El Padre Benjamín Núñez es el creador de la central sindical llamada
Rerum Novarum, que aún existe en Costa Rica, fue Ministro de Trabajo y
Asesor de la Juventud Obrera Católica-JOC. Lo conocí en Costa Rica en
esa última condición.
Le expliqué al profesor Juan Bosch, el método de la Juventud Obrera
Católica-JOC, que es “ver, juzgar y actuar”, los círculos de estudios, y la
revisión de vida, trabajar en equipos y con encuestas…
Personalmente no me extrañó cuando el Profesor Juan Bosch creó los
“círculos de estudios», el trabajo en equipo y otros métodos educativos
en la formación del Partido de Liberación Dominicana –PLD, naturalmente
con matices políticas.
Otra conversación con el Profesor Juan Bosch, fue cuando él me llamó a
su casa, situada en la Pedro Henríquez Ureña, y me dijo que había leído
en la Revista ¡Ahora!, un artículo mío sobre la historia del sindicalismo
dominicano, pero él consideraba que yo no había relatado su
intervención, cuando la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV), hizo
una huelga internacional en el puerto de América Latinas, para que los
productos dominicanos no traficaran internacionalmente, después del
atentado al presidente de Venezuela, Romulo Betancourt de parte del
dictador Trujillo.
Juan Bosch me relató un viaje que hizo a Amberes, Bélgica, por barco,
para participar en un encuentro sindical, celebrado en Bruselas, para
tratar sobre ese boicot de los trabajadores portuarios, a nivel
internacional, organizado por la Confederación Internacional de
Sindicatos Libres (CIOSL), y la Confederación Internacional de Sindicatos
Cristianos (CISC). Su intervención ante la CIOSL era explicar políticamente
el boicot contra Trujillo.
Siempre tuve respeto por el Profesor Juan Bosch, tanto cómo escritor, que
cómo político. Sus conversaciones daban a entender cómo sentía la
cuestión social, su pensamiento y reacciones, que siempre fomentaban
la confianza y la credibilidad.
Tengo un grato recuerdo de mis conversaciones con el profesor Juan
Bosch, político y escritor exquisito.
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