El historiador Ramón Marrero Aristy al reseñar el acontecimiento indica que en el acto hicieron uso de la palabra el Presidente Trujillo y su colega Stenio Vincent, en un elevado tono patriótico.
Por Héctor Tineo Nolasco
Diariodominicano.com
SANTO DOMINGO, el 14 de abril de 1936, los presidentes de la República Dominicana, Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina y de Haití, Stenio Vincent, efectuaron en ciudad Trujillo, el canje de la Ratificación del Protocolo Final del Acuerdo Fronterizo Dominico-haitiano.
El historiador Ramón Marrero Aristy al reseñar el acontecimiento indica que en el acto hicieron uso de la palabra el Presidente Trujillo y su colega Stenio Vincent, en un elevado tono patriótico.
Durante los primeros años de su administración, Trujillo mantuvo buenas relaciones con Haití.
El 8 de marzo de 1936, Trujillo inició una visita oficial en Puerto Príncipe y en su honor se hizo una fiesta popular.
El día 9 de marzo de 1936, Trujillo y Vincent firmaron el acuerdo en Puerto Príncipe.
Las relaciones entre los dos países se deterioraron por la matanza de haitianos que dispuso Trujillo, el 2 de octubre de 1937.
A partir del día 2 de octubre de 1937, los servicios de inteligencia de la dictadura del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina llevaron a cabo la matanza de los haitianos y haitianas que eran localizados en el territorio de la República Dominicana.
En la persecución de los haitianos participaron miembros del Ejército Nacional y agentes de la Policía Nacional.
Ramón Marrero Aristy, al tratar los antecedentes que precedieron a la matanza, anota que la zona fronteriza entre Haití y la República Dominicana ha sido una de las más agitadas, por la idiosincrasia de los pueblos que se reparten el dominio de la isla.
Según la versión de Marrero Aristy:
“La población fronteriza haitiana, desde tiempo inmemorial, vivió en acecho de las propiedades dominicanas, en activa campaña de merodeo, para cometer las mayores depredaciones.”.
“En octubre de 1937, la zona norte de la región fronteriza fue sacudida por los violentos sucesos ocurridos entre agricultores y ganaderos dominicanos de Dajabón, Restauración y otros lugares, y verdaderas bandas de merodeadores, que noche por noche se dedicaban al robo de ganado y otra fechorías”.
En opinión del historiador Marrero Aristy:
“Algunos de esos contumaces asaltantes perdieron la vida en los caminos y sobre los corrales que eran objeto de sus fechorías”.
El historiador Robert Crasswellert resalta: “Con el objeto de probar la alegación de nacionalidad dominicana que algunos aterrados haitianos clamaban poseer, se adoptó una extraña y lapidaria pauta. A cada uno de aquellos se le pedía que pronunciara la palabra peregíl, y todos los que decían pelegíil eran condenados como haitianos y liquidados sin más”.
La matanza de los haitianos fue autorizada por el dictador Trujillo la noche del día 2 de octubre de 1937, en momentos que se encontraba en Montecristi en la residencia de la señora Isabel Mayer.
Trujillo ordenó la matanza de los haitianos luego que recibió la información de que sus agentes secretos en Haití habían sido asesinados en la vecina República.
La matanza de los haitianos se llevó a cabo durante 36 horas a partir de la noche del día 2 de octubre de 1937.
Acerca del número de haitianos y haitianas que fueron ejecutados hay versiones encontradas. Una da cuenta de que murieron de 5 mil a 25 mil extranjeros, pero el gobierno haitiano publicó la cifra de 12 mil, pero luego Trujillo dijo que fueron 18 mil.
Otra versión indica que el número de muertos fue de 15 a 20 mil.