Opiniones

EL TIRO RAPIDO DE LA SEMANA

Mario Rivadulla

Viernes 19,06,09

EL PECADO ORIGINAL

Valida la preocupación externada por el Director de la Escuela de Pedagogía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Víctor Encarnación, por el bajo nivel académico que presenta una gran parte de los estudiantes que hacer su ingreso a la carrera de Educación. Las áreas donde acusan mayor debilidad son la lectura, escritura y el cálculo, o sea, las mas esenciales para todo aquel que pretenda dedicarse a la docencia aunque de seguro podría agregarse la escasa o nula capacidad de nacionalización, de pensar y solucionar situaciones que parece ser un ejercicio ausente en la mayoría de nuestros centros educativos.

Desde hace mucho se viene advirtiendo sobre la pobre preparación académica que acusan muchos bachilleres que pretenden acceder a la educación superior y que, en no pocos casos, no pasa del primer curso de Secundaria. Sin que sirva de justificación ni de tonto consuelo, hay que reconocer que lamentablemente esa situación se da en todas las carreras profesionales, y no solo en la UASD. El director de la misma Facultad de Periodismo de la universidad estatal se quejaba en ocasión no muy distante, de que la mitad o mas de los cinco mil alumnos que por entonces tenía matriculados no dominaban la lectura ni la escritura, herramientas indispensables para el ejercicio de la carrera.

El origen de estas deficiencias hay que buscarlo en los inicios del mismo proceso educativo. Es un arrastre que se prolonga y crece a lo largo de toda la Primaria y la Secundaria, hasta obtener el titulo de bachiller pero sin que este refleje el caudal real de conocimientos del diplomado que en muchos casos, como apuntamos antes, resulta muy inferior al mínimo requerido. La UASD ha tratado de compensar estas carencias con cursos especiales que van de seis hasta doce meses, como una forma de abrirle al estudiante la posibilidad de cursar una carrera. Seria interesante conocer hasta que punto el método ha dado resultados. Evaluar si estos cursos intensivos y acelerados pueden suplir el déficit docente acumulado. Y también medir cuantos de estos bachilleres carenciados y presumiblemente compensados figuran en la elevada tasa de deserción que acusa la abultada nomina estudiantil de la universidad estatal.

El pecado original, según Radhamés Camacho, actual Presidente de filiación peledeísta de la poderosa Asociación Dominicana de Profesores. Radica en la baja cantidad de recursos que consigna el Presupuesto para la educación. Tal como se ha revelado y reiterado a lo largo del tiempo con mas insistencia que buena fortuna, ha sido tradicionalmente apenas la mitad o poco más del promedio mínimo recomendado que es el cuatro porciento del Producto Interno Bruto.

No le falta razón. Sin medios suficientes no es posible ofrecer una docencia de calidad, comenzando por una adecuada preparación del profesorado, cuyo nivel académico en no pocos casos acusa las mismas fallas que sus estudiantes y son transmitidas a estos. Sin los necesarios recursos no es tampoco posible construir las aulas que demanda el aumento anual de la población estudiantil, ni mejorar la deplorable condición de muchas escuelas ni dotarlas de los materiales indispensables, ni crear por tanto la base de conocimientos que debe proveer la educación básica para cursar una posterior carrera profesional bien llevada.

Mientras no redimamos la educación de ese pecado original que es desenvolverse con un presupuesto precario, de las aulas seguirán saliendo bachilleres deficientes que luego, por mas esfuerzos de nivelación que se pretenda, no podrán dar como producto terminado mas que profesionales igualmente deficientes con cuyas carencias será imposible construir la mejor nación a que todos aspiramos.

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2009-06-19 14:45:51