Opiniones

La realidad del golpe de Estado en Honduras

Hace varios años que no veo ni tengo contacto con Aristofanes Urbaez, sin embargo al leer su articulo en el periódico Listin Diario del día Jueves, 2 de julio, y que fue dedicado al golpe de Estado en Honduras, lo menos que uno siente es admiración por una persona que en su batallar en esta vida de sinsabores y amores a la vez, se coloca del lado de la verdad histórica con tanta gallardía como lo hizo en dicho trabajo.

El argumento de los golpistas hondureños que plantean violaciones constitucionales por parte del presidente depuesto pierde de vista que las leyes y su carácter legítimo provienen de la voluntad que emana de la mayoría de los pueblos. Esa voluntad es la que hace que las leyes nuevas sustituyan a las viejas. Las nuevas leyes provenientes de la voluntad mayoritaria de la gente son las que tienen la misión de adaptarse a la realidad social, económica y política e histórica que vive o desea vivir una nación. Por eso abrazarse a leyes viejas para oponerse a los cambios y reformas que demanda una sociedad es colocarse de espalda a los interese de la mayoría de esa nación y es además hacer un flaco servicio a la democracia y al bienestar de aquellos ciudadanos que luchan por hacer prevalecer esos derechos.

En este aspecto debemos enfatizar que el golpe de Estado en Honduras y los sectores políticos y militares que lo patrocinaron en contra del proceso constitucional e institucional obedece al interés que tienen esos sectores de seguir controlando las riquezas y la economía de ese país para de esa manera cerrar, aun mas, la participación de los sectores medios y pobres en la distribución de las riquezas de esa nación.

En Honduras la mayoría de sus ciudadanos son pobres o indigentes. Este país tiene el per cápita mas bajo de toda Latinoamérica, ya que en la mayoría de los países de la región el per cápita promedio de cada ciudadanos es de 457 dólares mensual, mientras que en Honduras el per cápita sólo alcanza a unos 63 dólares al mes. Como se observa los niveles de desigualdad y limitaciones económicas y materiales del ciudadano hondureño son muy acentuados y esa es la razón por la que esos sectores pobres luchan por conseguir mejorías en sus condiciones de vida y a eso se oponen quienes se han hecho ricos apoyados en el trabajo y el esfuerzo de esa mayoría. Esa es la realidad que se esconde detrás del golpe de Estado.

La tasa de pobreza en Honduras, según el Banco Interamericano de Desarrollo es de un 78 por ciento. Según el BID el 74 por ciento de los hogares hondureños son pobres y también el 78 por ciento de su población esta por debajo de la línea de pobreza. En ese grupo también se sitúa un 42 por ciento de indigentes.

En cuanto a la educación más del 21 por ciento de la población es analfabeta. Si tomamos como cifra el censo del 2008 que da a Honduras una población de 7.5 millones de habitantes, establecemos que en Honduras hay un millón y medio de personas analfabetos. A ello debe agregarse que hay mas de un millón y medio de desempleados y mas de 2millones de subempleados.

Cuando se observa la realidad socioeconómica que vive este país centroamericano, podemos establecer con facilidad cuál es la razón que da origen al actual golpe de Estado. Por eso se podrán decir muchas cosas para tratar de justificar actuaciones políticas como esta que han quedado atrás en el continente, sin embargo la realidad que da origen a lo que sucedió en Honduras con el golpe de Estado al presidente de ese país es que los grupos económicos acostumbrados a disfrutar a sus anchas de los privilegios y riquezas en ese país se oponen a que el 78 por ciento de la población, que no tiene derecho a lo mas elemental, pase a ocupar un lugar, donde el Estado lo tome en cuenta, a la hora de distribuir el pastel de las riquezas que producen todos los ciudadanos y sectores sociales de esa nación.

El presidente depuesto, con debilidades políticas o sin ellas, es sólo un referente que ha visto las profundas desigualdades e injusticias que prevalecen en esa nación hermana y como ente humano colocado en el centro de una realidad social y económica injusta y lastimosa, producto del egoísmo que registra la historia en los sectores pudientes de esa nación se ha sentido inclinado a utilizar su posición de poder para inclinar un poco la balanza a favor de un pueblo que lucha por su derecho elemental de seguir viviendo.

Hoy es el presidente depuesto que aun proviniendo de sectores tradicionales de poder se ha sentido comprometido y marcado por el dolor ajeno, mañana será otro el que postulara por los cambios y esas reformas en Honduras para que mas de 5 millones de hondureños pobres disfruten de mayores niveles de democracia y bienestar económico. Por eso la historia de Honduras como la historia del continente le ira dando la razón a quien la tenga. Por eso aunque la historia se toma su tiempo para dictar su veredicto y dar la razón a los actores sociales que la merecen, sin embargo nunca debemos perder de vista que sus leyes son inexorables y que nadie escapa del castigo de haber violado sus leyes y tendencia, tratando de poner impedimento a su cause. Eso no deben perderlo de vista los golpistas de Honduras, del continente y del mundo.

Evelio Arroyo es Sociólogo, Abogado y Escritor.

2009-07-02 23:36:06