Por José Pimentel Muñoz
07/06/2009
José Pimentel Muñoz
?Me ha asaltado un temor: ¿no podría ser que las obras hayan avanzado lentamente porque las cubicaciones se han paralizado debido a los problemas presupuestarios no publicitados del gobierno ? ¿Ha recibido el INDRHI, en los últimos meses, las asignaciones económicas del pasado reciente que lo llevaron a ser un organismo con un dinamismo mayor que el actual? ?
Santo Domingo.- La andanada con tintes de acusación delictuosa contra la dirección general del INDRHI lanzada por un programa de televisión, ha generado en los últimos días buen caudal de incisivos comentarios de medios y gente del pueblo que se caracterizan por el análisis ligero y superficial de los asuntos públicos.
Sin pretender salir en defensa a ultranza de la administración del INDRHI, dado que carecemos de elementos de juicio fehacientes, debemos sugerir que, antes de cualquier opinión, se haga una observación que vaya más allá de las ramas y llegue al tronco y si posible a las raíces.
En otras palabras: que se eviten juicios carentes de base y sin tomar en cuenta aspectos que resultan valiosos a los mejores intereses del Estado y la población misma. Que cada ciudadano y forjador de opinión publica evite ser sorprendido por los que soplan vientos en procura de tempestades.
Tratando de ser un observador fuera de la común, me he encontrado raro, por ejemplo, la coincidencia de esta denuncia con la efervescencia de la lucha interna por el control del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC). Aunque usted la vea débil y dividida, esa entidad sigue teniendo enorme importancia para un PLD en el gobierno al que no le conviene una hemorragia reformista que beneficie al PRD.
Acaso esta denuncia ha sido estimulada por un sector reformista que busca sepultar a otro que le ha aventajado en laborantismo y, que si se fuera al voto a voto, se llevaría las palmas.
Un sector, dicho sea de paso, que hasta este último domingo seguía trabajando y que celebró en Santiago Rodríguez una concurrida asamblea mientras sus contrarios permanecen de brazos cruzados apostando a lograr un control artificial de la organización.
Por otra parte, he visto con curiosidad la súbita aparición en el escenario de una entidad desconocida, de la que muy poco se sabe, llamada Alianza Dominicana contra la Corrupción, que automática y apresuradamente ha presentado una acusación judicial contra el titular del INDRHI.
Mientras tanto, he llegado a pensar que los contratistas de las obras del INDRHI envueltas en la denuncia, se han ido del país -con los avances en los bolsillos- y radicado en el exterior a llevar la buena vida. Pero mirando bien con una lupa, he encontrado que todos están aquí y que ninguno está oculto ni renuente a cumplir con las obligaciones contraídas.
Entonces he pensado: ¿y los mecanismos estatales de fiscalización de obras? ¿Acaso no pueden ponerse en funcionamiento y determinar en qué porcentaje, de acuerdo con lo recibido, ha cumplido cada uno ?
En este mismo orden, es fácil deducir que los mismos mecanismos de fiscalización -que se supone deben existir y funcionar en un país que se jacta de progresos tecnológicos y democráticos- pueden establecer fácilmente si las obras contratadas en etapas de emergencia luego del paso de fenómenos naturales, merecen los ajustes de presupuestos que han recibido.
Pero al llegar este punto, me ha asaltado un temor: ¿no podría ser que las obras hayan avanzado lentamente porque las cubicaciones se han paralizado debido a los problemas presupuestarios no publicitados del gobierno ? ¿Ha recibido el INDRHI, en los últimos meses, las asignaciones económicas del pasado reciente que lo llevaron a ser un organismo con un dinamismo mayor que el actual?
– *El autor es periodista
2009-07-06 16:08:50