Opiniones

EL TIRO RAPIDO

Mario Rivadulla

Martes 7,07,09

EL INTERMINABLE TEMA ELECTRICO

El interminable tema eléctrico que es parte inseparable de la vida nacional desde hace casi medio siglo, cobra nueva fuerza en estos días con motivo de la reducción significativa del insostenible subsidio gubernamental y el consiguiente incremento en las tarifa a consecuencia del repunte del petróleo que venía asumiendo el gobierno en años recientes al costo de cientos de millones de dólares anuales.

Obvio que como todo aumento, la disposición de reajustar la facturación del vital servicio ha provocado irritación en la ciudadanía y expresiones de preocupación en los sectores económicos por la negativa incidencia en sus costos, en particular los exportadores que ven afectada así su ya de por sí limitada competitividad. Mayores son la irritación y la preocupación por la reaparición de frecuentes y en algunos casos, prolongados apagones. Como elemento agravante se airean detalladas denuncias de nepotismo, excesivos gastos y dispendio de recursos en el manejo del sector.

Como llover sobre mojado es reiterar que los diferentes diagnósticos que se han llevado a cabo por expertos dominicanos y extranjeros apuntan en la misma dirección de la falta de sostenibilidad financiera del sector eléctrico, debido a los elevados niveles de evasión. Si bien las EDES reportan mejorías significativas en sus cobranzas a partir de la vigencia de la ley que penaliza el fraude eléctrico, todavía la brecha a cubrir de demasiado extensa originando atrasos voluminosos y permanentes en el pago a las empresas generadoras por la energía servida. Cuando la cuenta crece en demasía y el atraso en el pago se acentúa, la respuesta de éstas es apagar las plantas y reducir el suministro.

La pasada semana, el matutino Diario Libre reveló en un reportaje sobre el sector que casi la mitad de las viviendas del país carece de medidores. Obvio que en estos casos resulta imposible establecer con precisión el consumo y establecer el monto a pagar. A lo anterior se añaden las diversas formas de hacer uso fraudulento de la energía que la fértil imaginación de los evasores ha desarrollado a lo largo del tiempo, incluyendo altos consumidores con sobrada capacidad de pago.

El sector eléctrico es complejo y presenta diversas facetas y problemas que es preciso encarar: desde mantener niveles eficientes y despolitizados de gestión técnica y administrativa hasta renegociar contratos con algunas generadoras que resultan en extremo onerosos; desde mejorar las redes de distribución para reducir pérdidas por el mal estado de las mismas hasta impulsar las inversiones en nuevas plantas de operación más económica y en el aprovechamiento intensivo de las energías renovables.

Pero al margen de éstas y otras disposiciones, la cuestión fundamental a resolver es cerrar aceleradamente la todavía extensa brecha entre la energía servida y la energía cobrada. Poner a todos a pagar por el servicio de acuerdo a su consumo. No más allá de éste pero tampoco menos. Ninguna actividad económica puede sustentarse en tanto sus ingresos resulten inferiores a sus costos. En el caso del sector eléctrico es lo que ha venido ocurriendo hasta ahora. Y en tanto no se supere esta situación, tendremos que seguir pagando una energía cara y deficiente.

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2009-07-08 15:07:06