El presidente Buenaventura Báez
SANTO DOMINGO, el 8 de abril de 1856, el Presidente Pedro Santana decretó que fueran fusilados los exiliados dominicanos que retornaran al país sin su autorización.
La medida contenida en el decreto número 242, tenía el propósito de disuadir al ex Presidente Buenaventura Báez y a sus partidarios.
En ese momento Buenaventura Báez se encontraba exiliado en la isla de Saint Thomas.
En virtud del decreto 242, “Todo individuo que haya sido expulsado de la República Dominicana y desembarque en algún puerto del territorio nacional, sin haber obtenido del Gobierno el correspondiente salvoconducto, será pasado por las armas, sin más requisito que la identificación de su persona”.
El 8 de abril de 1856, cuando fue emitido el decreto por el Presidente Pedro Santana, su Gobierno se encontraba en una situación financiera muy difícil, porque tuvo que hacer varias emisiones de dinero inorgánico.
Báez había justificado las emisiones con el pretexto de que necesitaba recursos para el Gobierno enfrentar una nueva agresión de Haití.
En el año 1855, el Gobierno tuvo que concentrar los recursos en la guerra con Haití y quedó con una crisis financiera.
A pesar de las acciones represivas del Presidente Pedro Santana, la intervención del cónsul español Segovia y la crisis económica, posibilitaron el retorno de Buenaventura Báez al poder, en octubre de 1856.