La Restauración de la República es un legado de patriotismo que el pueblo dominicano debe tomar como lección permanente para apreciar en su real dimensión lo que puede alcanzar un pueblo cuando se une en torno a un objetivo común con una decisión patriótica.
Los próceres restauradores sin la formación militar del Ejército español de la Anexión, ni las armas especializadas que poseía, así como sus recursos de contingencia en puntos estratégicos, fueron capaces de iniciar la Guerra de la Restauración el 16 de agosto de 1863, y culminar con la victoria que le anunció al mundo el rescate de la soberanía nacional. Es la guerra más cruenta que ha sufrido el pueblo dominicano. De acuerdo a las notas autobiográficas del prócer restaurador, el general Gregorio Luperón, España perdió 18 mil hombres y República Dominicana cuatro mil.
La Guerra de la Restauración fue una lección de patriotismo. Un referente estimulante. Enseña que nada se puede imponer a un pueblo si es capaz de unirse en torno a un objetivo.
La sangre de los mártires que cayeron en Moca, junto al coronel José Contreras y Cayetano Germosén, el 2 de mayo de 1861, y la de los mártires de El Cercado, junto al prócer Francisco del Rosario Sánchez, el 4 de julio de 1861, y el poeta Eugenio Perdomo, en Santiago de los Caballeros, lejos de intimidar a los dominicanos y dominicanas, estimularon para luchar hasta lograr la Restauración de la República.
Los próceres restauradores enseñaron al pueblo dominicano que se puede acabar con la vida de muchos hombres y mujeres, pero nunca con el ideal de un pueblo. Es una lección permanente para comprender la significación de la unidad de un pueblo en torno a los asuntos que son de interés para la patria.
El homenaje que debemos rendir a los próceres de la Restauración, en el 152 aniversario del inicio de la Guerra de la Restauración, es la unidad de todas las fuerzas del país para impulsar la agenda de la Nación, que permita a todos y todas separar los intereses particulares de los intereses de la República, como hicieron los restauradores. República Dominicana ha podido avanzar en el Estado de derecho, en la lucha contra la pobreza, pero la desigualdad social es un problema que tiene que ser superado. La realidad obliga a servir a los intereses de la República en procura de lograr las transformaciones que permitan aumentar los ingresos que requiere el Estado para responder a las expectativas y demandas de la colectividad nacional.
La efeméride de la Restauración coincide con el tercer aniversario del Gobierno del PLD que encabeza el presidente Danilo Medina, caracterizado por el apoyo que da a la educación, la salud, las obras de infraestructuras, las políticas sociales y el apoyo a las micros, pequeñas y medianas empresas, sector Agropecuario y la Seguridad Ciudadana, con novedades como el Sistema Nacional de Emergencias 9-1-1, el Plan Nacional de Alfabetización Quisqueya Aprende Contigo y las visitas sorpresa del Presidente Danilo Medina, creadoras de nuevas oportunidades para los productores que requieren financiamiento y asesoría técnica. Los resultados enseñan que las inversiones contribuyen a incrementar la producción de bienes y servicios, lo que garantiza la movilidad social que estimula la administración del presidente Medina.
Para que ese proceso siga de manera exitosa, es necesario que el Estado cuente con los ingresos adecuados. De esa manera también se evitaría que el país tenga que recurrir a nuevos acuerdos de préstamos.
En el día del 152 aniversario de la Restauración de la República, los sectores de la sociedad deben asumir el compromiso de apoyar todas las iniciativas que nos conduzcan a avanzar en la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Es el homenaje que merecen en este día los padres fundadores de la República y los próceres de la Restauración.
Rindamos honores a los héroes de la Restauración José Contreras, Cayetano Germosén, Francisco del Rosario Sánchez, el poeta Eugenio Perdomo, Gregorio Luperón, Gaspar Polanco, Pedro Antonio Pimentel, Ulises Francisco Espaillat, Benito Monción, Santiago Rodríguez, y todos los que defendieron la soberanía nacional cuando fue necesario.
El Grito de Capotillo fue la manifestación de la dignidad dominicana. Enseñó, como el padre fundador Juan Pablo Duarte, que la República Dominicana tiene que ser libre y soberana.
Vanguardia del Pueblo
2015-08-17 05:42:44