Editorial

Radhamés Gómez Pepín

La muerte de Radhamés Gómez Pepín, acaecida hoy, constituye una pérdida irreparable para la sociedad dominicana porque se va un incansable batallador por las libertades públicas, y un golpe demoledor para este periódico, del que fue alma y vida por varias décadas. El director de El Nacional se ha marchado por la inevitable ruta final que aguarda a cada ser humano, como parte de un ciclo que se inicia con la llegada al mundo.

Cuando se muere un hombre bueno, el cielo llora, y quien ha fallecido fue en vida un ser humano sensible, solidario, periodista valiente, irreductible, que por más de sesenta años colocó su pluma y talento al servicio de los mejores intereses de la nación.

Fue maestro y ejemplo para más de una generación de periodistas que tuvieron el privilegio de trabajar a su lado o bajo su dirección, tiempo durante el cual abrevaron en su inagotable fuente de valor, pudor, moderación, arrojo y gran sentido de responsabilidad profesional.

No se exagera si se afirma que la figura de Radhamés Gómez Pepín se convierte en ícono del periodismo nacional y que su nombre estará por siempre asociado al sagrado deber de informar con la verdad en ristre y de defender con la vida, si fuera necesario, los derechos ciudadanos.

Nacido en el populoso barrio La Joya, de Santiago, Radhamés mantuvo siempre en alto su origen provinciano y adhesión a su acento regional, como también vivió de acuerdo con los valores que sus padres le enseñaron, basados en disciplina, amor por la lectura y respeto por la convivencia.

Ese buen dominicano se ganó gallardamente el respeto y admiración de sus compañeros y de la ciudadanía en general por su labor como reportero, y en cada una de las posiciones que escaló como ejecutivo de medios radiales y escritos.

Las lágrimas que se derraman hoy por la muerte de Gómez Pepín expresan inconsolable dolor por un compañero a quien nada humano le fue ajeno, pero también enuncian profundo orgullo de quienes tuvieron el privilegio de trabajar a su lado o poder tratarlo.

Al participar a toda la sociedad dominicana la dolorosa partida del director de El Nacional, el Grupo de Comunicaciones Corripio consigna también su gran pesar por la muerte de un ejecutivo admirado y respetado, cuyo nombre y hoja de vida estarán indisolublemente asociados a este conglomerado empresarial.

Que Dios acoja en su regazo a Radhamés Gómez Pepín, que dispense consuelo a su esposa, hijos, nietos y demás familiares, en el entendido de que la sociedad toda preservará en su memoria histórica el buen nombre de un periodista convertido hoy en ícono de la prensa nacional. (elnacional – 26 de octubre del 2015 – 1:20 pm)

2015-10-27 03:11:12