Editorial

El desamor de la política

Joaquín Balaguer, en enero de 1982, fue una de las personas a las que el presidente Antonio Guzmán Fernández les expresó el temor que sentía por la posibilidad de que Salvador Jorge Blanco ganara las elecciones presidenciales del 16 de mayo de ese año. La confesión se la hizo, según lo escribió en Memorias de un Cortesano de la Era de Trujillo», en la antigua residencia del cónsul de Israel, Bruno Phillips, adquirida por el Estado para instalar «un museo naval e impedir se afeara un lugar tan bello», pero luego convertida en residencia Presidencial.

El ex presidente Balaguer afirma que se reunieron con discreción. El presidente Guzmán llegó acompañado de la primera dama, doña Reneé Klang de Guzmán y los esposos José María Hernández y Sonia Guzmán de Hernández. Los tres, así como Rafael Bello Andino, acompañante de Balaguer, no participaron en la entrevista y se retiraron a una pieza vecina. «Ya solos, el presidente Guzmán se desahogó» y le expuso entre otras cosas íntimas, la preocupación por los posibles resultados de las elecciones del 16 de mayo de 1982. Le atormentaba, sobre todo, la posibilidad del triunfo en esa consulta electoral de Salvador Jorge Blanco. «Desconfiaba de la supuesta veleidad de su carácter y tenía el temor de ser objeto, en caso de que triunfara, de represalias y de persecuciones».

Le dijo a Balaguer que conocía a Jorge Blanco. «Tengo motivos para no confiar en la suerte que correríamos, aun muchos de los miembros del PRD, si llega a escalar la Presidencia». Y le reveló que en 1974, al día siguiente del mitin del Acuerdo de Santiago, Jorge Blanco lo visitó para sugerirle que se expulsara del Movimiento al profesor Juan Bosch, presidente y líder del PLD, «ya que era evidente que su vinculación al «Acuerdo de Santiago» le restaba la adhesión de muchas personas que contemplaban con recelo su supuesta tendencia a la extrema izquierda». Guzmán sorprendido y a la vez indignado, rechazó la propuesta alegando que no podía hacer al compañero Juan Bosch víctima de un desplante de tal naturaleza. Balaguer anota que la especie pocos años después le fue confirmada en su residencia de la avenida Máximo Gómez, por los esposos José María Hernández y Sonia Guzmán de Hernández.

Balaguer cree que el presidente Guzmán decidió poner fin a su existencia porque temió la ascensión al poder de Jorge Blanco lo expusiera a actos semejantes al que le propuso contra el profesor Bosch. El desamor que origina la política si no se limita daña hasta al que lo practica. Queda para la posteridad como una mancha que no deja ver el talento,

2011-10-12 03:16:49