En República Dominicana hay mucha preocupación por el incremento de los crímenes contra mujeres. Durante lo que va de año decenas han sido asesinadas por maridos celosos, ex maridos y por hombres que asesinaron a mujeres porque no prestaron atención a sus deseos. Ayer legisladores y legisladoras de la República encabezaron una manifestación de solidaridad frente al Congreso Nacional. Fue un momento para repudiar de manera pública a todos los hombres que maltratan o asesinan mujeres.
La sociedad dominicana tiene que unirse para apoyar a las mujeres que viven condiciones de peligro. Y repudiar a los que recurren a la violencia física o sicológica contra mujeres. Tienen que ser aislados.
La violencia es inaceptable de cualquier manera. Las familias y los vecinos tienen que fortalecer la solidaridad para impedir que los violentos ejecuten nuevos crímenes. Los hechos tenemos que verlos como un problema de orden público. En consecuencia, nadie debe comportarse con indiferencia cuando descubra a un potencial criminal.
El sistema de justicia está obligado a sancionar a los que cortan vidas humanas. La Constitución dominicana consagra la inviolabilidad de la vida humana. Los profesionales de la conducta y los ciudadanos y ciudadanas coinciden en que la falta de castigo se convierte en un estímulo para que los criminales no teman a ninguna instancia del sistema de justicia.
Sabemos que en una sociedad tan desigual como la dominicana, son múltiples las variables que provocan violencia, pero cuando la población pierde la confianza en la Justicia, en cualquier lugar se podría sufrir lo peor.
Los jueces y juezas de la República que son benignos y benignas, tienen que cambiar ese comportamiento y sumarse a los magistrados y magistradas que aplican la pena máxima que establece el Código Penal dominicano. Los asesinatos de mujeres no pueden quedar sin sanción.
Es hora de actuar contra los criminales sin contemplaciones.
2012-07-12 03:30:56