Por Héctor Tineo Nolasco
Diariodominicano.com
SANTO DOMINGO, el 6 de marzo de 1856, el presidente de la República, general Pedro Santana, quien tenía el título de Libertador, fue recibido con honores de héroe en la ciudad Santo Domingo, al regresar de la región sur donde sus tropas vencieron las fuerzas del Ejército de Haití que había invadido a República Dominicana.
El General Pedro Santana había recibido un homenaje en Baní, según resalta el periódico El Oasis, en su edición del día 9 de marzo de 1856.
Resalta que la población de Baní, recibió al héroe con todo el entusiasmo de la gratitud y como una familia cariñosa habría recibido a su padre después de una larga ausencia. Y anota que “las mujeres de Baní, prodigaron el vivo afecto y caricias al ilustre Santana”.
De acuerdo con la versión del Oasis, a bastante distancia de la Capital fueron a recibir al Libertador el Vicepresidente de la República, los miembros del Ministerio y los del Senado Consultor, entre otras personalidades.
Indica que en la ciudad de Santo Domingo, con ocasión de la entrada del general Santana con su Ejército victorioso, la mayor parte de las casas tenían sus frentes vistosamente engalanados, y de lo alto de los balcones una lluvia de flores y de exquisitas esencias era arrojada por las señoritas sobre el Libertador y sus heroicas falanges.
En la Plaza de Armas la comitiva se desmontó y encaminó con el Presidente Santana a dar gracias al Ser Supremo en la Santa Iglesia Catedral, y allí se cantó Tedeum.
Concluido el acto religioso, se dirigieron todos al Palacio de Gobierno, donde estaba dispuesta una mesa de más de 50 cubiertos.
El primero que habló en el acto fue el Presidente del Senado Tomás Bobadilla y Briones, quien sostuvo ante la concurrencia:
Señores: A la unión se debió en 1844 el nacimiento de la República; a la unión se ha debido su salvación y afianzamiento en 1856. Yo brindo por la unión de todos los dominicanos, y por el caudillo de las grandes empresas, que han hecho el honor de la Patria.
El 24 de enero de 1856, los dominicanos vencieron a los haitianos en la Batalla de Sabana Larga.
La pérdida más sensible para el país fueron las heridas graves que sufrió el coronel Jerónimo de Peña, quien murió el día 20 de febrero de 1856.
Antes de su deceso, el Presidente Pedro Santana lo ascendió al rango de general de brigada.
