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El presidente Pedro Santana denuncia Gobierno de Haití apoya a Sánchez

Pedro Santana

El Presidente Pedro Santana

Francisco del Rosario Sánchez

Francisco del Rosario Sánchez

SANTO DOMINGO,  el 5 de marzo de 1861, el Gobierno del Presidente Pedro Santana denunció que el Gobierno de Haití, daba facilidades al general Francisco del Rosario Sánchez y a su grupo para invadir a la República Dominicana.

   El 5 de marzo de 1861, cuando fue expresada la queja, Francisco del Rosario Sánchez dirigía un plan para impedir que el presidente Santana anexara la República a España.

     El mismo día, el Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Santana, denunció ante el cónsul de Francia en Santo Domingo, Saint Denis que el Gobierno haitiano ofrecía facilidades al grupo que lideraba Francisco del Rosario Sánchez.

    A pesar de la denuncia, Sánchez logró entrar por Haití, al territorio dominicano  al frente de un grupo armado,  pero no logró su objetivo. Cayó en una emboscada junto a otros compañeros en El Cercado, San Juan de la Maguana, el 3 de julio de 1861 y al día siguiente, el 4 de julio, fueron fusilados, en virtud de una condena dictada por un Consejo de Guerra.

    El hecho no frenó la lucha clandestina de la resistencia antianexionista hasta proclamar la Restauración de la República el 16 de agosto de 1863.      Francisco del Rosario Sánchez, había sido herido el día anterior al caer en una emboscada. El  3 de julio de 1861, un Consejo de Guerra, encabezado por el general Domingo Lazala, lo condenó a muerte el   grupo de patriotas  que lo acompañó.

Con Sánchez fueron condenados a la pena capital Juan Erazo, Benigno del Castillo, Francisco (Cefiro) Martínez, José Antonio Figueroa, Juan Dragón, León García, Segundo Alcántara, José Corporán, Pedro Zorrilla, José de Jesús Paredes y Juan Gregorio Rincón.

  También Rudecindo de León, Manuel Baldemora, Epifanio Jiménez, Romualdo (Tani) Montero, Domingo Piñeyro y Félix Mota. Francisco del Rosario Sánchez había entrado al país por el valle de San Juan  de la Maguana, en junio de 1861, para luchar contra la anexión de la República a España.

    El general José María Cabral, quien formaba parte del plan de Sánchez, logró huir y se refugió en la vecina República de Haití.

   Desde que se enteró de los planes del Presidente Pedro Santana para anexar República Dominicana a España, Francisco del Rosario Sánchez inició un movimiento con el propósito de impedirlo. Luego salió su exilio en Saint Thomas y llegó a Haití, para desde allí entrar al territorio nacional.

El 20 de enero de 1861, el prócer dirigió una proclama al pueblo dominicano, en la que denunció:

“El déspota Pedro Santana, el enemigo de nuestras libertades, el plagiario de todos los tiranos, el escándalo de la civilización, quiere eternizar su nombre y sellar para siempre nuestro baldón, con un crimen casi nuevo en la historia. Este crimen es la muerte de la patria. La República está vendida al extranjero y el pabellón de la cruz, muy presto, no tremolará más sobre vuestros alcázares”.

 “He creído cumplir con un deber sagrado, poniéndome al frente de la reacción que impida la ejecución de tan criminales proyectos y debéis concebir, desde luego, que en este movimiento revolucionario, ningún riesgo corren la independencia  ni vuestras libertades cuando lo organiza el instrumento de que se valió la providencia para enarbolar la primera bandera dominicana”.

    En la proclama Sánchez precisó: “He pisado el territorio de la República entrando por Haití, porque no podía entrar por otra parte, exigiéndolo así, además, la buena combinación, y porque estoy persuadido, de que esta República, con quien ayer cuando era imperio, combatíamos por nuestra nacionalidad, está hoy tan empeñada como nosotros porque la conservemos merced a la política de un gabinete republicano, sabio y justo”.

   “Más, si la maledicencia buscare pretextos para mancillar mi conducta, responderéis a cualquier cargo, diciendo en alta voz, aunque sin jactancia, que Yo Soy la Bandera Dominicana”.

    Sánchez llegó a Haití en abril de 1861 y logró reclutar a dominicanos exiliados y obtener recursos para formar una fuerza expedicionaria de 500 hombres”.