

Por David R. Lorenzo
Los ciudadanos de los países del mundo tienen distintos precios, según los intereses de las potencias que dominan el planeta. Por ejemplo, actualmente los habitantes de ucranias están entre los más valorados.
Con la actual guerra entre Rusia y Ucrania casi todo el mundo se ha solidarizado con ese último país. Cada muerto duele, lo que ha provocado que Europa casi completa y países de otros continentes se hayan unificado por primera vez para enfrentar al gigante europeo y asiático, con condenas verbales, sanciones económicas y amenazas militares, como nunca antes se había visto.
Entre los que se han levantado con más energía están naciones con los récords de invasiones y bombardeos en el mundo, como Estados Unidos y Gran Bretaña, pero ahora, son pacifistas.

Eso también ha provocado, que el presidente de Ucrania Volodímir Zelenski, que al inicio de la invasión, cuando hablaba se sentía temeroso, asustadizo y pidiendo ayuda, parece que ha comido espinaca, y ahora se torna desafiante, asegurando que va a ganar el conflicto, convirtiéndose de la noche a la mañana en el nuevo héroe europeo, y en una especie del Cid Campeador.
En contraposición, hay otros ciudadanos que han pasado por situaciones peores y guerras más atroces y destructivas, como la de Afganistán, Irak, Irán, Libia, Palestina y Siria, y a casi nadie le importa lo que suceda o haya sucedido en esas naciones y a sus habitantes, porque valen menos que un muerto.
El peor conflicto ha sido el de Israel y Palestina, que lleva décadas, sin que a casi nadie le importe lo que suceda, ni el sufrimiento de esos dos pueblos, principalmente los palestinos, quienes son los habitantes del planeta, de menor valor.
En Irak Los Estados Unidos hicieron una de las peores guerras, supuestamente, porque ese país tenía “armas de destrucción masiva”. Se dice que más de un millón de personas murieron en ese conflicto, sin que ninguna nación, ni ningún mandatario de los actuantes en el conflicto hayan sido sancionados, entre ellos George W. Bus y Tony Blair.
Siria lleva una de las guerras más prolongada, siendo bombardeadas constantemente por Israel y los Estados Unidos, con el pretexto de su lucha contra el terrorismo. Sus ciudades son ruinas, y muchos de sus edificios parecen fantasmas. Miles han muerto, pero éstos tampoco tienen algún valor.
Pero, las guerras no terminan hoy, mañana se producirán otras, y el apoyo internacional de los habitantes agredidos, dependerá de su precio en mercado mundial, y de quién sea el agresor, porque así es la vida, y no creo que eso cambie por muchos años.
David Roberto Lorenzo Martedavidrlorenzo@gmail.comAbrir vista detallada