SANTIAGO De Los Caballeros, el 24 de febrero de 1920, el juez de la Corte de Apelación de Santiago, el licenciado Juan Bautista Pérez Rancier, suspendió la audiencia en protesta porque el procesado Ramón Leocadio (Cayo) Báez, fue torturado por miembros del Ejército de Ocupación de Los Estados Unidos de América.
Tomó la decisión cuando vio las huellas de las torturas en el cuerpo de Ramón Leocadio (Cayo) Báez, quien estaba acusado de alterar el orden público y de rebelión contra la autoridad.
El día de la audiencia, el juez Juan Bautista Pérez Rancier, indignado, dio un puñetazo al Cristo de marfil de la sala de audiencia y expresó: “Se suspende el juicio. No juzgaremos a estos hombres, infelices instrumentos, hasta que los reos de ese y otros crímenes no sean sometidos y sobre ellos caiga la sanción penal correspondiente”.
En el momento que tomó la decisión, el licenciado Juan Bautista Pérez Rancier era una de las personalidades más respetadas en Santiago. Nació en esa ciudad el 24 de junio de 1883.
Se destacó como abogado defensor de la independencia del Poder Judicial y promotor de acciones para evitar el deterioro del ecosistema.
Juan Bautista Pérez Rancier, era hijo del licenciado Genaro Pérez Tavares y Elisa Rancier Valverde. Cursó sus estudios primarios en Santiago y los estudios secundarios en Estados Unidos y Canadá, durante el período de 1901 al 1908.
De 1909 a 1914 estudió en la facultad de derecho de la Universidad de París, donde obtuvo el título de Doctor en Derecho, y un diploma especial en la Escuela de Derecho Administrativo y Ciencias Financieras.
Durante su residencia en París, aprendió los idiomas inglés, francés, alemán y latín.
El escritor José Ulises Franco, en su obra “Perfiles y Cosas Dominicanas”, publicada en Santiago en el año 1974, refiere que por su prestigio Juan Bautista Pérez Rancier, fue propuesto como opción para ser Presidente de la República o Vicepresidente, pero siempre declinó las ofertas.
Destaca que creía en un poder judicial independiente y sostenía la idea de que “Cuando la política entra por la puerta de un tribunal, la justicia salta por la ventana”.
En el año 1915, Juan Bautista Pérez Rancier, fue designado juez de la Corte de Apelación de Santiago, y en el año 1916, durante los días del 4 de julio al 24 de agosto fue designado por el Ayuntamiento de Santiago de los Caballeros, como Gobernador Civil y Militar de la provincia, como una forma de asegurar las garantías ciudadanas durante la intervención militar de Estados Unidos.
Durante el año 1916, también ejerció las funciones de presidente de la Corte de Apelación de Santiago y luego fue reelecto para el período 1920-1928. En el mismo período impartió la cátedra de Derecho Romano en el Instituto Profesional de Santiago de los Caballeros.
El 26 de diciembre de 1917 contrajo matrimonio con Marién Moya Franco, oriunda de La Vega, con quien procreó a sus hijos Genaro, Carmen, Tomás, Batista, Juan y Luis.