Mi Voz

¡ Nunca jamás!

Aquí entre nos..

¡ Nunca jamás!

Por Alexis Almonte

alexis.almonte@gmail.com

Semanas después de la ocupación de Polonia por las hordas alemanas la fatídica mañana del 1 de septiembre de 1939, y después de la rendición de los últimos reductos de resistencia, a principios de octubre, iniciaba la cacería nazi contra los judíos.

Fue algo tenebroso y diabólico. Convoyes alemanes llegaban a sus hogares, el rudo toque de las puertas avisaba el inicio de una experiencia infernal que desencadenaría en la muerte.

Cual vendaval o torbellino arrasaban con todo lo que estaba en pie. Sin piedad, conmiseración ni remordimiento, cargaban con mujeres, niños ancianos y todo cuanto encontraban con vida. Atestados como animales los conducían fríamente hacia el sacrificio.

Fue aquello el finan abrupto de millones de familias que nunca se encontrarían ni en el sepulcro ni en ningún punto de la tierra los que milagrosamente sobrevivieran.

¿Qué sentimientos diabólicos se incubarían en las mentes retorcidas de aquellos monstruos para devastar tan deportivamente y sin remordimiento millones de almas indefensas e inocente de gente que jamás les produjo perjuicio alguno, pues ni siquiera conocían?

Para quien no cree en la existencia del infierno ni el demonio como cruda personificación de la maldad ahí están ellos como ejemplo.

Ví hace unos años en un documental de History Channel, y no he podido borrar de mi mente la consternación y el espanto que me produjo, la confesión mefistofélica atribuida al médico (yo diría que carnicero) nazi, Josef Mengele.

Señalaba coronel médico de la SS, tristemente célebre Ángel de la Muerte, que «Cuando nace un niño judío no sé qué hacer con él: no puedo dejar al bebé en libertad, pues no existen los judíos libres; no puedo permitirles que vivan en el campamento, pues no contamos con las instalaciones que permitan su normal desarrollo; no sería humanitario enviarlo a los hornos sin permitir que la madre estuviera allí para

presenciar su muerte. Por eso, envío juntos a la madre y a la criatura».

¡Habrase visto cuánta perversidad y sadismo, cuánta crueldad y odio concentrados en esta confesión animal!

Fiel intérprete de una política de odio racista, era Mengele pura reencarnación de Satanás, lo mismo que su jefe Hitler. Con poderes para decidir la suerte de los prisioneros, de su voluntad omnímoda se determinaba quiénes irían a los hornos de cremación, quiénes a la cámara de gas y a quiénes -menos desafortunados- destinaría a los campos de trabajos forzados.

Por resolución de las Organización de las Naciones Unidas quedó establecido, en noviembre del 2005 la declararon de cada 30 de enero como Día Mundial del Holocausto, fecha en que el mundo debe recordar aquella infamia que ensombrece la historia del Universo.

Hoy produzco la presente reflexión como humilde aporte para recordar todo aquello.

La ocasión es propicia para restregar en la conciencia de cada habitante de este mundo sobre lo que pasó para crear y fortalecer la conciencia del ¡Nunca jamás!

2020-01-30 17:01:56