SANTO DOMINGO, el 15 de febrero de 1853, fue juramentado Presidente de la República, el general Pedro Santana, quien al hablar ante el Congreso Nacional prometió servir a República Dominicana. Su nueva administración fue un régimen autoritario con la característica autoritaria de su práctica política.
Dijo que es la cuarta vez que la voluntad de los pueblos lo ha elegido para desempeñar el cargo de Primer Administrador de sus leyes.
“Esto es para mí un verdadero sacrificio: primero, porque no estoy adornado de las luces necesarias; y segundo, porque tengo mis escasos intereses distantes a cuarenta leguas de esta Capital, y me veo forzado a abandonarlos para consagrarme al servicio público”, dijo el general Pedro Santana.
Sin embargo, expresó que acepta y prometió garantizar la tranquilidad de las familias y hacer que las esperanzas que el pueblo fundó en él no se vean traicionadas.
En su discurso de toma de posesión el 15 de febrero de 1853, Pedro Santana recomendó al Congreso Nacional que haga leyes sabias y justas, para que durante su período administrativo no haya ninguna queja con fundado motivo.
Aunque el Arzobispo de Santo Domingo, no asistió al acto de toma de posesión, el jefe del Estado exhortó al clero a predicar la moral, la buena fe, la honradez y la unión, porque sólo así podremos sostenernos.
Pidió a los dominicanos estar seguros de que siempre “velaré por la conservación de nuestra independencia nacional, y de que en todo tiempo estaré dispuesto a lanzar mi vida en el medio de los peligros de la guerra, como ya otras veces lo he hecho, en defensa de nuestra Patria”.
El general Santana ganó las elecciones que organizó el Gobierno del Presidente Buenaventura Báez, quien cumplió un período de cuatro años.
Durante su administración Pedro Santana gobernó de manera dictatorial y rompió con el ex Presidente Buenaventura Báez, quien tuvo que salir al exilio.