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VIDA DESPUES DEL VIRUS CHINO
Por Manuel Berges hijo
¡Solo siendo dominicano, se siente lo que yo siento!
Cada cierto tiempo la naturaleza genera catástrofes y actos que afectan la humanidad, como el fenómeno de El Niño, un Tsunami, un ciclón y otros; los hombres también generan daños similares con sus guerras, destrucciones e inventos que en lugar de aprovechar la humanidad le resultan adversos, como el caso del Virus Chino, bautizado como Covid 19.
Las crisis sacan lo mejor y lo peor del ser humano y sirven para corregir situaciones y mejorar la vida o enmendar errores, para evitarlas o para enfrentarlas mejor, en caso de que nos vuelvan a sorprender.
La economía de RD se ha paralizado y cuando sea reabierta, no debemos continuar en los mismos errores o bases de sustentación que existían antes del Virus. Tenemos que ofrecer un mejor panorama a los habitantes y al propio país, principalmente a los desempleados, que carecen además de seguridad social.
Está claro, que la reapertura estará condicionada y cada sector tendrá que cumplir con rigurosos protocolos de operación, relativos al comportamiento de los trabajadores, su transporte, el régimen de obediencia a los dictados y controles sanitarios, la forma de uso de las maquinarias y equipos, las jornadas de trabajo, los salarios, las reuniones, los nuevos horarios, el uso correcto de los insumos y materiales, tendremos que aceptar aunque no queramos, nuevas reglas de juego, si queremos mejorar la economía y sobrevivir, y sentar un mejor futuro a las nuevas generaciones.
Sugiero que en lo adelante, (1) sean abolidos todos los monopolios, empezando por el de los combustibles, que entremos en competencia y que este rubro no sea objeto de base para el cobro fácil de impuestos.
(2) Que sea eliminado el salario mínimo, y este sea sometido a la oferta y demanda, para que la fuerza laboral, encuentre empleo de común acuerdo con el empleador y de inmediato lograr acceso a la formalidad que conlleva Seguridad Social, lo cual facilitara el tratar de crear empleos a 3.5 millones de desempleados dominicanos que constituyen la mayoría de la fuerza laboral compuesta por cinco millones, y que no posee protección alguna, de las leyes laborales. No tienen Código de Trabajo, el cual solo se aplica a una minoría privilegiada como empleada, de 1.5 millones de trabajadores con contrato por tiempo indefinido, según la TSS. ¿Luchamos por los más, o por los menos?
Tenemos que entender, quiérase o no, que los empleos de la próxima reapertura económica, serán muchos, pero, de subsistencia, no de calidad o empleos dignos como les llaman los amigos Iuslaboralistas. La realidad se impone, pues las leyes del trabajo funcionan, cuando la economía es buena. Haití utiliza el Código de Trabajo francés, sumamente avanzado y protector, una legislación de lujo, pero no les sirve de nada.
(3) Que se creen empleos con nuevos negocios, en locales nuevos o abiertos a esos fines, denominados «Libres laborales «, en los cuales se pague «hora trabajada, hora pagada, con solo el beneficio de la Seguridad social. Nada más. Las diferencias y reclamos, se conocerían en única y última instancia, en el Ministerio de Trabajo.
(4) Variar los horarios de trabajo y las jornadas de los estudiantes, de la oficinas gubernamentales, de las fábricas, de los negocios y comercios, para mejorar el tránsito, ahorrar combustibles y evitar aglomeraciones «contagiosas».
(5) Que el Internet sea gratuito para permitir su uso masivo a los niños, jóvenes y adultos universitarios, mediante sus nuevas clases virtuales, pues ya no habrá aglomeración de personas en ninguna Escuela, Colegio o Universidad.
(6) Reducir drásticamente las importaciones, o limitar o colocar altísimos impuestos, en especial a vehículos de alta cilindrada, de seis cilindros en adelante, y de lujo; así como los de importaciones de las construcciones de lujo. El país importo el pasado año, unos 20 mil millones de dólares y exportamos unos 9 mil millones de dólares. ¿Vamos a repetir esa absurda situación, al reabrir la economía? No, imposible.
(7) Reducir drásticamente los días de juego de Loterías y la cantidad de empresas rifadoras y/o Bancas de Apuestas, pues el futuro de la gente se basa en el trabajo, no en un número dichoso.
(8) Incentivar a la gente que vive hacinada en las grandes urbes, a que regresen a la agropecuaria, para producir comida, cuya compra está asegurada al no tener los millones de turistas que la adquirían y generar comida barata, sin intermediarios.
(9) Realizar la final eliminación del Impuesto denominado Anticipo, para todos los negocios, industrias y manufacturas.
(10) Eliminar la burocracia exagerada de Formularios y requisitos, para que toda la población apta para trabajar pueda pagar su impuesto de la renta y que este sea un 10% del ingreso total, pagado cada mes, nada anual. Nunca pagar impuestos, por lo facturado.
(11) Reducir drásticamente a la mitad, los beneficios o prestaciones del Código de Trabajo, que es el más caro de América Latina, a fin de incentivar la creación de empleos por parte de inversionistas nacionales y foráneos. Los necesitamos a todos.
(12) Fomentar la creación de hipermercados e hiperfarmacias, y cuyas ganancias no excedan el 30%, para que la comida y medicinas sean más baratas.
(13) Revisar en toda su extensión, hacia la baja y hacia la eliminación, la estructura de impuestos, entre otros:
1.- 18% de ITBIS; 2.- 10% de Selectivo al Consumo; 3.-30% de Telecomunicaciones; 4.- 25% de Impuesto Sobre la Renta; 5. 25% de Ingresos Complementarios o Bonificación; 6. 15% a Premios como Lotería, Lotos, Rifas; 7. 40% Combustibles; 8. 13% en Aduanas; 9. – 1% de Impuestos a la Propiedad Inmobiliaria, para las propiedades sobre los RD$6 millones de pesos; 10. 0.15% de Transferencias Bancarias; 11. 2.87% AFP ; 12. 3.04% ARS; 13. 7% mensual (84% anual) en Tarjetas de Créditos; 14. Entre 22% – 36% en Préstamos Personales; 15.- Entre 14 – 22% en Préstamos Hipotecarios, cuando la lógica económica, por el tipo de préstamo y el plazo, imputa tasas por debajo de 2 dígitos; 16.- 3% de Impuestos sobre las Transacciones Inmobiliarias y Mobiliarias; 17.- 13% de ITEBIS a productos de la canasta familiar, tales como azúcar, café, chocolate y aceite comestible y otros.
Estos numerosos y altos impuestos tanto a las personas físicas como a las empresas micro, medianas y pequeñas, incluso a las escasas grandes, nos refleja que estamos obligados además: a pagar la electricidad más cara; a pagar colegios privados; a pagar un Internet carísimo, a comprar tinacos o hacer cisternas con bombas de agua; a comprar y tener generadores eléctricos o inversores, baterías, focos y velas; a obligarnos a poseer permisos de porte de armas para defendernos; a tener guardianes privados pues gran número de las autoridades presta sus servicios en otras áreas de la economía; por tener un Estado gigantesco, y sostiene una nómina estatal abultada de 800K de los cuales solo trabajo un 30%; a pagar los impuestos de tramitación de permisos estatales más caros y lentos; los vehículos más caros del mundo; los restaurantes más caros de la región, los pasajes aéreos más caros, por los impuestos cargados; no contamos con un sistema de transporte organizado; no hay una competencia entre los actores económicos; nos arropan los monopolios, y todos los impuestos anteriores no sirven para proveer los servicios básicos que necesitamos, de forma eficiente.
Además, las autoridades no quieren eliminar impuestos que afectan la estabilidad, como el cobro del 1% sobre los activos, el pago del denominado Anticipo y el pago por adelantado del ITEBIS facturado, pero no cobrado.
Tampoco quiere eliminar la mayor burla al país, como lo constituye el denominado Barrilito y el Cofrecito, de los legisladores, que consiste en un peso mensual por cada votante a su favor; así como tampoco quieren reducir los altísimos salarios de los Ministros, de los cuales algunos devengan el equivalente de 3,000 salarios mínimos que mensualmente ascienden a RD$2,000,000.00.
Un Gobierno que provee sueldos tan lujosos como ocurre en algunas dependencias: de dos millones mensuales y pensiona funcionarios con RD$1 millón de pesos mensuales carece de solvencia moral, para querer lucir y reclamar que necesita más dinero, cuando con bajar los impuestos anteriormente mencionados, y ampliar la base impositiva para que más personas paguen sus impuestos, se puede sostener y no tomar dinero prestado a los poderosos de la Tierra y tener un Estado más pequeño, menos grande y más eficiente.
Los servicios de salud y medicamentos, son costosos, mueren niños en los hospitales y la seguridad social para los trabajadores de la construcción es casi inexistente, pues nos obligan a pagar sobreprecios a las atenciones médicas; pero además los dominicanos debemos permitir, que los funcionarios públicos inconscientes malgasten el erario público sin contemplación, utilizando vehículos de alta cilindrada; autos de escoltas innecesarias, dietas, helicópteros, nepotismo, etc., para beneficio individual de cada uno, y con impunidad, sin que se proceda legalmente contra ellos.
Este unilateral comportamiento anti – cívico de las autoridades, mantiene y prohíja la no competencia al ignorarla y permitir la existencia de los oligopolios, tales como el de los Rones, Cervezas, Refrescos, Agua, Cigarrillos, Baterías, Seguros, Cemento, Varillas, Telecomunicaciones, préstamos bancarios, productos agrícolas y cárnicos, y cientos más, en el sentido de que los «Clusters» de ellos, se unen para fijar un precio único por sus productos y servicios, de manera tal, que no hay competencia y «nadie quiebra», en consecuencia ninguno de ellos puede aumentar su nómina salarial para crecer y competir nacional e internacionalmente con más empleados, o mejorar la vida de los que ya estén empleados, pues si aumentan sus gastos, ya no puede vender al precio «pactado» entre ellos. ¿ Vamos a reabrir la economía, con este enorme escollo? ¿Vale la pena repetir el error del pasado?
Hay que animar a los inversionistas dominicanos para que se unan con sus monumentales capitales para explotar las diversas Minas existentes como la de oro de Cotui; la de aluminio de Pedernales; la de ferroníquel en Bonao ¿Porque los inversionistas dominicanos no se unen y buscamos petróleo o gas natural y si aparecen, luego los explotamos?
(14) Hacer cumplir el 80-20% del Articulo 135 del Código de Trabajo, relativo a la nacionalización del trabajo, pues el sector de la construcción es una de las industrias más activas en la República Dominicana, generando más de 300,000 empleos pero con el baldón del uso de mano de obra haitiana, que quita los empleos a los dominicanos.
(15) Ordenar que todas las carreteras, Avenidas, Calles y Caminos Vecinales, sean hechos de Cemento, pues tenemos unas siete (7) fábricas, que no están en competencia. Así, evitamos consumir divisas al comprar para tales fines, otros productos, como el asfalto del exterior.
(16) Considerar la revisión de los factores económicos, incluidos los requerimientos del desarrollo económico, los niveles de productividad y la conveniencia de alcanzar y mantener un alto nivel de empleo, para los actuales millones de desempleados.
(17) Facilitar que exista una total flexibilidad en la contratación y terminación de los contratos de los trabajadores, ya sea por hora, obra o servicio determinado e indefinido.
(18) Facilitar a los trabajadores un formal acceso al aprendizaje, entrenamiento y capacitación.
(19) Tener una sola Cámara legislativa con 32 miembros, uno por cada Provincia.
(20) Reducir el número de Provincias, con todas sus consecuencias, a cinco o a lo sumo a diez, considerando que Cuba, tiene más habitantes que nosotros y veinte veces el tamaño de nuestro territorio y tiene solo once Provincias.
No podemos reabrir la economía, para continuar endeudándonos graciosamente y permitiendo el ensanchamiento de los oligopolios y monopolios.
Estamos sufriendo las consecuencias de la deuda externa y de las obligaciones financieras internacionales conexas para el goce de todos los derechos humanos, sobre todo los derechos económicos, sociales y culturales; y de la retranca que significa la falta de competitividad nacional e internacional, algo que nuestros Partidos, Sindicatos y grupos de presión, no se atreven siquiera a mencionar.
Antes que tener salarios dignos, hay que tener salarios, peor es no tener nada, como ocurre ahora y viene ocurriendo desde la fundación de la Republica.
Tan pronto el trabajador tenga un ingreso, para él y su familia; estará eventualmente en condiciones de pagar impuestos y lograr acceso inmediato a la seguridad social; a unirse en entidades gremiales, a recibir entrenamiento, y tan importante, el derecho a tener acceso a una eventual jubilación o pensión.
Tener un trabajo, aunque sea de bajo salario, le permite el goce paralelo de los derechos económicos, sociales y culturales. Ya no sería un ser humano más en la vida; ya hasta contaría en su existencia, para las estadísticas positivas.
¡Dominicano, hoy, se necesita sangre tipo Duarte!
Por Manuel Berges hijo
manuel.berges@claro.net.do
2020-05-24 12:44:43