Mi Voz

Del archivo de Enrique Fernández


Diariodominicano.com

Del archivo de Enrique Fernández

Por Enrique Fernández

La mística Casa Nacional del Partido de la Liberación Dominicana empecé a visitarla desde 1974. Aquélla casa en la que el PRD antes de la renuncia de su líder, el profesor Bosch, era también la casa principal. Ahora la renuncia de su presidente, el Doctor Leonel Fernández ha provocado el éxodo de una parte de los viejos amigos que por años compartíamos en la misma mesa.

Hoy ese palacio que fue remozado por completo no es ni la sombra de aquella vieja casa identificada por muchos por la mata de limoncillos, en un punto del patio que marca el Este, la hermandad era tal que la cosecha de limoncillos era repartida principalmente entre los miembros de CP y cada uno recibía una funda llena de limoncillos. Me tocó varias veces recibirla porque Hector Olivo y José Paulino siempre me tenían presente.

El PLD prácticamente ocupa una cuadra entre edificios y oficinas, entre la avenida Independencia y la calle Cervantes. Es el único partido que posee un salón con capacidad para 1,500 personas. Ahora la nostalgia la vuelve vieja. Usted la observa desde afuera y la tristeza se nota, la sonrisa peledeista se convierte en mueca.

Cuantos recuerdos tengo de la oficina de mi amigo Hector Olivo cuando nos reuníamos después de cumplir con sus labores partidarias a tomarnos un trago agachadito de una botella que siempre aparece dentro de una gaveta, escuchando música seleccionadas por Héctor que es un gran conocedor de la música vieja. Esos tiempos fueron los mejores para un grupo de amigos que durante años vivimos toda esta historia.

La salida de Leonel provocó la de muchos que ahora nos ven como prácticamente como «enemigos», no en mi caso, pero nadie quiere juntarse porque todo parece que recibimos una inyección de odio. Esto ha sido tan traumático para una familia que por décadas fue educada bajo la solidaridad y la ayuda entre compañeros que uno mismo no logra entender.

Esta división a disuelto matrimonios y muchas familias están divididas solo por la ambición y cansancio de ser rico. La casa nacional hoy es un tributo al recuerdo y a la nostalgia del PLD…los ricos del CP se marcharon a sus lujosas oficinas dejando atrás el ruido de la avenida Independencia, llevándose parte de la alegría de un monumento que representa historia. Afortunadamente la Casa Nacional conserva el perfume de don Juan, una aroma que los ingratos no podrán jamás borrar….

Enrique Fernandez <efernandez.enlinea@gmail.com>

2020-06-12 12:52:31