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Como si le pisaran los callos o lastimaran su herida
Por Alexis Almonte
(Alexis.almonte@gmail.com)
Creo que denota la reacción dolorosa de alguien muy afectado por algo la reacción del presidente Donald Trump ante la escogencia de la senadora Kamala Harris como candidata vicepresidencial del Partido Demócrata.
La equiparo a la que se sufre cuando, por ejemplo, le pisan los callos o lastiman una herida abierta.
Sus primeras declaraciones fueron verdaderamente ruidosas e impropias de una figura de su investidura. Llamó «loca» e «izquierdista radical» a la escogida por Joe Biden como su compañera de fórmula en los comicios de noviembre, remachando que «Es una izquierdista radical que ahora intenta fingir que no lo es».
A propósito de estos señalamientos, quiero decir lo siguiente: ¿recuerdan el tratamiento del presidente Trump frente al senador Bernie Sanders cuando buscaba la candidatura presidencial demócrata? Todo consideración y cordialidad, siendo este mucho más radical que la Harris.
Sanders era entonces el contrincante que acomodaba sus aspiraciones a seguir otros cuatro años en la Casa Blanca. Su discurso extremista espantaba el voto moderado y le limpiaba la cancha para su continuidad.
Ahora es distinto. Kamala Harris representa un duro escollo para sus propósitos: se trata de una joven legisladora de enorme carisma y una esplendorosa trayectoria de años de labores públicas caracterizados por la aptitud y eficiencia.
Eso explica, repito, el visible malestar y la ira irradiada en su declaración.
Recordemos que el presidente Trump promovió en el pasado la especie de que el presidente Obama no era americano, porque supuestamente «no había nacido en Estados Unidos».
Nuevamente reincide en un ataque inspirado en razones raciales, camufladas en argumentaciones patrioteras. Ahora pone en tela de juicio la nacionalidad de la Harris por ser hija de inmigrantes y enfatiza que «ella no cumple con los requisitos».
Resulta, no obstante, que la Constitución de EE.UU. establece el derecho a la ciudadanía por nacimiento, independientemente de la nacionalidad de los padres.
Es cierto que los padres de la candidata vicepresidencial del Partido Demócrata (jamaiquino e india) no nacieron en Estados Unidos, pero Trump también desciende de extranjeros. Su madre era inmigrante escocesa y sus abuelos paternos llegaron a América procedentes de su natal Alemania.
Es entendible la reacción abrupta del presidente Trump. La escogencia de Biden fue para él, para decirlo como en el ajedrez, un jaque mate. Y es que Kamala Harris representa múltiples ventajas para los demócratas: funcionaria de grandes atractivos y enorme liderazgo en una demarcación clave para el voto electoral, como lo es California, que acumula el más elevado número de votos en el exigente sistema de Colegio Electoral.
De modo que la decisión de Biden aventaja a los demócratas en dos flancos que no pudieron cubrir en las elecciones del 2016, como la asiduidad del voto afroamericano y el favor de las demarcaciones claves en el sistema de Colegio Electoral.
Es, pues, entendible, la reacción irascible del candidato republicano ante un peso tan molesto como la pisada de los callos o el dolor por el roce de una herida abierta.
2020-08-16 07:53:27