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Corriente vegana se abre espacio en Cuba

Por Noemí Galbán

LA HABANA, 15 may (Xinhua) — La alimentación es una de las necesidades básicas para la existencia de cualquier ser vivo, pero en el caso de los humanos puede estar sujeta a motivaciones éticas, medioambientales, por gusto e incluso por salud.

Ese es el caso de quienes deciden ser veganos, una corriente que se abre espacio en la sociedad cubana a pesar de los retos que implica optar por este estilo de vida.

En este sentido, el cantautor cubano Noslen Porrúa comentó a Xinhua que llegó a alimentarse de esta manera «hace tres años, y el motivo por el cual empiezo es por un asunto de salud. Comencé a enfermarme tempranamente, padecía de hipertensión, principios de diabetes y dolencias del colon; tuve un trombo hemorroidal bastante grave».

El compositor de 34 años de edad, residente en el municipio Bejucal, de la occidental provincia de Mayabeque, cercana a La Habana, explicó que de manera intuitiva y paulatina fue dejando a un lado el consumo de alimentos de origen animal.

Según Porrúa, fue percibiendo que su organismo no reaccionaba bien cuando incluía en su dieta carnes, leche y sus derivados, y una consulta médica confirmó sus suposiciones.

«Había una mejoría casi total en mi organismo, todos los tejidos dañados se regeneraron, no tuve que tomar más pastillas para la hipertensión, mis índices de azúcar en sangre bajaron y mi cuerpo recuperó la salud», explicó.

Por esta razón, el cantautor cubano comenzó a investigar, un poco más consciente, sobre sus hábitos alimenticios, las corrientes que existían, y descubrió que la más cercana a su elección era el veganismo.

Ese movimiento surgió en 1944 en Reino Unido, cuando el británico Donald Watson impulsó la creación de una organización que rechazara el uso y consumo de todos los productos de origen animal, y superara incluso el término vegetariano que permite esos alimentos mientras no impliquen sacrificio.

Con el paso de los años, la corriente fue evolucionando y defendiendo otras causas, como es el caso de los beneficios a la salud humana y la dimensión medioambiental que trasciende la percepción de la nutrición.

Se trata de una filosofía y un estilo de vida que, de acuerdo con Noslen Porrúa, es una alternativa viable para reducir el impacto medioambiental individual y defender los derechos de los animales.

«Cuando comienzas a alimentarte de esta manera hay un salto de conciencia y comienzas a comprender muchas más cosas y a sentir el vínculo que tiene el hombre con la naturaleza, te sientes bien de poder recuperar tu energía, vitalidad, salud y de esa manera proteger tu entorno», indicó.

Estos mensajes fueron compartidos en ameno encuentro entre miembros de la comunidad vegana de Cuba y una veintena de jóvenes estudiantes universitarios que se reunieron para compartir opiniones sobre el tema.

La iniciativa partió de un trabajo de clases orientado al grupo de primer año de la carrera de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, y desencadenó esta experiencia colaborativa que tuvo su origen en las redes sociales.

Seis jóvenes liderados por Nersys Carrera optaron por crear una página en Facebook llamada «CubaVegana», para brindar información y generar debate sobre el veganismo, un asunto polémico y no exento de controversia alrededor del mundo.

Luego de cuatro días de intercambio virtual, el sitio logró captar a más de 250 seguidores y registrar casi 1.000 interacciones, por lo que se realizó la convocatoria para realizar una reunión.

El evento reunió a adeptos, interesados y escépticos, quienes conversaron acerca de lo que implica asumir ese estilo de vida, si es factible en la isla, y los retos de practicarlo en Cuba.

También degustaron platos de la cocina vegana como el arroz con vegetales, croquetas de lentejas, sándwiches con pasta de pimiento, tostones rellenos con pico de gallo, frutas y el prú (bebida fermentada típica de la zona oriental de Cuba, que se prepara a base de raíces y azúcar morena).

«Este tipo de experiencias ofrecen una visión diferente de la alimentación, el hecho de que la asuman o no, eso tendrá más que ver con decisiones personales, pero de manera general creo que es una opción que puede hacer pensar», precisó Carrera.

Nersys Carrera es una joven universitaria quien decidió ser vegana hace unos meses, y en este tiempo ha constatado las ventajas de consumir sólo frutas, vegetales, granos y cereales.

Por ello, convenció a sus compañeros de equipo para enfocar la tarea de curso en lo que significa ser vegano hoy y donde adquirir estos alimentos en Cuba, lo que en ocasiones resulta un desafío, por la preferencia de gran parte de la sociedad por el consumo de proteína animal, incomprensiones en familias de quienes deciden ser veganos y los escasos establecimientos donde degustar este tipo de cocina.

«Al menos en estas personas podemos inculcarles una pequeña duda que les haga cuestionarse qué está pasando en sus vidas. No sé si con esta pequeña reunión podamos tener una repercusión mayor pero por el momento me quedo con lo que hemos logrado aquí, eso es suficiente», dijo satisfecha Carrera.

Mientras, su compañera Karla Rodríguez aseguró a Xinhua que lo aprendido ha tenido un impacto en cada uno de los integrantes del equipo, quienes no son veganos pero han aprendido a comprender, respetar y hasta compartir algunos de los preceptos de esta corriente.

«Es algo complejo, pero abrazar esta experiencia ha sido maravilloso, y aunque surgió como un proyecto de clase, pretendemos continuarlo, afianzarlo y desarrollarlo», aseveró Rodríguez.

A pesar de las críticas y los cuestionamientos, lo cierto es que el veganismo gana espacio en el mundo porque se trata de una corriente que plantea un nuevo modo de vivir en armonía con la naturaleza, y respetar a todos los seres que habitan el planeta. Fin

2019-05-16 00:24:49