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Efecto Silicon Valley

Por Frederick López

Es muy probable que en los últimos años has podido visualizar o escuchar en el mundo de la tecnología nombres como Cupertino, Mountain View o Palo Alto. Estas son algunas de las pequeñas ciudades donde están alojados gigantes de la tecnología como Google, HP, Apple, entre otras, conforman lo que conocemos como Silicon Valley.

Geográficamente, Silicon Valley es el nombre que recibe la zona desde Menlo Park hasta San José, ubicada al Sur del área de la Bahía de la ciudad de San Francisco, en el Estado de California, Estados Unidos. En la última dos décadas Silicon Valley se ha popularizado alrededor de todo el mundo como el centro en la innovación, desarrollo y nuevos modelos de negocios a nivel tecnológico.

Pero la historia de la relación entre la tecnología y dicha zona data desde los años 1950, cuando se instalaron compañías fabricantes de componentes semiconductores entre ellas Fairchild Semiconductor, que hasta el día de hoy es uno de los líderes en la fabricación de estos componentes.

Los fabricantes en esta demarcación se destacaron por el uso del material de silicio por encima del germanio, que era el más popular en aquella época y de aquí viene la procedencia del nombre de Valle del Silicio (Silicon Valley, en inglés).

A partir de los años 1950, el crecimiento en la zona de Silicon Valley ha sido exponencial, hasta convertirse en lo que conocemos hoy en día como el hub tecnológico, no sólo de Estados Unidos sino del mundo. Grandes empresas en el desarrollo y servicios basados en tecnología, como Google, Facebook, Intel, HP, Apple, Oracle, Sun Microsystems, por solo mencionar algunas de las más reconocidas que tienen su sede central en El Valle y que muchas de estas nacieron en este territorio.

A través del tiempo, Silicon Valley ha visto como nacen empresas en garajes, dormitorios, pequeñas casas ubicadas en los diferentes condados que conforman la afamada zona, pero que hoy muchas de estas encabezan las listas entre las empresas más poderosas del mundo.

Si estudiamos la historia de Facebook, Apple, Google, entre otras, observamos como generaciones de estudiantes provenientes de la clase media norteamericana básicamente, cursando en grandes instituciones académicas alrededor Silicon Valley principalmente de la Universidad Stanford, no veían como meta obtener un título para luego emplearse en firmas con modelos tradicionales de negocios.

Aquellos estudiantes revolucionaron el globo en diferentes renglones, desapareciendo o arrebatándole un gran pedazo del pastel a emporios tradicionales y ahora continúan creando las bases para quienes, al igual que ellos que tuvieron una idea puedan llevarla a cabo, pero bajo mejores condiciones y sin tener que contar con grandes recursos económicos para dar sus primeros pasos.

Si tiene alguna duda de esto, analice los siguientes casos: el modelo de marketing en el mundo es el mismo luego de las redes sociales, los desaparecidos video clubs y televisión tradicional contra las plataformas de VOD (Video Bajo Demanda, en español) como son Youtube y Netflix, pero analicemos algo más llano y simple como la forma de hoy en día de contactar un taxi.

Muchas de las empresas de la zona luego de alcanzar la cúspide en el mercado en sus servicios originales han creado nuevos modelos de negocio donde colocan al servicio del público su infraestructura y tecnologías desarrolladas originalmente para sus servicios tradicionales.

Para mayor entendimiento, les presentare el siguiente los siguientes ejemplos. Plataformas que han impactado el mercado global en cada una de sus áreas como Netflix, Airbnb y Spotify están alojadas completamente en las infraestructuras tecnológicas (servidores, base de datos, red, etc.) bajo el esquema cloud de Amazon (Netflix y Airbnb) a través de su servicio AWS (Amazon Web Service), y en Google Cloud Platform (Spotify).

Esto nos revela claramente como el negocio para de Amazon no sólo está en el comercio electrónico, o que el de Google es sólo se queda en el motor de búsqueda, sino que han diversificado sus servicios basándose en los desarrollos tecnológicos que a través del tiempo le permitieron alcanzar el éxito.

Esto ha provocado un efecto donde personas físicas, startups y medianas empresas con buenas ideas de negocios pueden subirse al ring no sólo a competir contra modelos de negocios tradicionales con un gran capital sino también con la oportunidad de desplazarlos.

Hoy en día podemos ver como figuras a través de una canal de Youtube puede competir con el esquema tradicional de la televisión sin tener que pagar por un espacio televisivo, sin un gran personal y sin lidiar con los altos costos que esto implica. Tanto así que este en momento se debate seriamente el tema sobre crisis de la televisión.

También vemos como empresas pueden obtener suites de múltiples soluciones empresariales (correo electrónico, softwares, etc.) sin realizar inversión en infraestructura y gastos periféricos (energía, climatización, alojamiento físico, etc.). Todo esto se traduce en mayor competitividad y mejor aprovechamiento de los recursos.

La filosofía de Silicon Valley de innovación constante, romper con lo tradicional, flexibilidad y la reducción burocrática en términos del negocio y el gran espíritu del emprendedurismo ha impulsado el desarrollo de ideas y modelos de negocios grandiosos que, directa o indirectamente, nos han beneficiado enormemente.

Hoy contamos con mayor facilidad para acceder a diferentes servicios y productos a menor costo. También este hub de la innovación fue el pionero en la nueva cultura laboral que se está iniciando en todo el mundo, que va desde el diseño del interior de las oficinas hasta con romper con la ambigua jornada laboral que conocemos.

Desde la instalación de las primeras industrias de componentes semiconductores en El Valle, todo ha sido una cadena de historias de éxitos que han transformado el mundo, que ha inspirado y ha servido de modelo a millones de personas, fuera y dentro de Estados Unidos para llegar a plasmar sus ideas. Pero es bueno resaltar que lo que nombró como «efecto Silicon Valley» ha diezmado y en muchos casos han desaparecido modelos de negocios establecidos por varias décadas.

Lo que un día fue el amo del negocio de la renta y venta de películas físicas Blockbuster, estuvo a punto de comprar a Netflix por 50 millones de dólares, pero sus líderes minimizaron el modelo VOD y prefirieron continuar con su modelo «clásico» de operar. Al cierre 2018, Netflix estuvo valorada en 150 billones de dólares y Blockbuster fue disuelta en enero del 2014, compañía que contaba con más de 9,000 establecimientos a nivel mundial.

Este último caso lo dejo sobre la mesa para los sectores económicos conservadores y tradicionales de nuestro país, que aún visualizan la tecnología como un gasto y a veces hasta como «cosas de muchachos». Sin importar en el sector que se desempeñe, quien no se monte en esta ola de la transformación digital y de innovación, tarde o temprano será arrastrado por el impacto de los nuevos modelos de negocio soportados en bases tecnológicas.

El autor esFrederick López, ingeniero y consultor en materia tecnología.

2019-08-06 09:56:02