Guatemala, 19 nov (Prensa Latina) La violencia racista y clasista es el gran paraguas que cobija el accionar de los golpistas en Bolivia, denunció hoy aquí la periodista guatemalteca Marielos Monzón en su columna Punto de Encuentro.
En ‘Bolivia: la verdadera cara del golpe’, publicado este martes en el diario Prensa Libre, Monzón advierte ‘cómo desde que Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta, en una sesión legislativa en la que no había quórum, hemos sido testigos del desprecio brutal contra los pueblos indígenas y todo lo que representan.’
A juicio de la también defensora de los derechos humanos, las estrategias comunicacionales para perpetuar el racismo parten de narrativas que instalan el ‘odio al indio’, en primer lugar; y de la estimulación de la violencia como método para frenar las masivas movilizaciones sociales.
Por si fuera poco, destaca Monzón, el gobierno ilegítimo de Áñez publicó un decreto que exime de responsabilidad penal a los militares que participan en las operaciones ‘para restablecer el orden’.
Una especie de amnistía ‘previa’ que da licencia para matar y que, anticipadamente, les garantiza impunidad, advierte.
En su análisis, la comunicadora recuerda cómo inmediatamente después de la renuncia forzada de Evo Morales y Álvaro García Linera, policías, militares y grupos de choque en motocicletas, armados con bates, empezaron a destruir, quemar y escupir whipalas, la bandera de la dignidad y la resistencia de los pueblos indígenas, reconocida como símbolo del Estado Plurinacional de Bolivia en la Constitución de 2008.
Semejante afrenta movilizó a los pueblos indígenas ?partidarios y detractores del Gobierno?, que vieron cómo rápidamente los golpistas se organizaban para imponer su ‘supremacía’ racial, rememora.
Y cuando el ‘indio’ cuestiona, denuncia y, sobre todo, se organiza y les disputa el poder, la maquinaria mediática redobla y amplifica los mensajes de odio y los estereotipos que dictan que ‘los indios son indios’ ?pobres, resentidos, haraganes, miserables, ignorantes? y así deben vivir, explica.
Para los grandes medios de poder, asegura Monzón, el golpe de Estado no existió y tampoco existe la represión indiscriminada contra los pueblos indígenas.
Lo importante es -subraya- que una mujer ‘glamurosa, con la melena rubia, elegante y de buen porte’ está en el palacio de Gobierno, a donde nunca debió ingresar un indio, y menos uno izquierdista.
De acuerdo con la experta, las estrategias comunicacionales para la construcción del ‘enemigo interno’ y para justificar su destrucción, y la utilización de los medios hegemónicos para perpetuar el racismo, en países como Bolivia y Guatemala, son permanentes y parten de narrativas, discursos e imágenes que instalan el ‘odio al indio’.
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2019-11-19 18:25:52