Por Héctor Tineo Nolasco
Diariodominicano.com
MADRID, el 29 de diciembre de 1969, murió en Madrid, España, el ex Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de la República Dominicana, el ex general de cuatro estrellas Rafael Leónidas (Ramfis) Trujillo Martínez.
Ramfis Trujillo Martínez murió tras permanecer en cuidados intensivos en la Clínica Marqués de Villaverde, en Madrid, tras sufrir lesiones graves en un accidente de tránsito.
El 18 de diciembre de 1969, en el momento que se dirigía al Aeropuerto de Barajas, chocó su vehículo con el que conducía la Duquesa de Alburquerque, cuando regresaba de dejar a sus hijos en el colegio. La dama sufrió lesiones de gravedad.
Un parte médico indica que Ramfis Trujillo sufrió en el choque lesiones graves, incluida una en el hígado.
Sus familiares informaron que estuvo en coma y se fue apagando hasta morir el día 29 de diciembre de 1969.
Ramfis Trujillo, su esposa y otros familiares, se encontraban exiliados en España.
El ex jefe militar, hijo del dictador Trujillo, había salido del país la noche del 18 de noviembre de 1961, tras ejecutar en la Hacienda María, en San Cristóbal, a Pedro Livio Cedeño, Roberto Pastoriza, Huascar Tejeda, Luis Manuel (Tunti) Cáceres, Modesto Díaz y Salvador Estrella Sahdalá, quienes participaron en la trama que culminó con la eliminación física del dictador Trujillo la noche del 30 de mayo de 1961.
Para ejecutar al grupo, Ramfis Trujillo logró que fueran sacados del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva con el pretexto de que serían retornados al Penal de la Victoria, pero en realidad la tarde del 18 de noviembre de 1961, los presos fueron llevados a la Hacienda María.
Allí esperaba para ejecutarlos como su último acto antes de salir del país. Varios de los militares que estuvieron presentes ofrecieron versiones por separado de que Ramfis no permitió que nadie disparara contra los detenidos, porque tomó la decisión de fusilarlos sin la participación de nadie.
José León Estévez aseguró, al periodista Héctor Tineo, para una investigación de la Revista Rumbo, que Ramfis Trujillo pidió a los presentes que nadie interviniera porque a los matadores de su padre los ejecutaría él. “Casi al instante comenzó a fusilar a Modesto Díaz, Luis Manuel –Tunti- Cáceres, Salvador Estrella Sahdalá, Pedro Livio Cedeño, Huáscar Tejeda y Roberto Pastoriza”.
La versión de que fue Ramfis Trujillo la única persona que habría disparado en la ejecución sumaria de la Hacienda María, también fue compartida por el ex jefe del Servicio de Inteligencia Militar, Alicinio Peña Rivera.
Al amanecer del día 19 de noviembre, la versión que se dio al país fue la de que “un comando asaltó el vehículo en que los presos eran trasladados a la Victoria; mataron dos agentes de la Policía y los prisioneros escaparon”.
Los dos ex oficiales que hablaron, por separado, con el periodista Héctor Tineo, afirmaron que luego que el grupo de la gesta de Mayo fue asesinado, un equipo de oficiales de la Fuerza Aérea Dominicana levantó los cadáveres en fundas plásticas y los trasladó a San Isidro, donde “fueron montados en un avión y lanzados al mar”.
Los dos informantes se negaron a dar detalles de la operación, y alegaron que “esa noche se hizo el compromiso de que nadie hablaría del tema”.
De acuerdo con la versión que dieron para la investigación de Rumbo, Ramfis Trujillo se sintió satisfecho por haber acabado con la vida del grupo de los miembros de la gesta del 30 de mayo.
La misma noche de la ejecución abandonó el país en compañía de miembros de su familia y de amigos de círculo.
El crimen de la Hacienda María quedó en la impunidad, porque nunca las autoridades dominicanas iniciaron acciones para localizar a los acusados.
Tras represión
El 4 de junio de 1961, ordenó el arresto del secretario de las Fuerzas Armadas, general José René –Pupo- Román Fernández, a quien tras someterlo a torturas, lo fusiló el 12 de octubre de 1961.
Ramfís también instruyó a su tío Luis -Nene- Trujillo, para que invitara a Pupo Román a presentarse en el despacho del Jefe del Estado Mayor Conjunto, en la Fuerza Aérea Dominicana. Al llegar fue arrestado con su chofer García, y su hijo José René. Fue desarmado y vería a su padre por última vez, pues Pupo Román, sería sometido a múltiples torturas hasta provocar la muerte.
El hijo del Dictador había establecido que el alto jefe militar, esposo de una sobrina de Trujillo, estaba involucrado en el plan que culminó con la eliminación física de Rafael Leónidas Trujillo Molina.
En el momento que se ejecutaba la medida, los presos eran sometidos a torturas en la cárcel del kilómetro 9, y en lugares escogidos por oficiales del SIM.
Juan Tomás Díaz y Antonio De la Maza, al ser muertos el 4 de junio de 1961 por agentes del SIM, se agregaron al número de ejecuciones que comenzaron el día 31 de mayo, menos de 24 horas después de conocerse la muerte de Trujillo.
El mismo 31 de mayo, el día siguiente del hecho, los torturadores mataron en La Vega, a Mario de La Maza.
En tanto, en la zona de La Victoria, agentes del Servicio del SIM, mataron a balazos a Segundo Imbert y al doctor Rafael Augusto Sánchez.
Los dos estaban presos en el Penal de La Victoria y fueron sacados en horas de la noche para ser ejecutados.
El día 2 de Junio, los agentes del SIM mataron al teniente Amado García Guerrero, al localizarlo en la residencia de una tía en la calle San Martín número 59.
El 3 de junio de 1961, continuó la represión en el país y el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) intensificó la persecución contra el grupo de ciudadanos que participaron en el asesinato del Dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, la noche del 31 de Mayo de 1961. Y se conoció la versión de la muerte del señor Ismael Estrella Núñez, hermano de Salvador Estrella Sahdalá.
En la ocasión se indicó que Estrella “se ahorcó por las presiones sicológicas que sufrió” de parte de los organismos de represión. Sin embargo, su familia recibió la versión de que fue ahorcado en el Palacio de la Policía Nacional, donde era investigado en torno al complot que culminó con la muerte de Trujillo.
La precisión la hizo su hijo Juan Reynoso Estrella, al relatar el hecho al periodista Héctor Tineo.