Por Héctor Tineo Nolasco
Diariodominicano.com
SANTO DOMINGO, el 29 de diciembre de 1962, se publican en la República Dominicana las primeras informaciones de los incidentes que culminaron con “La Matanza de Palma Sola”.
Entre las víctimas de la violencia en Palma Sola, está el general del Ejército Nacional, Miguel F. Rodríguez Reyes y dos de los mellizos Ventura.
Muchas personas se enteraron a través de una información que publicó en primera página el diario El Caribe, el día 29 de diciembre de 1962.
De acuerdo con la primera versión, tropas del Ejército Nacional y miembros de una congregación que se dedicaba a la hechicería bajo las orientaciones de “Los Mellizos Ventura de Palma Sola”: Plinio y León Romilio Ventura Rodríguez, sostuvieron un enfrentamiento violento.
En esas circunstancias murieron el general Miguel F. Rodríguez Reyes, dos de los mellizos Ventura y otras personas.
Entre los heridos de gravedad se encontraba el coronel del Ejército Nacional, Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien dirigía las operaciones militares al mando del general Miguel Rodríguez Reyes.
La matanza de Palma Sola creó un ambiente de confusión en República Dominicana, y se vinculó el hecho a un plan de grupos de derecha que trataban de impedir la llegada al poder del Presidente electo, el Profesor Juan Bosch.
Bosch, un cuentista y novelista que había vivido en el exilio durante más de 20 años, ganó las primeras elecciones democráticas celebradas en República Dominicana tras la caída de Rafael Leónidas Trujillo Molina.
Los comicios fueron celebrados el día 20 de diciembre de 1962. Juan Bosch, candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y aliados, llevó como compañero de boleta al doctor Segundo Armando González Tamayo. Obtuvieron más de un 59.80 por ciento de los votos emitidos.
La Matanza de Palma Sola, había sido iniciada el 28 de diciembre, en la última parte del Gobierno del Consejo de Estado, que encabezaba el licenciado Rafael F Bonelly, quien gobernó hasta el 27 de Febrero de
1963, cuando fue juramentado el presidente electo, profesor Juan Bosch, quien se encontraba en el exterior en gestiones para el nuevo Gobierno.
Palma Sola, comunidad de Las Matas de Farfán, fue el centro del movimiento religioso inspirado en las creencias de Olivorio Mateo, que había caído en combate en 1922 cuando enfrentó a tropas estadounidenses del Gobierno de Ocupación.
El credo de livorista se practicaba de manera clandestina en Palma Sola, para evitar la represión del Ejército de ocupación (1916-1924). Igual comportamiento se mantuvo durante el régimen dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo Molina (1930-1961) y tras su caída el 30 de mayo de 1961, retomó fuerza, lo que provocó inquietud entre los que eran contrarios al livorismo.
La conjunción de los intereses contrarios dio lugar a una resistencia contra el livorismo que se percibía en los esfuerzos que hacían sectores interesados para desacreditar el movimiento de Palma Sola. Luego vino la acción directa con el propósito de eliminarlo.
Tras la caída de Trujillo en 1961 y 1962, el livorismo renació bajo el nombre de Unión Cristiana Mundial, con himno, escudo y bandera, teniendo como líderes a “Los Mellizos de Palma Sola: Plinio y León Romilio Ventura Rodríguez, conocidos como “Los Mellizos de Palma Sola”, quienes lograron atraer a miles de seguidores, lo que provocó la persecución y el genocidio de que fueron víctima a partir del 28 de Diciembre de 1962.
La socióloga Lucitania Martínez en su obra Palma Sola: Opresión y Esperanza, señala que “aunque la religión liborista fue perseguida tenazmente por los americanos y el dictador Trujillo”, sus seguidores se mantuvieron fieles a lo que entendían la dignidad de sus creencias, “ya que fueron sus antepasados que la practicaron”.
Respecto a la actitud que asumió la Iglesia Católica respecto al liborismo sostiene: “La institución eclesial no podía ver esto con indiferencia, y debido a razones señaladas, aprobó la acción estatal posterior aunque sin rubricarla. Desde antes, la Iglesia no se esforzó por comprender y respetar el fenómeno social desarrollado en Palma Sola”.
En el país se crearon condiciones para justificar la matanza con denuncias en los medios de comunicación acerca de las prácticas inmorales que decían se producían en Palma Sola, como embarazos de adolescentes, hechicería, sacrificios de animales, embrujos y otras supercherías que “atentaban contra las buenas costumbres dominicanas”.
“Enterado el país y la población de San Juan de la Maguana de ese “peligroso” movimiento, las instituciones sanjuaneras, los hombres de empresa, comerciantes, industriales, profesionales, las iglesias de todos los credos, en fin, todas las organizaciones públicas y privadas levantaron su voz de “protesta” y presionaron al gobierno nacional y local para que reprimiera ese “foco de superchería” que amenazaba con perturbar la paz del país”, destaca la investigadora Martínez.
Una versión publicada en el periódico La Nación del 2 de diciembre de 1962, refiere que los denunciantes pedían que la acción de las autoridades fuera “rápida y fulminante”, pues si el Estado no actuaba con prontitud, la población iba a buscar la manera de poner fin al movimiento livorista.
Señala que “dieron un plazo perentorio al Gobierno que vencía el 12 de diciembre, para que pusiera coto al estado de intranquilidad pública. En el ultimátum no sólo se expresaba el apoyo a “cualquier” medida que se tomara para solucionar el problema, sino que, más aún, se responsabilizaba al Consejo de Estado de lo que pudiera suceder si el “pueblo” (nótese la manipulación del vocablo pueblo”), se hacía justicia por sus propias manos”.
El periodista Santiago Estrella Veloz, quien estuvo en la zona como reportero de La Nación, recuerda que las autoridades civiles y militares optaron por aplicar tácticas dilatorias, tomando en cuenta que se encontraban en la víspera de las elecciones del 20 de diciembre, y que cualquier medida drástica podría empañar un proceso que era seguido por todo el mundo.
La investigadora Martínez destaca: “Se cerraron los caminos que llevaban al centro de Palma Sola y las demás ramificaciones del culto. Se prohibió portar armas blancas, debido a los rumores de que los “livoristas” las usaban frecuentemente”.
Se había publicado la versión de que los fieles de Olivorio Mateo, habían repartido puñales ente sus gentes y que estaban transportando centenares de campesinos en camiones rumbo a Palma Sola entonando un estribillo que decía: “No mandará Viriato ni Juan Bosch/ mandará Plinio Ventura por obra de Dios”.
El hermano sobreviviente, León Romilio (El Mellizo) Ventura Rodríguez, en una entrevista que le hizo el periodista Frank Núñez, negó la versión de que tuvieran proclamas políticas, de que armaran a sus feligreses y de que fueran partidarios de Trujillo, como también se les acusó.
Dijo no explicarse cómo pudieron acusar el movimiento de trujillista, si precisamente fueron víctima de la dictadura, que le mató sus ascendientes y dispersó la familia, hasta el punto de que la noche del magnicidio fue motivo de celebración.