Por Pablo Vicente
La República Dominicana igual que muchos países asumió la Agenda 2030 de desarrollo sostenible y desde entonces se ha avanzado en su implementación. Aunque estas acciones han sido desarrolladas principalmente a nivel nacional, nuestro país ha impulsado iniciativas para territorializar la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). En ese sentido la participación de los gobiernos locales es fundamental para reducir las brechas de desigualdad, “no dejar a nadie atrás” y para implementar políticas públicas que no sólo respondan adecuadamente a las dificultades de los territorios, sino que además puedan aprovechar y maximizar sus potencialidades.
Es por eso que la territorialización de la Agenda 2030 permite una aproximación más integral de las políticas públicas al ejecutar políticas que promuevan la inclusión social, el desarrollo económico, la protección ambiental y el diálogo intersectorial que contribuya a una definición colectiva de las prioridades de los gobiernos.
El ejercicio de la territorialización de las políticas públicas conlleva el fortalecimiento de capacidades en los territorios, para identificar problemas y formular políticas adecuadas que apunten integralmente a general capacidades locales, y desde luego al cumplimiento de los objetivos de desarrollo.
Es por eso que para poder hablar de desarrollo local hay que pensar en políticas públicas que impacten el territorio, son cada vez más frecuentes las voluntades políticas acompañadas de recursos para la ejecución de las políticas en el territorio, sin embargo, bajo las apelaciones al desarrollo local, con reales muestras de voluntad política descentralizada y con recursos puestos a disposición, en muchas ocasiones se esconde el debate de que si estamos ante una lógica de territorialización de políticas, es decir pensar el rumbo en lo central para que lo local ejecute, se dice en muchos casos, “piensa global pero actúa local”, o de lo que se trata es de políticas territoriales, es decir políticas nacionales y territoriales convergentes donde la articulación se genera desde los actores locales.
Me parece que es importante hacer una reflexión necesaria a la hora de definir políticas públicas con enfoque territorial, desde los partidos políticos, los actores sociales, el sector privado, las agencias multilaterales, que se plantean diversas soluciones en las cuales el desarrollo local, la descentralización y la participación son un común denominador.
La descentralización y el desarrollo local son más que una estrategia política, estamos hablando de poder, de recursos, de competencias. Para que la descentralización y el desarrollo local puedan cumplir ese rol es necesario la articulación de actores y poder superar algunos desafíos tales como: la creación de plataformas territoriales para la formulación y ejecución de políticas, rompiendo la lógica predominante de ejecución de políticas definidas desde el ámbito central. El contexto, por supuesto, es de articulación de políticas nacionales y territoriales; lo que resulta indiscutible es que las políticas públicas pueden ser coordinadas y ejecutadas desde el territorio.
De lo que se trata es de una lógica de intervención diferente, ampliación de capacidades y, sobre todo, la puesta a disposición de recursos para que el territorio pueda generar las articulaciones necesarias.
Las políticas públicas por su naturaleza parte de la constitución de consensos, implica necesariamente acuerdos, aprobaciones, aceptaciones no sólo desde el ámbito político sino también desde los distintos sectores de la sociedad, por eso es necesario seguir impulsando acciones de territorialización de la política, ya que el beneficiario de todas políticas públicas son las personas y las personas viven en el territorio.
El autor es dominicano, abogado y presidente de FUJUDEL, fujudel@gmail.com
