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Provoca indignación el fusilamiento de Manolo Tavarez Justo y un grupo de compañeros

 Por Héctor Tineo Nolasco

Diariodominicano.com

SANTO DOMINGO,  el 22 de diciembre de 1963, en República Dominicana hubo indignación por la noticia  del fusilamiento del doctor Manuel Aurelio –Manolo- Tavárez Justo, y un grupo de compañeros tras entregarse  a miembros del Ejército Nacional.

          Una versión da cuenta de que Manolo Tavarez Justo y sus compañeros fueron arrestados en el momento que iban a entregarse desarmados acogiéndose a una promesa del Gobierno del Triunvirato que les había prometido respetarles las vidas si abandonaban las armas.

Sin embargo, sus captores los fusilaron en el lugar de la detención.

          El 19 de diciembre de 1963, el triunviro ingeniero Manuel Enrique Tavares Espaillat, había informado que la guerrilla ha sufrido 16 bajas y el Ejército Regular dos.

Atribuyó   al  movimiento guerrillero  de  tratar de establecer en la República Dominicana  “una dictadura comunista, análoga a la que oprime al pueblo fraterno de Cuba”.

          El 22 de diciembre circuló la versión de que el presidente del Triunvirato, licenciado Emilio de los Santos presentó renuncia en desagrado por el fusilamiento  de los guerrilleros.

          Al dejar el cargo, los triunviros escogieron como nuevo presidente al doctor Donald Reid Cabral.

   El triunviro Enrique Tavares Espaillat había dado  seguridades a los guerrilleros de  que si abandonan su lucha y se entregan a las autoridades, sus derechos serían respetados.

   En opinión de  Tavares Espaillat  “es innecesario reiterarles que sus vidas y derechos serán religiosamente respetados”.

    En el momento que hizo el anuncio ya se conocían las noticias sobre las muertes de los guerrilleros Francisco Bueno Zapata, Pipe Faxas,  Luis Ibarra Ríos y  el guía guerrillero del Frente de Las Manaclas, Comandante Enrique Jiménez Moya, Domingo Sánchez Bisonó  (El Guajiro)

    El 19 de diciembre de 1963, el triunviro dijo que los focos de insurrección habían sido dominados, “a excepción del que opera en El Rubio”.

    Aseguró  que las autoridades militares habían tomado 87 prisioneros, 58 armas largas, ametralladoras, fusiles máuser, pistolas, y revólveres.

    De su lado,  familiares de los guerrilleros solicitaron al Gobierno de facto del Triunvirato que declarara una tregua para los insurrectos, a fin de que puedan entregarse sin poner sus vidas en riesgo.

    La petición también fue apoyada por el Partido Revolucionario Social Cristiano.

    El Gobierno  de facto del Triunvirato también anunció el día 19 de diciembre de 1963, que suspendió las garantías individuales a los detenidos inculpados de delitos de subversión,  por lo que no podrán obtener libertad provisional, con o sin fianza.

    El doctor Manolo Tavarez Justo, Comandante del Frente, Enrique Jiménez Moya, y sus compañeros, fueron detenidos por miembros del Ejército Nacional, a cinco  kilómetros del caserío de Las Manaclas, en el municipio de San José de Ocoa.

  Del grupo que se acogió a la promesa que había hecho  el Triunvirato de garantizarle la vida si se entregaban desarmados, sólo sobrevivió Emilio Cordero Michel, quien formaba con otros guerrilleros la Comisión de Avanzada que negociaría la rendición de los guerrilleros con los militares.

    Al salir a la carretera, la comisión gritó que iba a entregarse y a pesar de mostrar prendas blancas,  fueron ametrallados por militares que viajaban en un jip.

   Los integrantes del  otro grupo de guerrilleros que permanecían ocultos con el doctor Tavarez Justo,  fueron apresados y fusilados en el acto.

Los guerrilleros que fueron fusilados junto al doctor Manolo Tavarez Justo fueron Leonte Schott Michel, Alfredo Peralta Michel, Rubén Díaz Moreno, Jesús Antonio (Tony) Barreiro Rijo, Juan Ramón (Monchi) Martínez, Manuel de los Reyes (Reyito)  Díaz Herrera y el doctor Federico José Cabrera, quien era el médico del frente guerrillero Enrique Jiménez Moya.

    También fueron fusilados  Jaime Ricardo Socías,  Fernando Arturo (Papito) Ramírez Torres, Carlos Manuel Fondeur, Rubén  Alfonso (Fonsito) Marte Aguayo,  Caonabo Abel, Antonio (Manchao)  Filión y José Daniel Fernández Santos. 

Fueron fusilados

El historiador  Tulio H Arvelo,  publicó la versión que da cuenta del acto de fusilamiento y echó por el suelo la versión del Gobierno de facto de que el grupo de guerrilleros  que acompañaba a  Manolo Tavarez  Justo,  murió en combate.

Arvelo,  explica  los hechos  en una historia que  publicó   en la  Revista Ahora,  número 737 del  26 de diciembre del 1977, en las páginas 65, 66, 67 y  68. En contenido es el siguiente:

El 21 de diciembre de 1963, el Dr Manuel Aurelio Tavarez Justo (Manolo), y catorce compañero más perecieron en Las Manaclas. Inmediaciones de San José de las Matas a manos de efectivos del Ejército Nacional. Según el parte oficial el grupo murió en combate. Pero sus compañeros sobrevivientes aseguran que fueron asesinados después de rendirse atendiendo un llamado que hizo por la Radio el ingeniero Manuel Tavares Espaillat, miembro del Triunvirato en el poder prometiendo que se le respetaría la vida.  Tavarez Justo y sus compañeros habían iniciado un foco guerrillero el 26 de noviembre de 1963, conjuntamente con otros cinco grupos que operarían en  La Horma.  Berrenda.  Bahoruco.  El Limón y Los Quemados, diseminados en el Norte, en el Este y en el Sur del territorio nacional.

El motivo de  la acción estuvo claramente expuesto en la Proclama al Pueblo, al decir ´la hora llama a la restitución y mejoramiento del régimen constitucional derogado por el golpe de Estado.

Se refiere a la asonada que derrocó el gobierno constitucional del Presidente Juan Bosch el 25 de septiembre de 1963.

La proclama no limita el alcance del movimiento a esos objetivos. Considera que esas metas enriquecen las perspectivas de la revolución que nosotros auspiciamos. Más adelante aclara este concepto cuando dice ´y transformado este combate constitucional y antigolpista en una resistencia por la revolución reivindicadora que es nuestra misión fundamental.

El foco guerrillero de Las Manaclas, estaba compuesto por 29 combatientes de lo que solamente ocho salvaron la vida. A través de relatos de los sobrevivientes se conocen los últimos momentos en la vida de los mártires del 21 de diciembre del 1963. Aunque hay divergencia en sus versiones, todos coinciden en que a última hora decidieron acogerse a las garantías del ingeniero Tavárez Espaillat.

Un informe de Luís Peláez, sobreviviente de Las Manaclas rendido a la dirección del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1J4), publicado en la edición del 26 de febrero de 1973 de la revista ¡AHORA!, dice que el día 19 el estado de la tropa era de agotamiento progresivo. Los comestibles se habían terminado y los esfuerzos para abastecerse eran inútiles porque habían fallado las medidas tomadas antes de subir a las montañas.

Los almacenamientos de provisiones habían desaparecidos y las bodegas y carnicerías instaladas en lugares estratégicos habían sido incautadas por el Gobierno. El día 20, sigue el informe, castigados por el hambre y el frió se planteó por primera vez considerar las garantías dadas por el Ingeniero Tavarez  Espaillat.  En una reunión celebrada en la noche, la mayoría opinó que debían acogerse a ellas.

Cinco se opusieron aduciendo el temor de que las intenciones de los militares golpitas  fueran contrarias a las aparentemente expresadas por el miembro del Triunvirato. Tampoco Tavarez Justo, era partidario de la entrega. La reunión se disolvió sin que se llegara a un acuerdo. La decisión final se tomaría al día siguiente. El 21 a las cinco de la mañana ya estaban en pie.

Aunque no se hizo una nueva reunión formal, las conversaciones entre grupos habían convencido a Tavarez Justo a decidirse por la entrega. Con esa adhesión comenzaron los preparativos para rendirse a las autoridades.

A las 10.30 a.m.,  a José Daniel Ariza, Luís Peláez, Josesíto Crespo Polón y Pitifia, los cinco opuestos a la rendición, se les permitió marcharse.

En una entrevista hecha al doctor Emilio Cordero Michel, sobreviviente del grupo, en el número seis de la Revista ¿Qué?, en 1971, hay más detalles de las últimas horas de los héroes y mártires de Las Manaclas.

Se acordó que la rendición se haría de día y ante un oficial del Ejército. Se comisionó a un grupo  comandado por Cordero Michel e integrado además por Leonte Schott Michel, Alfredo Peralta Michel, y Juan Ramón Martínez (Monchi) para que fueran a arreglar la entrega. A las cinco horas de camino se encontraron con un jeep del que se apearon dos soldados armados de ametralladoras. Uno abrió fuego matando en el acto a Schott Michel, a Peralta Michel y a Martínez.  Cuando el soldado homicida recarga su arma para disparar sobre Cordero Michel, que había resultado ileso de sus primeras ráfagas, el otro soldado se la quitó increpándolo de asesino y evitando que lo matara.

En esa misma entrevista está el siguiente detalle: Fidelio Despradel, Marcelo Bermúdez, Juan García Arias (Chanchan), y Domingo Bisonó (El guajiro), habían abandonado el grupo de Manolo del 15 al 16 a cumplir una misión. Eso salvó la vida a los tres primeros. El guajiro murió al ser reconocido en una bodega por el segundo alcalde del lugar. Allí fue herido de una puñalada. Despradel, Bermúdez y García fueron capturados más tarde. Los caídos en Las Manaclas fueron Dr. Manuel Aurelio Tavarez Justo. Ing. Jaime Rafael Ricardo Socias. Dr. José Cabrera González. Juan Ramón Martínez (Monchi). Jesús Antonio Barreiro Rijo (Tony). José Daniel Fernández Matos. Ing. Rubén Días Moreno (Rudy). Agr. Domingo Sánchez Bisonó. Manuel de Jesús Founder, Leonte Antonio Schott Michel, Fernando Arturo Martínez Torres,  Antonio Filión (Manchao),  Caonabo Abel Manuel de los Santos Reyes Díaz (Rayito) Alfredo Peralta Michel (Alfredito) Francisco del Carmen Bueno Zapàta, Rubén Alfonso Marte Aguayo (Fonsito)

En la Horma, entre San José de Ocoa y Valle Nuevo, murieron. Hipólito Rodríguez Sánchez (Polo). Jefe del grupo de los Quemados, Adolfo González y Negro Rodríguez de Jesús.  En esa misma zona  fueron capturados Arsénico Ortiz Fernández  (cubano),  Francisco Peralta Trinidad, Arturo Romero, José Rafael Pérez Modesto, Gonzalo Pérez Cuevas, José Altagracia Suazo, y la Dra. Carmen Lora Iglesias (Piky)

En Loma Colorada, jurisdicción de San Francisco de Macorís, fueron capturados. José Chaljub Mejía, Luís Adolfo Domínguez, Dr. Abel Rodríguez del Orbe, José Anibal Guzmán, Cruz Peralta y Homero Hernández, (este último sería muerto años después por una patrulla de la Policía Nacional, en una calle de Santo Domingo)

 En el Calvario de Nagua, fueron capturados Manuel de Jesús Checo, Dr. Nathanael Díaz González, Emil Elías Esmurdoc Ariza, Juan Lantigua Javier, Aquiles Reynoso Paulino,  Oscar Edgard Cabral Rodríguez, Ramón Euclídez Morillo Martínez y Reyes Saldaña.

 En Villa Nizao, Enriquillo, capturaron a José Antonio Moquete Capell. Juan José Javier Reyes. Gil Alberto Pérez Rijo (Belisario). Lilo Coss Batista, Dr. José Dionisio Bautista Fabián, Ángel Luís Pertnella Ceballo (de nacionalidad española) y Federico Cuello Dávila. Enn El Fondo, Polo, Barahona, fueron capturados el Ing. Jaime Capell Bello. Dr. Enrique Batista Gómez. José Hungría Sánchez. Raymundo Cuevas Sena y Nelio Hernández Bautista.

 En la Región Este murieron: Rafael Faxas Canto (Pipe). Herniquillo Almánzar,  Caqui Meléndez  y Minaya Fernández.  En Pedro Sánchez, fueron capturados El Dr. José Antonio Contando y Cristóbal Romás (Cristobita)  En la Región Septentrional, murió Félix Jerónimo Escaño Peña y fueron capturados. Edmundo Díaz. Ing. Daniel Matías. Francisco Tello. Dr. Sostenes Peña Jáquez (más tarde muerto en el asalto a San Francisco de Macorís durante la Guerra de Abril de 1965) y el Dr. Juan Miguel Román (muerto heroicamente en el asalto al Palacio Nacional durante la Guerra de Abril de 1965)

En Los Quemados, Bonao. fueron capturados el  Dr. Juan José Matos Rivera. Marcelino Grullón Jiménez. Teódulo Radhames Guerrero, Dr. Bienvenido Aquino Pimentel, Benito Alejo Germán Vargas, Arquímedes Pagan Feliz, Eduardo Rosa Aristy, Ing. Manuel Lulo, Antonio Mirabal Jiménez, Julio Lora Genao,   Freddy Reyes, Marcelino Antonio Rosado, José Romero Bello Suriñach, Julio Enríquez Montandón, Marcelino Antonio Vargas Jaquez,  Zoilo Batista, Hugo Alberto García Muñoz, Ángel Rafael Abud y Manuel de Regla Medrano.

El motivo del fracaso es uno de los puntos más tratados en artículos entrevistas, y otros medios de publicidad por los sobreviviente del movimiento guerrillero.  Señalan muchos de los sobrevivientes ´ que el aislamiento de las masas fue un factor principal que impidió el triunfo. Así como la falta de una línea política, es decir la estrategia y la táctica para desarrollar la lucha guerrillera, estas consideraciones fueron expresadas por Emilio Codero Michel, y corroborada por  Josesito Crespo, del frente de la Las Manaclas, que comandaba Manolo Tavarez Justo.

José Daniel Ariza, otro combatiente del Frente de Las Manaclas, acorde con la falta que significó la ausencia del apoyo popular dijo  que la línea política que se siguió fue incorrecta y que el pueblo es el único sabio y si le indicamos un camino errado no nos sigue, demostrándonos que estamos equivocados.

Los cadáveres de los mártires de Las Manaclas fueron enterrados en una fosa común, la mayoría de ellos fueron sacados y trasladados a sus respectivas localidades de donde eran oriundos. Manuel Aurelio Tavarez Justo, fundador del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (IJ4), y Comandante Supremo de los Frentes Guerrilleros de noviembre del 1963, reposa en el cementerio de la ciudad de Salcedo, de la Provincia Hermanas Mirabal, junto a su esposa Minerva Mirabal.

NOTA. Hemos querido refrescar la memoria a los dominicanos que vivieron esos momentos y a los jóvenes que solo le ha llegado con muchas distorsiones esta heroicas jornadas de hombres y mujeres que sintieron que la libertad de esta nación había sido mancillada por el gorilismo imperante en esa época, sintiendo el llamado de la Patria, no el llamado que se le quiere atribuir a tránsfugas. El valor de estos que ayer siguieron a unos de los hombres con mayor sentimiento y quien fuera cobardemente asesinado por las hordas sangrientas del gorilismo de ese entonces. El valor de aquellos al igual que los inmortales de las jornadas de Constanza, Maimón y Estero Hondo. Recordemos siempre a nuestros héroes. (Tulio H Arvelo)

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