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Elecciones chilenas dejan fuera a partidos tradicionales y país mira al centro pese a estallido social

diariodominicano.com

   Por Cristóbal Chávez Bravo
   SANTIAGO, 23 nov (Xinhua) -- Las elecciones chilenas del pasado domingo dejaron fuera a los candidatos presidenciales de los bloques políticos tradicionales de los últimos 30 años y un Congreso fragmentado, con votantes que miran con más distancia el estallido social de octubre de 2019.
   Los comicios en la nación sudamericana concluyeron con el candidato de extremaderecha, José Antonio Kast, y el izquierdista, Gabriel Boric, como las dos mayorías que tendrán que buscar el voto popular en la segunda vuelta que se celebrará el próximo 19 de diciembre.
   Ambos aspirantes no son parte de los bloques de izquierda y derecha tradicional chilena, que gobernaron en el país en los últimos 30 y que tuvieron entre sus líderes a la actual alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, o al actual presidente chileno, Sebastián Piñera, ambos electos en dos períodos.
   "Eso es un reflejo de lo que ha ocurrido en el último tiempo, un reflejo del estallido social", explicó a Xinhua el politólogo Mario Herrera.
   Tanto el candidato presidencial oficialista Sebastián Sichel, como la aspirante a mandataria de centroizquierda, Yasna Provoste, se ubicaron en un cuarto y quinto lugar, respectivamente, en los resultados finales.
   Herrera, también académico de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Talca, aclaró que si bien existe en Chile "cierta fragmentación" porque aumentó la cantidad y el número efectivo de partidos políticos, los dos candidatos del balotaje avanzaron moderando sus discursos.
   "Son candidatos que quizá de origen provienen de los extremos, pero que para la primera vuelta y sobre todo para esta segunda vuelta, tratan de ir a buscar el votante de centro", indicó.
   Kast, el abanderado del ultraconservador Partido Republicano de Chile, consiguió el 27,91 por ciento de los votos con un programa de gobierno centrado en el orden, severas medidas antimigratorias y la reducción del Estado.
   Mientras que Boric, el proclamado del izquierdista bloque "Apruebo Dignidad", captó el 25,83 por ciento de los sufragios tras prometer amenazar el sistema neoliberal que impera en el país, el aumento de impuesto a los más ricos en un programa cercano a las socialdemocracias europeas, y encausar las demandas del estallido social que irrumpió en Chile en 2019.
   Es primera vez desde que se comenzó a utilizar este mecanismo, en 1989, que uno de los dos candidatos que avanza al balotaje no toma una ventaja significativa con su contendiente electoral.
   "Pareciera ser que es paradójico que el candidato que va encabezando esta primera vuelta presidencial sea un candidato de derecha tras un estallido social y que, particularmente, la coalición de centroderecha saliera con resultados que, al menos, le permite la sobrevivencia dentro del Congreso", explicó Herrera.
   El máster en política y gobierno comentó que a medida que el país se aleja del estallido social, se va acercando a la situación inicial.
   "Un país mayoritariamente moderado, con ciertos síntomas de dilatación de la democracia, con una baja confianza a las instituciones, un alto desinterés en la política", dijo.
   En esta elección, aclaró, aumentó el votante moderado.
   "Volvemos a tener el centro de la escala ideológica como el lugar mayoritario. Nos vamos acercando al estado preestallido social. De alguna forma, el estallido social sirvió para ofrecer las condiciones de ciertos cambios y estas transformaciones", como el establecimiento de la Convención Constituyente que ofrecerá una nueva Constitución para el país, explicó.
   Por esta razón, Herrera remarcó que Kast consiguió el primer lugar porque enganchó con el electorado volátil.
   "Son las personas que votan por variables de corto plazo, que votan por promesas, que votan por programas, que votan por una idea de futuro por los próximos cuatro años, más que por cuestiones ideológicas o fisuras dentro de la sociedad", indicó.
   En las elecciones chilenas también irrumpió una tercera fuerza bajo la retórica del candidato del Partido de la Gente, Franco Parisi, quien, pese a no visitar el país durante su campaña, y montarla exclusivamente en plataformas virtuales, obtuvo 12,80 por ciento de las preferencias.
   Para el experto chileno, los votantes de Parisi no tienen domicilio ideológico conocido, más bien "cruzan la escala ideológica por completo".
   "Son personas en su mayoría profesionales jóvenes o clase media emergente, todas estas personas que vieron mejorar mucho su situación económica en función de una generación anterior, pero que creen que el país no está tan bien. Tiene un discurso que engancha muy bien con un electoral que además es volátil", complementó.   
   Para la politóloga y académica de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago, Pamela Figueroa, el problema de la gobernabilidad va a estar presente para el presidente que salga electo, con un Congreso fragmentado.
   "Lo más probable es que tengamos un gobierno que no tiene mayoría en el Congreso, lo que genera tensión por el bloqueo entre ambos poderes", abundó.
   "El resultado electoral se acerca mucho más a la tesis de la polarización social y no solamente a la polarización de la élite. En 2020, lo que veíamos la mayoría de los analistas es que había una polarización de elite, pero no de la sociedad", indicó.
   Figueroa sentenció que la salida al malestar que vivió Chile en 2019 fue "democrática, institucional y participativa, eso resolvió esa gran tensión, pero, claramente, hay un escenario distinto hoy".