CARACAS, el 25 de octubre de 1888, murió en Caracas, Rosa Duarte Díez, quien se encontraba exiliada en Venezuela desde que fue expulsada de la República Dominicana junto a miembros de su familia en 1845.
Rosa Duarte Díez había nacido el 28 de junio de 1820, en la ciudad de Santo Domingo, del matrimonio del comerciante español Juan José Duarte y la ciudadana dominicana Manuela Díez.
Se destacó por su colaboración en la Sociedad Secreta La Trinitaria, fundada por su hermano el prócer Juan Pablo Duarte y un grupo de jóvenes amigos, el 16 de julio de 1838.
Rosa Duarte le aportó al país unos apuntes que registran acontecimientos de mucha significación acerca del proceso de lucha para fundar la República Dominicana.
Durante todo el proceso para crear el Estado dominicano fue una colaboradora permanente, pero luego de proclamada la República sufrió la persecución política del Gobierno del Presidente Pedro Santana y luego fue expulsada del territorio nacional con su familia.
El primero que fue desterrado fue su hermano Juan Pablo Duarte y varios de los trinitarios, incluidos Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella.
La familia Duarte Díez fue víctima de persecución y presiones del Gobierno de Pedro Santana. Por la situación el historiador Emiliano Tejera calificó al hogar de los Duarte como una “mansión de Dolores”.
El 19 de marzo de 1945 fueron deportados los demás miembros de la familia Duarte Díez, incluida Rosa Duarte, y su novio Tomás de la Concha fue fusilado por disposición del Presidente Pedro Santana en 1855.
Rosa Duarte pudo guardar importantes notas sobre la vida de Juan Pablo Duarte y sus aportes al desarrollo cultural y político de los jóvenes de su época.
Destaca que durante la lucha para crear la República, el padre Gaspar Hernández enseñó filosofía a los jóvenes y a Juan Pablo Duarte, idiomas.
Refiere cómo los jóvenes aceptaron a Duarte como su líder, pues actuaba sin prejuicios y sin discriminar por razones sociales, raciales o económicas.
En los Apuntes Rosa Duarte indica que Duarte actuaba con un espíritu patriótico y a todos los jóvenes que acudían a sus clases “los enseñaba con gusto sin hacer distinción de clases ni colores, lo que le atraía una popularidad incontrastable”.
Los Apuntes de Rosa Duarte constituyen una fuente importante para conocer la etapa de lucha de los trinitarios y las dificultades que enfrentaron. Fueron publicados por el Instituto Duartiano en 1970.
Al destacar su valor histórico, el doctor Joaquín Balaguer, en su obra “Los Próceres Escritores”, afirma que los apuntes de Rosa Duarte se encuentran vertidos en prosa ágil, ennoblecida por una sencillez de expresión que no es frecuente hallar en la literatura de aquel tiempo, supeditada todavía al énfasis retórico. No se trata de una obra de arte, escrita con efusividad poética y tocada por el prestigio de la imaginación creadora. Pero esas notas enlazadas sin método y compuesta sin ningún escrúpulo de estilo, se leen con agrado porque nos hacen desde el primer momento participes de la emoción con que sin duda los redactó la autora”.
La obra “En Cuna de América 1923-1924”, contiene la primera publicación, pero incompleta, bajo el cuidado de los licenciados Luis Manuel Peña Batlle y Máximo Coiscou Henríquez.
En 1944, con ocasión del primer centenario de la fundación de la República Dominicana, se publicaron en un número especial en la revista “Clío”, con introducción y notas del historiador Emilio Rodríguez Demorizi.
El historiador Vetilio Alfau Durán al destacar la calidad moral de Rosa Duarte, en “Mujeres de la Independencia”, Cuadernos Dominicanos de Cultura, números 25 y 26, de los meses agosto, septiembre y octubre de 1943, opina:
“Mujer extraordinaria por la generosidad de su espíritu, por su amor a la patria y por su devoción a la causa santa que encarnó su hermano, el mármol la reclama. Debe vivir en él como vive palpitante en el agradecido corazón del pueblo por cuya felicidad hizo las más bellas ofrendas”.
Rosa Duarte, como los demás miembros de su familia, murió exiliada en Caracas. Su deceso se produjo el día 25 de octubre de 1888.