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Por Yosley Carrero
LA HABANA, 1 oct (Xinhua) -- Miles de cubanos han vuelto a las playas de La Habana y al popular paseo marítimo del Malecón por estos días en el marco de una desescalada de casos de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) y de las medidas restrictivas.
La playa "El Mégano", ubicada a unos 25 kilómetros en el este de la capital cubana, se ha convertido en uno de los principales destinos para los habaneros que se aventuran a tomar un baño de mar en medio de las altas temperaturas del Caribe y el oleaje.
Tal es el caso de Evelyn Carmona, de 40 años, una trabajadora del Ministerio del Turismo de Cuba y dueña de una cafetería en el barrio habanero de Lawton, quien este viernes se animó a asistir a la playa acompaña de su familia.
"Hacía tiempo esperábamos por este momento. Vine con mis dos hijos, mi esposo y otros miembros de la familia. La estamos pasando bien, pero seguimos todos los protocolos de seguridad para evitar el riesgo de contagio con el coronavirus", comentó en diálogo con Xinhua.
Bajo las nuevas regulaciones para la reapertura de las playas en La Habana, las autoridades locales recomendaron el uso de soluciones desinfectantes para las manos, así como mantener no menos de dos metros de distancia entre grupos de bañistas.
Mientras unos disfrutan de un chapuzón en las cálidas aguas del mar habanero, otros se broncean al sol, conversan sentados en la arena o escuchan música en sus celulares.
Yendris Moreno, un trabajador del Museo Nacional de la Música de 37 años, quien vive en el barrio de Luyanó, aseguró a Xinhua que no podía esperar más tiempo para reencontrarse con el mar y dejar atrás el estrés provocado por la pandemia.
"Si prestamos atención a todos los protocolos sanitarios y somos disciplinados en el cumplimento de las normas, lograremos que las playas no sean cerradas otra vez ante el aumento de los contagios", afirmó.
Su esposa, Laura Revilla, coincidió en que la apertura de las playas es una medida que precede la vuelta a la normalidad en la mayor ciudad del país y amplía las opciones recreativas en medio de la pandemia.
"Vine sobre todo para traer a mi niño a la playa. Esto va a incrementar la interacción social, pero debemos protegernos mucho porque estar vacunados no significa que no podamos contagiarnos con el virus", subrayó.
En La Habana, donde casi la totalidad de su población ha sido inmunizada contra la COVID-19 con vacunas de producción nacional, los nuevos casos de la enfermedad han disminuido de alrededor de 1.900 a poco más de 300 en las últimas ocho semanas.
Ante esto y como parte de la desescalada de medidas restrictivas, más de 500 restaurantes, cafeterías y bares reabrieron sus puertas para el servicio dentro de sus instalaciones.
También, esta semana el gobierno de La Habana autorizó la reapertura de los gimnasios y piscinas al 50 por ciento de capacidad, y dio luz verde para que los cubanos pudieran volver a sentarse en el muro del Malecón, punto de encuentro de los residentes en la ciudad.
La joven habanera Dairelys Padrón, de 27 años, llegó hasta este concurrido sitio de la capital cubana acompañada de sus dos cachorros Gia y Linda para observar la puesta de sol, mirar La Habana desde otra perspectiva y respirar el aire que viene del mar.
"Los cubanos tenemos una relación especial con el mar. Todos los habaneros y las personas que vienen a La Habana disfrutan de este bello lugar. Tenemos que seguir cuidándonos", aseveró.
Previo a la reapertura de las escuelas y la flexibilización de los protocolos para la entrada al país de viajeros internacionales, otras siete provincias cubanas y el municipio especial Isla de la Juventud comenzaron la desescalada en el contexto de la COVID-19.
Hasta el momento, Cuba acumula 882.477 casos y 7.486 decesos a causa de la enfermedad desde el inicio de la pandemia en el país, en marzo de 2020.