Mi Voz, Portada

UN KABIMOCHO QUE SE FUE

Fidel Soto Castro

El triple comandante, (formó tres Comandos con un revólver en la calle Palo Hincado), en artículo de hoy (30- 09-21) en el Diario Hoy, señala, sin nombrar a : «El que se fue». Y afirma que este : es una figura permanente en la historia nacional, entre otras cosas, por la falta de continuidad del Estado y , además, por la impunidad que apadrinan los sucesivos gobiernos.»

En este artículo el señor de la verdad al revés, al parecer se refiere a un expresidente como «el que se fue». Lo raro es que no sabemos las razones por la que no menciona el nombre del que «se fue»; sin embargo, como siempre, aterriza en el nombre del que lo atormenta : el presidente Juan Bosch, y lo hace con esa malicia, ya acreditada en su personalidad de embustero y calumniador.
Por esta razón escribe :

«Recuerdo aquella frase de Juan Bosch al referirse a Lenin, durante una polémica con el padre Láutico García, sostuvo que Lenin supo gobernar porque se mantuvo en el poder. Nunca he visto que alguien analice cuán mal gobernante fue el propio Bosch porque no se supo mantener en el poder, permitió que lo derrocaran y se desataron las furias de infierno.»

Todo lo de este hombre provoca vergüenza, no a él, porque no la tiene, sino a quienes los vimos detrás del expresidente cuando lo sentía su líder y su jefe. Lo más importante de sus argumentos es que cada vez que escribe o habla de Juan Bosch, se hunde en su lodo pestilente.

Ese «permitió que lo derrocaran», es la interpretación histórica y sociológica de un periodista cargado de odio y de infamia que no se da cuenta de sus constantes metidas de patas. Y es tan así que ya la gente se ríe de él. Se preguntan : ¿»Qué le sucede a Kabito que todo sus vuelos aterrizan en Bosch»?

A su juicio Jacobo Arbenz, se dejó o permitió el derrocamiento; igual con Joa Goulart, Salvador Allende y las veintenas de presidentes que fueron derrocados por los frentes oligarquicos y el Pentagonismo.

Lo más interesante de su artículo es el título y la referencia anónima y por eso nos preguntamos : ¿Porqué menciona el nombre de Juan Bosch y no se atreve a nombrar a «El que se fue».
El oportunista calcula y le gusta tener espacios abiertos y es posible que como, al parecer se cerró uno en su mismo corral, deje un camino real para sí.

Pero dejemos que sea el distinguido profesor DIÓGENES CÉSPEDES el que lo despierte de su fábula :

«En 1962, Juan Bosch accedió a la presidencia de la República y le ofreció al país una Constitución que era un modelo desarrollista y evolutivo de un Estado nacional burgués y fue derrocado por el frente oligárquico y sus intelectuales ancilares aleccionados por los norteamericanos que creyeron ver un peligro de instauración de una segunda Cuba en la isla. Aquel golpe de Estado demostró al país que ni siquiera las reformas más tímidas para instaurar un régimen burgués de democracia representativa era inviable en la República Dominicana.Y la guerra civil, convertida luego en guerra patria, iniciada con la consigna de volver a la constitucionalidad sin elecciones, o sea, restableciendo a Bosch en el poder, demostró la inviabilidad
de este proyecto nacionalista ahogado en sangre por parte de los 42 mil marines norteamericanos que estrangularon aquel gesto burgués.» (*)

Diógenes Céspedes.
El concepto de la justicia social en la obra literaria de Juan Bosch.
Areíto, periódico Hoy.
17 de junio del 2017.

Parafraseamos con el profesor Juan Bosch y le lanzamos como un dardo a Kabito estas palabras :

«¿ No es acaso cierto que el traidor, para ejecutar su felonía, destapa en el fondo de su alma un depósito de odio, como si para justificar su infamia necesitara racionalizarla y convertirla en un acto de justicia ? «

Fidel Soto Castro